La pelota, a nivel internacional, vive tiempos de cambio con el relevo al frente de la Federación Internacional de Pelota Vasca (FIPV). Tras 12 años al frente de la misma, Dominique Boutineau ha dejado paso a otro biarriztarra de nacimiento -aunque de nacionalidad mexicana-, Xavier Cazaubon, y pese a las dificultades que se prevén en el camino, los responsables de la Federación de Euskadi tratarán de aprovechar esta transición para buscar algún resquicio por el que poder conseguir que la selección que da nombre a este deporte sea admitido como miembro de pleno derecho.

Así lo confirmó a GARA el presidente de la vasca, Patxi Jauregi, que reconoció que «sabiendo que el mes que viene Xavier Cazaubon va a cruzar el Atlántico y va a estar por aquí, le hemos pedido una reunión para explorar qué relaciones podemos tener en el ámbito deportivo. Sabemos que entra con ideas nuevas y trataremos de buscar vías de colaboración y reivindicar nuestra admisión».

La verdad es que no hay razones objetivas para ser relativamente optimistas, los compañeros de Euskal Irratiak desplazados a México le preguntaron por el tema al propio Cazaubon y este les respondió que «la Euskal Selekzioa no está entre sus prioridades», pero desde la Federación Vasca quieren ir poco a poco y dando todos los pasos que sean necesarios. El nombramiento de Julián García Angulo, presidente de la española, como vicepresidente primero de la FIPV tampoco parece lo más positivo para las aspiraciones vascas.

Ni siquiera el reciente precedente de la selección de sokatira, que compitió en Estados Unidos bajo la ikurriña y el nombre de «Basque Country» sirve como acicate, ya que el resquicio por el que se colaron fue la inexistencia de una federación española de herri kirolak.

Novedades

El nuevo presidente de la Internacional mostró ayer ante la prensa, los pelotaris y representantes desplazados al Mundial de México las líneas maestras de su nuevo proyecto deportivo hasta 2018.

Las principales novedades llegan de su interés en que los pelotaris profesionales participen en el próximo Mundial, que se disputará en Barcelona dentro de cuatro años. Se suprimirán las Copas del Mundo que se venían celebrando y en su lugar se organizarán fases de clasificación para los mundiales a celebrar cada cuatro años. También se apostará por el frontball, modalidad bastante expandida internacionalmente.