Mejora atrás, se olvida de atacar
La escuadra navarra sigue sin saber lo que es ganar fuera, aunque en esta ocasión el rendimiento defensivo fue más acorde a lo que se espera de los de Urban, pero ello derivó en que el equipo cedió el control del juego al rival y llegó con cuentagotas al área local.

NUMANCIA 0
OSASUNA 0
Osasuna protagonizó en Los Pajaritos un encuentro más práctico que ilusionante, con la vista puesta en no perder, tras haberlo hecho en sus tres últimos desplazamientos. Con cuentagotas llegó el conjunto navarro a las inmediaciones del área soriana y durante gran parte del envite estuvo sometido al mejor toque de los anfitriones en la medular. Hubo ocasiones por ambos lados, pero el partido estaba predestinado a finalizar con un raquítico empate a cero, el mejor reflejo de que las dos escuadras estaban por la labor de no caer derrotadas.
Espabilado por lo que le había ocurrido en anteriores salidas, Osasuna saltó al césped de Los Pajaritos con una predisposición acorde a su escudo y al nivel de lo que exigía el contrario. Como novedad en muchos partidos, esta vez la escuadra navarra no encajó a las primeras de cambio, lo que le permitió tener opciones y no estar obligada a jugar a remolque.
Sin embargo, eso no significó, ni mucho menos, que los de Jan Urban se hiciesen con el mando del choque. Muy al contrario, conforme fue avanzando, el Numancia metió atrás a los ayer vestidos de blanco, lo que provocó que durante gran parte del envite las segundas jugadas cayesen del lado local y las salidas a la contra navarras se pudiesen contar con los dedos de la mano y sobraron dedos. Como suele ocurrir, la manta no daba para tapar pies y cabeza.
Por momentos encajonado en propia área y superado por los carriles con Natalio y Vicente, Osasuna se defendió como bien pudo en algunas fases de agobio que no acabaron en disgusto por la falta de puntería soriana. Lo poco que brilló en ataque el cuadro dirigido por Jan Urban llegó de la mano de Kodro y Sisinio, que se vaciaron aunque no siempre con acierto.
Una colada del primero por la izquierda acabó con un remate del segundo casi en el área pequeña que acabó golpeando en el cuerpo de un defensor local -no quedó muy claro si con el estómago o la mano- en el lance de mayor peligro por el lado navarro. Claro que el Numancia también se pudo ir con ventaja al descanso, de no ser por que Raoul Loé sacó bajo palos un remate en el tiempo añadido.
Una por cada lado
El marcador no se movería tampoco tras el descanso, pero durante la segunda parte hubo ocasiones claras para que alguno de los dos casilleros hubiese variado. La más importante del Numancia, casi al cuarto de hora de la reanudación, cuando Cadamuro hizo la estatua en un centro por la izquierda local y Natalio cabeceó sin oposición y colocado para encontrarse con el único obstáculo del poste.
La contrarréplica osasunista llegó en apenas tres minutos cuando Regalón tuvo que lanzarse a ras de hierba para sacar un balón de Kodro que ya se colaba estando la meta sin guardameta al haber tenido que salir a la desesperada Munir ante un contragolpe bien llevado por De las Cuevas. Nada más sucedió.
Casi dos meses después, se mantiene la portería a cero
Casi dos meses después de otro empate a cero, el que se consiguió frente al Llagostera, Osasuna volvió a dejar su portería a cero, uno de los objetivos que se venía persiguiendo desde hacía tiempo, ya que la escuadra navarra estaba encajando dos goles por encuentro de media, cifras inadmisibles para un conjunto que el año pasado militaba en la máxima categoría.
El técnico rojillo, Jan Urban, destacó tal circunstancia y se mostró muy satisfecho «por el trabajo que ha realizado el equipo en defensa». Lo cierto es que el apartado destructor de la escuadra rojilla resultó bastante más convincente en la segunda mitad que en la primera, pero no se podría calificar de contundente, ya que se siguen teniendo más de una laguna en determinadas fases de los encuentros. Es un punto de partida, pero queda mucho trabajo por realizar en esta faceta.
El preparador polaco también se congratuló del hecho de que el Numancia no hubiese generado apenas peligro a balón parado con un gran ejecutor de faltas, como es Julio Álvarez. Del mismo modo, lamentó la ausencia de ocasiones a favor -el debe que se le puede achacar a Osasuna en el día de ayer-, pero saludó el punto conseguido.
Urban no se pronunció sobre la actuación arbitral, la cual, sin ser polémica, sí que pudo decantar el choque en dos jugadas con cierta miga. Unas posibles manos de un defensor numantino en la primera parte a disparo de Sisinio y un probable penalti a falta de un cuarto de hora para el final al ser agarrado Nekounam dentro del área soriana cuando iba a rematar. N.M.

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