DEPORTIVO ALAVÉS 0

SPORTING DE GIJÓN 0

No se puede decir que está parado, pero el Alavés sigue inmerso en un monumental atasco como los que se producen en cualquier gran ciudad en hora punta, o como los que cada puente o período vacacional se producen en cada nudo de las carreteras de nuestra geografía. Los de Alberto López se encontraron a un sólido Sporting que sigue sin perder en todo el campeonato y sumaron su cuarto empate consecutivo y su quinto partido sin perder, algo que siempre supone tener más cerca el punto de llegada, aunque el ritmo y la velocidad no sean los deseados.

Enfrentándose los dos campeones de los empates en la categoría, ambos equipos llegaban con seis igualadas a la jornada de ayer, era de suponer que el resultado a esperar eran unas nuevas tablas y el discurrir del juego no se encargó de llevar la contraria.

Quizá sí que fue el equipo local el que mereció algo más, Ion Vélez tuvo la oportunidad más clara de todo el partido en un mano a mano que tuvo con Cuéllar en el minuto 55, una jugada en la que el árbitro bien pudo pitar penalti previo como solicitó Alberto en sala de prensa, pero el navarro siguió avanzando y el desequilibrio del agarrón del defensa rival no le permitió rematar con precisión, o percibir que Manu Barreiro estaba completamente solo para marcar si se la hubiera cedido.

A oleadas

Sin embargo, el partido se pareció mucho a las sensaciones de un conductor en plena congestión vial en una carretera de varias vías: creyendo avanzar en ciertos momentos, pero viendo cómo aquellos vehículos que había dejado atrás unos pocos metros antes volvían a tomarle la delantera para terminar ambos en a la misma altura. Las defensas se impusieron en casi todo momento a los ataques y las oportunidades claras fueron muy contadas.

Con la sorpresa de la alineación de Einar en el eje de la defensa en sustitución de Laguardia, Galán en el lateral diestro en el lugar del sancionado Unai Medina y con Castillo repitiendo en el carril zurdo, Alberto apostó por un un 4-4-2 en el que Raúl García volvió al once, pero en el centro del campo, y Ion Vélez y Manu Barreiro en punta.

Tuvo un comienzo efervescente el Glorioso, sin llegar a disparar con peligro a puerta, pero con presencia en campo contrario y algún que otro buen balón lateral sin encontrar rematador. Sin embargo, a partir del cuarto de hora la sensación de agobio cambió de bando y fue el Sporting el que agobió a su rival, con los larguísimos saques de banda de Luis Hernández como una de las mayores preocupaciones. Pero tampoco dio grandes sustos el equipo asturiano, salvo en un error defensivo en el que Carlos Castro se entretuvo y se gustó demasiado, dando tiempo a Castillo a tapar su remate.

Tras igualar el partido en el final del primer tiempo, se volvió a repetir el esquema de la primera mitad, con bríos iniciales locales. Ion Vélez tuvo opciones más claras que en los minutos iniciales, en un cabezazo que marchó alto y la mencionada galopada, pero no acertó y las fuerzas volvieron a nivelarse.

Los cambios no dieron a ninguno de los dos equipos la chispa o la capacidad de desborde para evitar el empate que parecía cantado y el partido terminó sin que ninguno de los dos porteros tuviera demasiados apuros en su área.