Cuando Darko Kovacevic llegó a Donostia en 1996 lo primero que acertó a decir fue que «si Darko gol, no problem». El tiempo le dio la razón. Con sus goles la Real terminó dos temporadas entre los tres primeros y cuando dejó de marcar el club vivió sus mayores problemas.

Sus diecisiete goles llevaron a la tercera plaza en la temporada 97-98 y al irse a la Juventus en la 1999-2000 comenzaron los problemas para la Real, que coqueteó con los puestos de descenso hasta que tuvo que recurrir a Kovacevic en el invierno de la temporada 2001-02 para salvarse. Lo logró gracias a sus seis goles en los últimos nueve partidos, que fueron un anticipo de lo que pasó la temporada siguiente, en la que marcó 20 que sirvieron para alcanzar el subcampeonato de Liga.

En su despedida de la Real, en la 2006-07, Kovacevic no marcó hasta la jornada 26, a la que el equipo llegó hundido con dos victorias, catorce puntos y solo quince goles a favor. El serbio solo anotó tres en toda la temporada y se fue al Olympiacos con el descenso que dejó evidencia la vuelta de su sentencia: «Si Darko no gol, problem».

Doce partidos sin marcar

El mismo lema vale para Carlos Vela, al que le cuesta demasiado entrar en forma por su propio carácter, que le lleva a tomarse el verano con demasiada tranquilidad y que todos los años empieza a funcionar en noviembre, lo que acusa un equipo que depende mucho de sus goles y de todo lo que genera: faltas, expulsiones, asistencias...

En su primera temporada en la Real (2011-12), Vela no marcó ningún gol en las doce primeras jornadas, en las que el equipo era penúltimo con nueve puntos. Cuando el futuro de Montanier estaba en peligro marcó en las dos siguientes jornadas ante Betis y Málaga y el equipo blanquiazul sumó seis puntos. El mexicano terminó la temporada con doce goles.

En la campaña siguiente se repitió la situación. Solo marcó dos goles de penalti en las primeras diez jornadas, en las que la Real sumó diez puntos, y en las dos siguientes logró tres que sirvieron para lograr dos victorias consecutivas y acabó la Liga con catorce que fueron claves para lograr la cuarta plaza.

La pasada campaña Vela sí empezó bien, con cuatro goles en los cuatro primeros partidos oficiales, pero entró después en una sequía de once partidos sin marcar que rompió con cuatro logrados ante el Celta para acabar la temporada con dieciséis.

En estas tres temporadas los períodos de sequía de Carlos Vela colocaron a los entrenadores en una difícil situación, pero en esta su fascitis plantar en la pretemporada ha retrasado más que nunca su puesta a punto y eso se llevó por delante la apuesta por Jagoba Arrasate.

El mexicano no pudo aportar nada en las previas de la Champions y apenas el gol que supuso el 4-2 ante el Real Madrid. Su segundo tanto llegó tras la destitución de Arrasate en el decimoquinto partido oficial y los cuatro que ha marcado en las últimas tres jornadas se suman a los logrados en su vuelta a la selección mexicana.

Vela ha recuperado la chispa y el olfato goleador y con él la Real ha comenzado a ir hacia arriba. Su equipo deberá explotar al máximo la recuperación de su estrella tras confirmarse ayer que Imanol Agirretxe sufre una rotura fibrilar grado II del músculo bíceps femoral de su muslo derecho. Tendrá difícil jugar en lo que queda de año, con cinco partidos oficiales en las próximas tres semanas.