Preguntas
El Athletic ha entrado en pánico. La alineación ante el Oporto demostró que equipo y cuerpo técnico han interiorizado hasta el tuétano los peores presagios que parte de la masa social consideraba justificados, y otros creíamos exagerados. Las palabras de Josu Urrutia en la Asamblea, o de los pesos pesados de la plantilla ante los medios, hablando de tranquilidad, autoconfianza, paciencia, etc. no han sido más que un puro ejercicio de superchería dialéctica. Se ha dicho lo único que se podía decir. Solo teniendo muy claro que el partido realmente vital y trascendente es el del fin de semana se puede presentar un equipo semejante el día en el que apuras las pocas opciones de continuar en la Champions League.
Poco se les puede reprochar a Guillermo o Etxeita, más bien al contrario, teniendo en cuenta que han pasado de ser los diez y muchos habituales a entrar en el once sin solución de continuidad, pero si tanto se insiste en que el problema del Athletic no es esencialmente táctico, técnico, ni siquiera físico, sino un tema psicológico, de cabeza, de eso tan etéreo que se llaman sensaciones ¿cómo se sostiene jugarte el todo por el todo sin tu mejor alineación? ¿qué sensaciones se recuperan con un partido digno que solo sirve para engordar más estadísticas negativas y certificar una eliminación de facto? ¿existía mayor inyección de moral que ganar en el estadio O Dragao ante más de 3.000 incondicionales?
Haber sacado el once que todos conocemos de carrerilla no habría garantizado, y menos a día de hoy, sacar un buen resultado, pero sí habría servido para ser coherentes con un discurso que no se sostiene por ningún lado, a no ser que tenga continuidad en el tiempo. Es decir, a no ser que jugadores como Guillermo, Etxeita, etc. empiecen a entrar en las alineaciones con más asiduidad, y lo de ayer no sea lo que parece. El resto es seguir señalando a la Luna para que miremos el dedo.
Es Valverde quien mejor conoce el estado real de su plantilla a todos los niveles, pero la contradicción entre lo que se dice, se piensa y se hace es evidente. Se empezó revolucionando el equipo ante el Granada por mor de la Champions, y se ha terminado experimentando ante el Porto para presentar el once de gala ante el Almería. ¿O acaso a alguien se le ocurre pensar que ante los andaluces entrarán en el once Viguera, Unai Lopez o Erik Moran?
El Athletic ha tardado casi dos décadas en volver a disfrutar de la competición más importante del panorama futbolístico, pero más que un disfrute va camino de convertirse en una tortura. La única sensación que estamos recuperando con el tiempo es la de ser un equipo pequeño, de andar por el salón de casa. ¿Y eso ya lo teníamos olvidado, no?

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