Una tarde resplandeciente
El Eibar disfruta con su victoria más contundente de la temporada. Piovaccari, Saúl, Albentosa, Navas y Capa firmaron los goles de la escuadra azulgrana, que se sitúa ya con nueve puntos de ventaja sobre los puestos de descenso.

EIBAR 5
ALMERÍA 2
Llovía en Eibar, como si no lo hubiera hecho nunca, con los relojes marcando las cinco de la tarde. Y no dejó de hacerlo, ni por un instante, en la hora y media posterior. Una cortina de agua permanente sobre un verde que acabó marrón. El otoño en su máxima expresión como escenario de un encuentro que sus protagonistas sabían decisivo. Y que tiñeron con el azul intenso del cielo veraniego, convirtiéndolo en una tarde resplandeciente.
Lo fue para el espectador neutral, que vio transformarse el remojón, aparentemente condenado a un intercambio de patadones sobre el barro, en un gozoso baño de goles, siete nada menos, muchos de ellos de bella factura, y otras tantas acciones que bien pudieron acabar igualmente subiendo al marcador. No fue tan cálida la tarde para el Almería, que acabó con tiritona y asomado al abismo del descenso, del que solo le separa, por apenas un tanto, el golaverage. Y resultó estival, sin duda, para la familia azulgrana. Sobre todo para la afición eibarresa, que respondió a la llamada de su equipo y acudió a Ipurua pese a un diluvio que invitaba al chocolate, la manta y la pantalla de televisión. No lo lamentó. Acabó coreando el «beste bat», feliz con la mayor goleada del Eibar desde que ingresó en el selecto club de Primera. Un equipo que, también por primera vez este curso, celebra dos victorias de forma consecutiva, por lo que se ve recompensado con una situación clasificatoria casi inimaginable hace tres meses: alcanza los 19 puntos, apenas tres menos que la campaña pasada a estas alturas, y aventaja ya en nueve a los cuatro últimos clasificados.
Aunque casi, no todo fue júbilo. Hubo quien bromeaba al descanso, adelantando que el chaparrón al que habían sometido los armeros al Almería en el primer tiempo se iba a ver correspondido en el vestuario. El gol de la escuadra rojiblanca, en un córner que su anfitrión fue incapaz de despejar, es de los que los entrenadores apuntan en rojo y con mayúsculas en sus libretas. Si hubo lectura de cartilla, al equipo le sentó de miedo porque regresó al campo con los colmillos incluso más afilados que en la primera parte. Redondeó la manita y, aunque también encajó otro gol, tuvo oportunidades como para acabar con unos guarismos de escándalo.
Los dos goles y el otro par de ocasiones en las que el Almería se acercó a Xabi con demasiada facilidad fueron los únicos lunares de un partido espectacular, al que los azulgranas entraron como no habían podido hacerlo en buena parte de sus compromisos en Ipurua. Los errores de concentración, los despistes, la inconsistencia en los primeros minutos han permitido a los rivales llevarse unos cuantos puntos del estadio eibarrés esta temporada. La escuadra armera ya venía poniéndole remedio -en sus últimos cinco encuentros, incluyendo el copero, solo el Real Madrid, con colaboración arbitral de por medio, había conseguido marcarles gol en la primera parte- y ayer le dio otra vuelta de tuerca. Salió con el cuchillo entre los dientes, dispuestos a que el partido se decantase pronto, pero esta vez a su favor.
Acierto inmediato
La fortuna recompensó su planteamiento y en su primer acercamiento al área rompió la igualada. Bóveda enviaba arriba para Piovaccari y el italiano se metía en el área para batir a Rubén con un disparo raso cuando se acababa de cumplir el segundo minuto de partido. El Almería, muy consciente de su situación y con mucha dinamita sobre el césped, quiso responder con la misma velocidad y enlazó un par de escapadas de Wellington que volvieron a ensombrecer el firmamento.
Afortunadamente, los rayos de sol no tardaron en reaparecer y para cuando se cumplió la media hora, el Eibar ya había encarrilado el choque con otros dos goles. Primero fue Saúl el que entró por la izquierda para ajustar su disparo al segundo palo. Después Albentosa el que tiró de uno de los recursos habituales del cuadro armero: córner botado por Saúl y cabezazo del central para colocar el 3-0.
La parcela del Almería era en ese momento tierra quemada y hasta los más escépticos especulaban ya con una goleada. Pero todas las carencias que mostraba el equipo andaluz en defensa se convertían en mordiente de medio campo hacia arriba. Ya fuera con las carreras de Wellington por banda o, no es patrimonio exclusivo del Eibar, a balón parado. Soriano, que acababa de saltar al campo -también Garitano tuvo que realizar un cambio a segundos del descanso tras lesionarse Saúl-, aprovechó un córner que los defensores azulgranas no supieron despejar para empujar junto al palo y permitir a su equipo acabar la primera parte sin respiración asistida.
