Solo se han disputado los primeros noventa minutos de la temporada y el menú liguero ofrece ya sus primeros platos fuertes. Casi decisivos, al menos en el caso del Athletic, teniendo en cuenta cómo han discurrido las últimas campañas.

Pocos tropiezos pueden permitirse los equipos que aspiran al título. Si los demás cumplen con su objetivo, para no perder comba; y si no lo hacen, para abrir brecha, que en los últimos tiempos se han demostrado difíciles de volver a cerrar. En lo que respecta a las rojiblancas, se dan las dos premisas porque el Barcelona ha sufrido su primer tropiezo y el Valencia confirma que hay que tenerle muy en cuenta. Así que necesitan los tres puntos para distanciar a unas y no separarse de las otras.

El problemilla es que el Athletic viaja a uno de los campos más complicados de la Liga. Puede que el Rayo, especialmente afectado por los recortes, no sea el que fuera, pero el equipo de Laura Torvisco sigue teniendo mucho que decir. Ya lo confirmó en la primera jornada, cuando regresó con un punto de su visita al duro Cerro del Espino. A lo que hay que añadir las dificultades que encuentra a menudo el equipo vizcaino para desenvolverse con comodidad lejos de Lezama.

Tampoco el parte médico invita al optimismo. Además de Amaia Olabarrieta y Saioa González, Alazne y Eli Ibarra, una de las cuatro rojiblancas que han conseguido la clasificación mundialista con la selección española, también ocupan plaza en la enfermería. Y Arrate Orueta y Joana Arranz han viajado entre algodones. Pese a todo, la expedición rojiblanca viajó con confianza. Pero también consciente de que deberá ofrecer su mejor versión. «El Rayo querrá hacer bueno el empate del domingo pasado y además el primer partido como local es especial -explica Juan Luis Fuentes-. Nosotras, después de la goleada al Sporting de Huelva, queremos que el equipo siga creciendo y para ello tendremos que realizar un buen partido, si queremos sacar algo positivo».

Un arranque diferente

No será menos exigente el duelo con el que abra la temporada en casa la Real Sociedad. Que, en cierta medida, también afronta un choque decisivo. Los inicios de Liga complicados y las primeras vueltas irregulares han ralentizado la evidente línea ascendente que vienen marcando las donostiarras en las últimas temporadas. Quieren ponerle fin y confirmar que han ascendido otro peldaño. Ya estuvieron a punto de demostrarlo en Nazaret donde, pese al resultado final, disputaron un buen encuentro, tal y como recuerda Sandra Ramajo. «Nos fuimos con el sabor amargo de haber perdido pero el equipo estuvo muy bien, el partido fue muy disputado y no creo que mereciésemos perder», asegura.

Tampoco le falta entidad al segundo examen del curso, sobre todo visto cómo se ha reforzado el Atlético de Madrid, pero el choque también está rodeado por un halo esperanzador, gracias a lo sucedido la temporada pasada. Y es que la visita de las colchoneras supuso, junto al empate de la semana anterior en Barcelona, un punto de inflexión en la trayectoria de la Real, que hasta ese encuentro había enlazado ocho jornadas sin poder ganar. Y que pudo haber encadenado el noveno porque el Atlético se puso dos goles por delante para acabar perdiendo por 3-2. Confía Ramajo en poder repetir resultado «pero esta vez empezar ganando y no pasarlo así de mal -sonríe-. Intentar desde el primer minuto que el partido sea nuestro, que podamos hacer nuestro juego y hacer que nuestra afición disfrute con los tres primeros puntos».

Las blanquiazules lo intentarán con la ausencia de las lesionadas Itziar Gastearena y Cristina Pizarro, y de Ane Bergara, sancionada tras su expulsión.

El Barcelona cae en Valencia

El Valencia, reforzadísimo, se apuntaba en muchas quinielas como principal candidato a acabar con el tête à tête que venían protagonizando Barcelona y Athletic en las últimas temporadas. Y de momento está cumpliendo con los pronósticos más optimistas. Su goleada al Espanyol le permitió acceder al liderato en la primera jornada y ayer reforzó su posición imponiéndose nada menos que al Barcelona (2-1). Monforte adelantó a las chés a un minuto del descanso, Carol amplió distancias nada más reanudarse el choque y, aunque metió emoción al choque, el gol de Corredera en el 50 no pudo evitar la derrota culé.