Agustín GOIKOETXEA
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Una aplicación de móvil para medir el bienestar en las granjas

La investigadora de Ikerbasque Inma Estévez es la responsable de la primera aplicación de móvil para medir el bienestar en granjas avícolas. Esta doctora en Zoología que trabaja en Neiker-Tecnalia destaca que la mejora en la producción de las explotaciones no está reñida con las condiciones en las que viven las aves de corral.

Muchos productores avícolas ya conocen las bondades de dos aplicaciones de móvil que buscan una mejora de la producción industrial de pavos y pollos. Se trata de I-WatchTurkey y I-WatchBroiler, dos herramientas que miden la salud y el bienestar de ambas especies de aves en las explotaciones comerciales mediante la utilización de un método científico.

Detrás de ambas aplicaciones está la investigadora de Ikerbasque Inma Estévez y su equipo. Sus conocimientos en ecología le llevaron a pensar que una metodología de corte transversal podía ser útil para evaluar el bienestar de los pavos en las granjas; tras el éxito se ha extendido a los pollos. La idea de esta doctora en Zoología fue aceptada y testada en granjas comerciales por el grupo de investigadores del proyecto AWIN en Neiker-Tecnalia y en la Universidad de Milán, con la colaboración de la Universidad estadounidense de Purdue. Una vez que se probó la metodología por distintos equipos, el siguiente paso fue crear una plataforma para la recogida, análisis y visualización de datos. Desarrollar una app les pareció la herramienta más sencilla, simple y rápida para llegar a usuarios de todo el mundo. Esta herramienta se puede obtener fácilmente en Google Play.

Estévez incide en el doble objetivo que han perseguido con I-WatchBroiler y I-WatchTurkey. «Los indicadores que hemos implementado pueden obtener un gran impacto económico en la industria avícola, y nuestro objetivo es tanto mejorar el bienestar de las aves como aumentar los beneficios de los granjeros, ayudándoles a tener explotaciones más saludables», explica.

Se efectúa una evaluación y la herramienta estadística incorporada a la aplicación permite a granjeros y veterinarios hacer comparaciones con mediciones anteriores de una forma sencilla y rápida. La aplicación exige que el usuario introduzca información sobre las condiciones en las que se encuentran las aves en las jaulas y las prácticas de gestión, de modo que estas características se puedan relacionar con la conducta aviar, la salud y el bienestar.

Desde 2012, por una directiva europea, es obligatorio el uso de jaulas enriquecidas en avicultura. En ellas, las gallinas disponen de más espacio y así, según los expertos, pueden desarrollar comportamientos que en las jaulas tradicionales -muy criticados por distintos sectores ecologistas y conservacionistas- se veían limitados. Los animales sufren menos pero el coste de la producción aumenta. En esas jaulas enriquecidas se agrupan a más aves, lo que repercute en problemas relacionados con un aumento de canibalismo y de agresión. De ahí que los investigadores estimen muy importante conocer más sobre el comportamiento de gallinas, pollos, patos y pavos.

Estévez no oculta su satisfacción por los resultados obtenidos en su investigación y lo rápido que lo han podido poner a disposición de los interesados: granjeros y veterinarios. «Otros trabajos resultan más complicados y costosos por tiempo y por necesidad de personal», aclara. A través de una metodología «sencilla», insiste, han obtenido un excelente resultado del que se valen los productores avícolas y al que puede acceder mucha más gente en todo el mundo.

Proyecto europeo global

El equipo del que forma parte Estévez está a punto de finalizar en 2015 un proyecto de investigación más global -el ``Welfare Indicators''-, financiado con cuatro millones de euros por la UE, cuyo reto era diseñar protocolos de evaluación del bienestar de ovejas, cabras, caballos, burros y pavos. Han participado en él, expertos de once instituciones europeas, estadounidenses y brasileñas. En el grupo de Neiker-Tecnalia, que lidera Inma Estévez, participan también los doctores Josune Arranz, Roberto Ruiz e Ignacia Beltrán de Heredia, que han centrado su tarea en el ganado ovino y aves.

