Adaptarse o...
Gurpegi, Iraizoz y Rico expresan la opinión del vestuario de moderar su fútbol de presión según el rival o cómo transcurra el partido.

«La única manera que entiendo de jugar al fútbol es la de la presión constante, jugar en campo rival y el dominio de la pelota». Marcelo Bielsa resumía en esa frase su visión del fútbol. Durante tres años, las dos temporadas del argentino y la primera de Ernesto Valverde, el Athletic siguió casi a rajatabla esta máxima, al menos de salida en cada partido fuera el rival que fuera. Un catecismo que ve tambalearse después de dos serios reveses en resultado y juego, y el correspondiente paso por el diván de vestuario y cuerpo técnico. Desde del 5-0 en el Bernabeú ya son tres los jugadores de la plantilla los que han hablado de cambiar esa presión constante por otra más controlada. El último, ayer mismo, Mikel Rico al ser preguntado si puede ser «peligroso» empezar a dudar del estilo de juego que ha caracterizado a los leones los últimos tiempos.
«No es peligroso -se apresuró a responder el de Arrigorriaga-. Una presión alta los noventa minutos jugando cada tres días al final igual no se puede aguantar. Estamos valorando poder cambiar el estilo algún partido, algún momento de ciertos partidos, donde en 90 minutos hay momentos en el que igual no tenemos que ir a esa presión solo porque sea el estilo definido».
Sus palabras en ese sentido no han sido las únicas vertidas desde la plantilla. El primero fue el capitán Gurpegi nada más terminar el partido en Madrid. Todavía en caliente, el navarro sugirió que «hay que hacer las cosas más fáciles, igual tenemos que plantearnos el hecho de intentar presionar arriba, de ahogar al rival, porque ahora mismo no lo estamos consiguiendo. Igual estamos empujando mucho o nos estamos separando demasiado y no conseguimos hacer esa presión que nos ha llevado a estar en la Champions».
Mismos términos que Rico e idénticos en los que se expresó también el lunes en un acto promocional un Iraizoz al que la procesión debió ir por dentro tras encajar cinco goles y al mismo tiempo ser el mejor del encuentro. El guardameta reconoció respecto al bajón de los leones las últimas semanas que «todo eso hace que la autoestima no esté todo lo fenomenal que estaba antes». Una carencia frente a la que «hay que analizar todos los aspectos. Es evidente que la presión que hacíamos antes no es la misma que el equipo está haciendo ahora. No salimos de la misma manera, el rival la supera fácilmente y cuando ocurren esas cosas hay que acercarnos o intentar corregir esos aspectos o hacer otra cosa que sea efectiva para el equipo, pero es algo que ocurre en el fútbol constantemente. Modificamos el juego según el rival y los momentos de estado del equipo», se explicó.
Recuperar las virtudes perdidas
Los jugadores tienen claro que en tanto no haya una recuperación anímica que se traduzca en una vuelta a la confianza en su propuesta de juego, mejor será amarrar y no exponerse tanto a los rivales, que lo mismo aprovechan tu línea adelantada como el Madrid, que sacan tajada de errores individuales como el Granada. «Ahora mismo no somos un equipo de Champions, sino un equipo de descenso, y con eso hay que saber jugar», defendía Mikel Rico.
Le toca a Ernesto Valverde mover pieza. No en vano, en este inicio de temporada hemos asistido a un Athletic con muchas más precauciones, quizá por inercia del propio plantel. El técnico sostuvo tras tocar fondo en Madrid que «hay que recuperar las virtudes del equipo: intensidad, presión arriba, ilusión por ganar y jugar muy rápido hacia adelante». Palabras que pueden entrar o no en contradicción con la reflexión interna que está haciendo el vestuario, porque es cierto que la propuesta de los futbolistas no pasa por renunciar a esas cualidades, sino por afrontar los partidos no solo atendiendo al rival, sino también al desarrollo in situ del encuentro.
Los jugadores es evidente que a día de hoy se ven superados por el nivel de sacrificio que demanda su habitual juego, lo que aclara las intrigantes palabras de Valverde días atrás cuando dejó caer que «igual les exijo demasiado», sin más explicaciones. Ahora se explican. Tanto uno como otros insisten en negar que esta mala racha tenga que ver con un desgaste físico, que el equipo no corra tanto como antes debido a la acumulación de encuentros. «Siete partidos en 21 días, algo se tiene que notar, pero no es un problema físico», volvió a terciar ayer Mikel Rico en Lezama.
A la espera de Valverde
Si no es un cansancio de las piernas, como así parece, se trata más de haber perdido la confianza en esas virtudes del grupo que pasaban por la presión y exigencia constante al contrario. No es ningún secreto que ese agobio al rival en su propio terreno está siendo un desastre, se llega tarde, las líneas son sorteadas con facilidad, y los dichosos errores puntuales han minado aun más la credulidad en lo que se hace.
Así las cosas, habrá que esperar a la próxima comparecencia de Txingurri dentro de una semana, en la previa ante el Celta, para conocer de primera mano su coincidencia con lo que sus hombres han verbalizado ya. De momento, nos quedamos con una frase pronunciada por el propio técnico hace unos años en una entrevista y que viene que ni pintada: «El futbolista quiere sentirse a gusto y eso no quiere decir hacer malabarismos, quiere decir reconocerse en el juego, en la línea que dicta el entrenador. Si no lo haces, estás perdido».
Libro sobre el Basconia. En la relación de jugadores históricos del Basconia en sus 100 años de vida hubo otro que llegó al Athletic y jugó el Mundial de Chile, Koldobi Etxebarria.
El Porto no venderá entradas al público
El Athletic ha sorteado entre sus socios 2.200 entradas para el partido en Do Dragao el 21 de octubre y esas serán todas a las que tengan acceso los aficionados rojiblancos, ya que el club luso no venderá billetes en sus taquillas al público en general, alegando motivos de seguridad. Así se lo ha hecho saber a la Peña Deusto que se ha dirigido al club portugués para solicitar más entradas, ya que les han correspondido 14 en el sorteo de las 44 plazas que tiene su conocido bus-litera que acompaña en los viajes europeos a los leones. El Porto les ha respondido que pueden «procurar» obtener más a través del Athletic, que «solicite entradas y nosotros las enviamos a la oficina de Athletic Club, para su grupo». La Peña Deusto afirma no haber podido contactar con Ibaigane, si bien, el vicepresidente rojiblanco, Jon Berasategi, informó el lunes en una reunión de compromisarios previa a la Asamblea General del día 14, que en repetidas ocasiones han solicitado más entradas al Porto, pero sin fortuna. Lo que sí hay son numerosas ofertas de viajes a la ciudad portuguesa, tanto en autobús como en avión. J.V.

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