Natxo MATXIN

La burbuja del ascenso se pincha en apenas un mes

Un mes es lo que ha hecho falta para que la burbuja del ascenso que generaron los responsables de Osasuna al inicio de la temporada se haya pinchado con estrépito. Fruto de la ansiedad por ilusionar a una parroquia convulsa ante la inestabilidad institucional del club, no calcularon la peligrosidad de que esas expectativas se volviesen frustración en el entorno si el equipo no respondía con resultados al reto.

Y lo trágico de fomentar estos maximalismos es que ahora casi todo el mundo ve el vaso medio vacío cuando quedan un sinfín de jornadas por disputarse de un torneo que se ha repetido, por activa y por pasiva, se caracteriza por tratarse de una prolongada carrera de fondo.

Hubiese sido mucho más acertado lanzar un mensaje de optimismo a medio plazo, en el que la participación progresiva de la cantera fuese una de sus banderas. Pero el mal ya está hecho.