Teatro filmado del bueno

La eterna polémica sobre la supuesta obligación del lenguaje fílmico de innovar cuando una película se basa en un clásico teatral, en el caso de esta adaptación de la conocida obra de Strindberg «La señorita Julia», desaparece de un plumazo, porque Liv Ullmann ha sabido contentar a la crítica y público cinematográficos sin dejar de ser fiel al origen escénico del texto. A la inmediata pregunta de cómo lo ha conseguido, a sabiendas de que tantos otros han fracasado en el intento (el último de ellos el inglés Mike Figgis con su versión de 1999), hay que responder que con mucha sicología. Algo en lo que, por ejemplo, está muy versado Roman Polanski, especialista en sacarle el máximo partido a situaciones cerradas con dos o tres únicos personajes.
Es cuestión de oficio, de saber mantener la tensión sicológica del drama de principio a fin de su representación, y Liv Ullmann domina dicha faceta en cuanto heredera legítima de Ingmar Bergman, que dirigió una versión teatral de «La señorita Julia» en 1985. Claro que el maestro lo hizo sin salirse del contexto sueco reflejado por el decimonónico autor, y a la que fuera su compañera y actriz le ha tocado traducirlo al inglés en una traslación a la Irlanda de la misma época, considerando que allí se daba entonces un parecido retrato social dentro de la división de clases.
Liv Ullmann ha dirigido a sus dos actrices y a su actor exactamente como lo haría sobre el escenario, en el convencimiento de que la palabra y la forma en que se expresa es lo que hay que preservar también en la gran pantalla. Toda declamación va acompañada de unos movimientos igualmente estudiados, que se convierten en gestualidad cuando el plano es fijo y estático. Es así porque la dramaturgia se desarrolla en interiores, principlamente en la cocina de la mansión aristocrática, con tan solo un par de exteriores más bien pictóricos y que vendrían a ser una prolongación de los decorados, aquí tan naturales como realistas. Decir, por lo tanto, que Jessica Chastain, Colin Farrell y Samantha Morton sobreactúan estaría fuera de lugar.

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