La volvió a necesitar en cuanto regresó al césped. El Eibar no quiso disgustos y, con su rival forzado a volcarse y con evidentes problemas defensivos, aprovechó la pendiente favorable del campo. Capa, que había sustituido a Saúl en las postrimerías de la primera parte, se convirtió en el gran protagonista de esta segunda, convirtiendo su banda en una autopista y sus llegadas al área en un hábito. Aunque tuvo que esperar para celebrar el gol. Se adelantó Navas, cabeceando otro córner de Manu -que había rondado el gol olímpico, como Saúl en el primer tiempo-, antes de que el portugalujo empalmara un derechazo para estrenarse como goleador en la máxima categoría.
El Almería aprovechó los festejos de su anfitrión para maquillar el marcador con otro golazo, este a cargo de Edgar, al que pudo acompañar el de Corona. Lo evitó el larguero y el choque pudo acabar sin que asomasen los fantasmas y con la grada, extasiada, coreando al unísono el «beste bat».
Garitano: «No pienso mirar la clasificación porque esto todavía es muy largo»
El Eibar concluye la 14ª jornada más cerca de Europa que del descenso. Pero en el vestuario los pies siguen anclados al suelo. No ya porque los azulgranas no se vean viajando por el continente, sino porque son conscientes de que todavía tendrán que sufrir muchas tardes, bastante más desapacibles que la de ayer, para poder paladear la permanencia.
Su entrenador ni siquiera va a «mirar la clasificación, ya sabéis como he pensado siempre. No pienso ni mirarla porque es engañoso. Tenemos mucho que mejorar todavía. Hemos dado un pequeño pasito pero esto va a seguir siendo muy duro de aquí en adelante. Solo pienso en que mañana hay que entrenar y pensar en el siguiente partido». Lógicamente, Gaizka Garitano está contento con los 19 puntos que ha sumado su equipo y la ventaja que atesora ya respecto a la cola de la tabla pero insiste en que «todavía estamos lejísimos. Hay que sufrir mucho, queda mucho -insiste-, estamos en diciembre. A la mínima que bajemos la intensidad nos gana cualquiera. Tenemos que seguir adelante. Hemos dado un pasito pequeño y ahora tenemos que ir a Sevilla a intentar dar otro».
No fue precisamente intensidad lo que le faltó ayer a su equipo. Y además desde el mismo pitido inicial, algo de lo que se congratulaba especialmente el entrenador. «En los partidos de Ipurua no estábamos saliendo con la intensidad que teníamos que salir, estábamos encajando goles en los primeros minutos..., nos hacía falta un plus. Hoy se ha visto desde el primer minuto que hemos salido a por el partido, con intensidad, a apretar arriba, a ponerle las cosas muy difíciles al Almería. Además hemos tenido la suerte de marcar pronto el primer gol, que siempre marca mucho, pero sobre todo me quedo con la actitud que hemos tenido al principio y que nos ha faltado otros días».
Ese arranque eléctrico no fue sino el prólogo de un partido que tuvo algún borrón pero que, en líneas generales, dejó muy satisfecho a su técnico. «He visto muy bien al equipo, sobre todo en lo que respecta a la mentalidad. Y además con muy buenas sensaciones ofensivas. Porque hemos marcado cinco goles pero además hemos generado muchas ocasiones, hemos entrado por banda, a balón parado... El 3-1, con el potencial ofensivo que tiene el Almería, no nos ha dejado irnos tranquilos al descanso pero por suerte hemos marcado el cuarto y ahí sí que hemos cerrado el partido. Hemos llegado mucho -insistió- y además hemos acertado pronto. Ha sido un partido bonito».
Se felicitó por ello especialmente por «la afición porque desde la primera jornada no habíamos podido ganar un partido aquí y hoy los aficionados han disfrutado mucho. Lo estábamos haciendo bien fuera de casa pero a la afición también le gusta disfrutar y ver ganar a su equipo en casa. Hoy lo hemos conseguido, además con goles, estamos contentos por haberles dado una tarde tan bonita».
Garitano, por otro lado, también se mostró satisfecho con la aportación de las últimas incorporaciones, que empiezan a reclamar su cuota de protagonismo. No solo ayer, aunque en casos concretos como el de Manu del Moral, el choque frente al Almería supone su mejor actuación desde que se estrenó con la camiseta azulgrana. «Ya va entrando más gente -aseguró, contento, el técnico vizcaino-. Al principio habíamos contado mucho con la gente de otros años y ahora, poco a poco, van entrando los demás. La adaptación no es fácil, estamos llegando a encontrarnos en un punto medio del camino. Ellos llegan y tienen que acercarse, tienen que saber dónde están, a dónde han llegado, quiénes somos..., y yo como entrenador tengo que amoldarme también». «Ahora ya nos estamos encontrando -insistió-. En algunos casos nos ha costado meses, seguramente por carencias mías, pero ya estamos empezando a llegar al punto que queríamos». A.U.L.
Dos minutos y siete segundos. Es lo que necesitó Federicco Piovaccari para inaugurar en el marcador, firmando el gol más rápido del Eibar en Primera. Por poco. Dani García solo había necesitado dos minutos y 29 segundos para marcar en Elche.
La plantilla del Eibar realizará hoy en Atxabalpe una sesión de recuperación. Tras descansar mañana, el miércoles comenzará a preparar la visita del próximo domingo (17.00) al Sevilla.
El realista Yuri Berchiche, los dos últimos años jugador azulgrana, y su entrenador David Moyes siguieron en directo el choque entre Eibar y Almería en Ipurua.

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