Chorreo madridista desde el tiro
Los de Pablo Laso mantuvieron los 40 minutos un ritmo anotador inalcanzable para el Barça y suman su tercera Supercopa seguida.

REAL MADRID 99
BARCELONA 78
Hasta un ambiente tan poco amistoso como el de Zurbano terminó por aplaudir la exhibición del Real Madrid en la final de la Supercopa. Los de Pablo Laso encadenaron su tercera Supercopa consecutiva después de batir con toda claridad al Barcelona, fruto de un chorreo anotador imparable. El cuadro merengue atinó en 40 de sus 63 lanzamientos -13 de 23 en triples-, manteniendo un ritmo anotador absolutamente inalcanzable, y eso que no buscaron llegar a los 100 puntos.
Aunque Sergi Llull acabó siendo el MVP de la final, hay que reconocer que la escuadra madridista funcionó a gran nivel desde el apartado colectivo. Tan solo Mejri y Maciulis se quedaron sin anotar, mientras que, aparte de Llull, Bourousis -el pívot heleno se va a convertir en todo un consumado triplista-, Rudy Fernández y el nuevo fichaje Rivers -amasando todos sus puntos en el último cuarto- superaron la decena. Por parte culé solo Ante Tomic consiguió llegar al doble dígito.
En cualquier caso, la resistencia del bando barcelonista dio aún más lustre a la final de la Supercopa. Con un Llull en absoluta combustión, el Real Madrid se escapaba 29-14 al final del primer cuarto, pero el conjunto catalán se agarró a los bríos de DeShaun Thomas, uno de sus fichajes para reforzar el puesto de alero. De su mano, los de Xavi Pascual limaron la diferencia hasta acercarse a un 40-36 que reabría la disputa. Claro que, en el Real Madrid Bourousis y de nuevo Llull -con una canasta sobre la bocina- aparecían en escena para dejar el luminoso en 49-39 al descanso.
Un millón de recursos
Asusta ver el sinnúmero de recursos de estas dos sucursales futbolísticas. Así, todo un Andrés Nocioni se permitía el lujo de esperar a disponer de un rol secundario y sumar sus puntos en el tercer cuarto, más que suficiente para mantener a raya a un Barça que al fin las anotaba de tres -cuando la defensa rival aprieta, parece que los blaugranas también sufren para buscar buenos tiros-. Otro tanto con Gustavo Ayón, que aparecía lo justo y lo necesario para hacerse fuerte bajo el aro, mientras Huertas o Tomic intentaban una remontada que se anclaba sobre la decena de desventaja.
Al Real Madrid, que se permitió el lujo de reservar a Sergio Rodríguez como tercer base, le quedaba aún más pólvora. Kelvin Rivers llevaba su casillero en blanco al terminar el tercer período, 71-49, de modo que sus 11 puntos fueron una losa más para el Barça. Y si Rivers las iba metiendo, era en parte porque Sergio Rodríguez -sabiendo esperar su momento mientras Campazzo dejaba detalles-, robaba un par de balones y distribuía el juego de maravilla. El «Chacho» encontró a Rivers y a Bourousis, que con sus triples cerraron el chorreo merengue.
Josh Ruggles vuelve a ganar el Concurso de Triples
El Concurso de Triples de la Supercopa fue a parar otra vez para el adolescente estadounidense Josh Ruggles. El jugador de instituto de 17 años volvió a batir al madridista Jaycee Carroll en la finalísima por 25 a 21, después de superar al baskonista Davis Bertans y Danilo Andjusic, de Bilbao Basket, en cuartos de final y semifinales, respectivamente. Ruggles igualaba a Alberto Herreros, Mark Davis y Sergiy Gladyr, con dos triunfos en este evento. Solo Louis Bullock, con tres entorchados, está por delante del joven tirador.
En todo caso, el alero del Obradoiro Alberto Corbacho marcó el mejor registro histórico en un concurso de triples. El balear eliminaba a Abrines sumando 28 puntos de 30 posibles.
A. G.
El gran arranque de Llull le vale para llevarse el galargón de MVP de la final
Con 21 puntos y 5 asistencias, Sergi Llull fue elegido MVP de la final de la Supercopa. El «aeroplano de Mahón» dinamitó el partido anotando 15 puntos en el primer cuarto, y dedicándose a asistir o buscar su momento en el resto de cuartos, dotando de mucho ritmo a su equipo, pero sin caer en las prisas.
«Estamos muy contentos, ganar era el objetivo. Aunque llevamos poco tiempo juntos, el objetivo era ganar y hemos hecho un partido muy serio, concentrados, sabiendo lo que hay que hacer», explicó el balear.
Mientras, Andrés Nocioni disfrutaba de su primer éxito merengue. «Es bonito ver que a uno lo aplauden aunque defienda los colores de un equipo que aquí despierta tanta rivalidad. Vinimos a ganar sin excusas y la verdad estuvo muy bien el nivel que exhibimos», recalcó el santafecino.
A. G.

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