LABORAL KUTXA BASKONIA 79

UNICAJA 88

Verde que te quiero verde. Insistir en que a Marco Crespi y su colectivo le resta mucho trabajo que hacer es reiterativo, así que semejante obviedad merece quedar en elipsis a partir de ahora, mientras los resultados vayan llegando. Anoche el equipo gasteiztarra jugó a tirones; demostró tener alma, pero la estructura todavía es muy floja.

Entre tanto, Unicaja desnudó las carencias de un Laboral Kutxa Baskonia que causó más frío que calor en sus aficionados, con la salvedad una vez más de Davis Bertans, amén de poder aplaudir los debuts de DJ White, Tornike Shengelia y Fabien Causeur -con el número 5, desterrando su antiguo 55-. Pese a los múltiples recambios que también ha traído consigo Unicaja, el cuadro andaluz pareció estar mucho más trabajado, o al menos se le vio más fluido, mientras que los gasteiztarras se mostraron erráticos, sin tener las ideas demasiado claras, lo que repercutía no solo en una selección y un porcentaje de tiro mejorables, sino también en una ausencia total de rebote. Eso en ataque, porque en defensa se notó cierta descoordinación, lo cual facilitó que los tiradores de Joan Plaza -Vasileiadis primero, con Toolson y Kuzminskas después- se lucieran.

Ocho puntos seguidos de Bertans parecían indicar el camino a seguir por los de Marco Crespi. Pero no tardó el Baskonia en cargarse de faltas, en especial Colton Iverson, que cometió tres personales en seis minutos. Kuzminskas aguantó el primer golpe local, y cuando Golubovic empezó a hacerse espacio en la zona la cosa empezó a torcerse seriamente. Unicaja le endosó un parcial de 1-9, llegándose al final del primer cuarto 13-20.

No fueron mejores las noticias del segundo cuarto. De hecho, fueron peores, porque Vasileiadis presentó sus respetos con maneras de tirador, mientras que Vázquez y Toolson seguían la estela del alero heleno. En la parte baskonista, San Emeterio y Heurtel intentaban echarse el equipo a la espalda, pero se encontraron con un peso muerto excesivo. Shengelia anotaba sus primeros puntos con el Baskonia poco antes del receso, pero el luminoso mostraba un 27-49 aterrador.

Aprender e intentarlo

Un mate de DJ White y una buena acción con una defensa match up, con apariencia de zona 2-3, pero en la que los defensores seguían los cortes, parecían querer avisar de que los de Marco Crespi no querían dejar pasar lo que restaba de partido. Se podía perder, pero no dejar pasar la oportunidad de aprender, y menos de intentarlo.

Toolson de tres por dos veces, dos canastas de Will Thomas, un mate de Fran Vázquez y otro triple de Kostas Vasileiadis... fueron la respuesta de un Unicaja que se permitía el lujo de fallar hasta 11 tiros libres. En esas, un triplazo de San Emeterio, seguido de otro de Shengelia, abrían un parcial de 11-0 con el que el marcador se ponía 50-63. Los gasteiztarras se arrimaron hasta el 54-65, aunque al final del tercer cuarto el luminoso mostrara un 54-69 desilusionante.

Tocaba hacer el más difícil todavía. La defensa local apretaba a costa de cargarse de faltas, y se conseguían algunas canastas, aunque fuese a base de coraje, con Heurtel y San Emeterio a la cabeza. Pero ante Unicaja hacía falta más, aunque al menos se maquilló el resultado final.