Natxo MATXIN
Alavés El delantero gallego marcó de falta en el minuto 87

Manu Barreiro, otra vez al rescate

Esta vez sí que la escuadra albiazul se trajo un punto, merced a la vena goleadora del ariete de Santiago, que ha anotado en los tres últimos encuentros que ha disputado. Los de Alberto López encajaron en un saque de esquina que no supieron despejar con acierto.

RACING 1

ALAVÉS 1

Esta vez el Alavés no se marchó de vacío en otro desplazamiento, aunque a punto estuvo de repetir historia. Lo evitó Manu Barreiro. El ariete gallego está en racha -ha marcado en los tres últimos encuentros que ha disputado- y demostró su buen hacer también a balón parado, con una falta al borde del área que transformó con maestría, pegada al palo. Fue el merecido premio al buen trabajo de la escuadra babazorra al inicio de la primera parte y en toda la segunda mitad.

Ciertamente y como acostumbran, los pupilos de Alberto López entraron mejor en el partido que su rival. No apareció lo que podía ser una salida en tromba local después de dos jornadas sin conocer la victoria, sino que fue la escuadra babazorra la que se hizo dueña y señora del medio campo de El Sardinero. Con anticipación y precisión, el conjunto albiazul robó cuantos balones quería y se aproximó con peligro a los dominios de Raúl Fernández.

De ese buen comienzo llegaron las oportunidades, primero para Sangalli tras una pérdida de la defensa anfitriona que el donostiarra no supo concretar en un tiro preciso y después, la más clara para los arabarras, para Manu Barreiro en el 17 quien, tras centro de Raúl García y con todo a su favor para solo tener que empujar el cuero, lo mandó por encima del travesaño.

Al no acertar el Alavés, fueron los cántabros los que cambiaron la dinámica hasta manejar el esférico más en campo albiazul que en el suyo y adelantarse mediante un corner que el cuadro babazorro no consiguió abortar con rotundidad. El Racing se adelantaba prácticamente en su primera ocasión clara.

Sin embargo, el conjunto vasco no estaba dispuesto a volver a repetir episodio y regresar sin puntos a Gasteiz. Tras el descanso, apretó sobre todo a partir de la entrada en el campo de Juli y persiguió el empate con ahínco ante un adversario que se defendía con orden y que encontraba en el cancerbero vizcaino Raúl Fernández a su mejor garante para mantener la portería inmaculada.

Sin embargo, el bilbotarra poco pudo hacer en la magnífica falta directa que se sacó de su bota derecha Manu Barreiro in extremis para poner justicia a un choque en el que el equilibrio fue el resultado más adecuado vistos los méritos que acumularon unos y otros.