Koldo LANDALUZE
62 EDICIÓN DE ZINEMALDIA

«Escobar: Paradise Lost». Robin Hood no era colombiano

Si nos atenemos a lo que nos ofrece su sinopsis, podríamos topar con algo similar a una comedia. Al menos mimbres no le faltan si tenemos en cuenta que la película gira en torno a un surfero estadounidense que, mientras cabalga sobre las olas, ha montado un negocio junto a su hermano en la agreste selva colombiana. La rutina de nuestro protagonista cambiará por completo cuando se enamore perdidamente de una nativa. Hasta aquí todo funciona por los parámetros preestablecidos de una típica película de adolescentes Made in USA, pero su rumbo varía por completo en cuanto descubrimos que la simpática joven de la que se enamoró el «gringo» es la sobrina del mismísimo narcotraficante Pablo Escobar. Entonces se nos congela la sonrisa y temblamos, porque en ese instante hace acto de presencia en la pantalla esa gran bestia de la interpretación que es Benicio del Toro, al cual le basta con una mirada para fulminar a quien se ponga por delante. “Escobar: Paradise Lost” no es una comedia, pero tampoco un filme centrado en la figura de Escobar, lo cual es malo porque la película cae en picado en cuanto el portorriqueño desaparece de la pantalla. Por el contrario, a Josh Hutcherson se le hace difícil soportar todo el peso de un argumento resuelto a base de clichés e ideado para el circuito estadounidense. Mención especial merece la cara que el sufrido Hutcherson pone cuando Del Toro le invita a sentarse en un vehículo agujereado por balas y le dice: «En este auto mataron a Bonnie y Clyde y tú estás sentado donde mataron a Bonnie».

 
Perlas

Dirección y guion: Andrea Di Stefano.

Intérpretes: Benicio del Toro, Josh Hutcherson, Claudia Traisac, Brady Corbet, Carlos Bardem.

Fotografía: Luis David Sansas.

Género: Drama, thriller.

País: Bélgica y estados francés y español.

Duración: 119 m.