La Real llega con un punto en los últimos cuatro partidos a un segundo parón liguero que debe servir para reflexionar y reaccionar a la plantilla. Para muchos la solución pasa por cambiar de entrenador, pero el problema de este equipo no está tanto en el banquillo como en su plantilla, que tiene bastante menos calidad de lo que los aficionados piensan y debe recurrir a otras facetas del fútbol para competir mejor. El ejemplo del Espanyol de ayer sirve para comprobar la importancia de comenzar a crecer desde una mayor solidez defensiva. La Real no solo no ha encontrado el equilibrio buscado con una mejoría en defensa, además ha perdido en ataque con la marcha de Griezmann. La plantilla blanquiazul no tiene nivel para pelear por la Champions, pero sí para ser mucho más competitiva y para ello debe mejorar y reaccionar cuanto antes.