Comedia gamberra y coral planteada a modo de fiesta a la que están invitados todos los amiguetes del director, tal como viene haciendo Santiago Segura con su saga de «Torrente». Nunca aburre, porque siempre es entretenido ir identificando a la cantidad de personajes conocidos que aparecen en pantalla, ya sea como episódicos o haciendo simples cameos. Pero no todos están igual de graciosos, y de todo el reparto los que revelan más chispa e ingenio son Albert Pla, Ivan Telefunken y Jordi Vilches. Fallan, por el contrario, los rostros conocidos, y a los que más fuera de lugar se les ve es a Luis Tosar, Carmen Machi e Imanol Arias.

La película funciona como sátira de la crisis económica y la corrupción política en el Estado español a ratos, sobre todo en lo tocante al diagnóstico mordaz que conduce de la desesperación a la locura. La panda de morosos que se reune en un manicomio digno de «Alguien voló sobre el nido de cuco», son ciudadanos corrientes a los que el endeudamiento ha sumido en una situación depresiva y grotesca a la vez.

Estos locos disfrazados de osos de peluche protagonizan una revolución sin sentido, abocada a una violencia «gore» de película de serie Z. Su estética es más de cómic que cinematográfica, con la acción sucediéndose en forma de viñetas. Las canciones han sido escogidas por sus letras risibles o surrealistas, aunque destaca sobre el resto «Hay un hombre en España que lo sabe todo» del genial dúo Astrud.