La razón de centrar la investigación en las aves es debido a que el Estado español es uno de los principales productores avícolas de la UE. Los estudios han estado orientados a promover el bienestar animal y mejorar la eficiencia de los sistemas productivos, tanto para la puesta de huevos en gallinas como para la producción de carne en pollos, pavos o patos. Los trabajos se han desarrollado en las instalaciones de experimentación avícola que Neiker-Tecnalia inauguró en 2012 en el campus agroalimentario de Arkaute. La infraestructura dispone de un aviario de 320 metros cuadrados y una zona de 120 metros cuadrados destinados a almacén, oficina y laboratorio.

«En los sistemas de producción animal del siglo XXI ya no es solo imprescindible producir de manera eficiente sino que, además, la producción se debe realizar de manera respetuosa con el medio ambiente y asegurando el bienestar de los animales», manifiesta Estévez. La doctora en Zoología, que forma parte de Ikerbasque desde 2008, niega que las condiciones en que viven las aves sean extremas, como denuncian repetidamente distintos colectivos que defienden los derechos de los animales. «No es para tanto», subraya, al tiempo que explica que si fuera así, la producción de huevos y la propia carne de las aves que luego se comercializa no alcanzaría los niveles de calidad que tienen.

«Resulta alucinante pensar cómo es posible que, con las estrictas normas que hay que mantener en una explotación, los productos avícolas sigan siendo tan económicos y las empresas sean capaces de sobrevivir», comenta esta integrante del Departamento de Producción Animal de Neiker-Tecnalia. Lo cierto es que la normativa europea es estricta y los productores se han debido adaptar a ella para asegurar la sostenibilidad de las empresas a largo plazo.

Inma Estévez considera que hay un gran desconocimiento sobre la realidad de las explotaciones avícolas. «Me parece interesante que los productores hagan una campaña de divulgación para explicar cómo es la producción y la metodología que siguen. Tienen una imagen de cara a la opinión pública que no se merecen», añade. Sí es consciente de que la ciudadanía está muy sensibilizada por imágenes y reportajes que se difunden periódicamente en los medios de comunicación sobre instalaciones, aunque muchas de ellas no están en la UE y son las que realizan una competencia desleal a quienes cumplen a rajatabla con la normativa europea.

En los últimos años, los especialistas en Producción Animal han estudiado, entre otras cosas, cómo influye la relación entre espacio y número de animales en su comportamiento, bienestar y productividad. Este trabajo ha permitido adquirir conocimientos sólidos sobre la dinámica social de las aves como factor crítico tanto sobre el rendimiento de los lotes como sobre su bienestar. Los resultados de la investigación que se ha prolongado estos años permitirán fijar nuevas estrategias de crianza y cuidado animal que hagan mantener la productividad de las granjas industriales.

Determinar el grado de dolor

``Welfare Indicators'' buscaba, entre otros objetivos, determinar el grado de dolor de los animales durante las diferentes fases de manejo. Muchas de las especies domésticas utilizadas hoy en día en ganadería, en condiciones naturales fueron presas de predadores, de modo que el hecho de que un individuo mostrara signos de dolor o lesiones como la cojera suponía ponerse en el blanco de un posible ataque de depredadores. Por ello, estos animales han evolucionado de forma que han desarrollado estrategias para ocultar el dolor, lo que les confiere una ventaja clave para su supervivencia. Por el contrario, esta ventaja para la supervivencia en condiciones de libertad resulta en que muchos de nuestros animales de granja pueden estar sufriendo mucho antes de que su dolor resulte obvio y se pueda proceder a un tratamiento paliativo.

Este ambicioso proyecto de investigación ha pretendido desarrollar y perfeccionar protocolos no invasivos para evaluar el dolor, incluyendo los efectos de procesos como las mastitis o las cojeras. En este proyecto de investigación también se han realizado experiencias sobre la actitud de los criadores de animales ante el dolor y trabajos sobre la gestión de condiciones dolorosas.

Investigaciones anteriores han demostrado que episodios severos de dolor y estrés en los animales de granja pueden afectar al desarrollo embrionario del feto y de la cría en fases posteriores del desarrollo. Neiker-Tecnalia, junto al SAC de Escocia y la Universidad de Noruega, ha participado activamente en este trabajo, tratando de determinar las formas en las que el estrés durante la gestación y la aplicación de diferente sistemas de manejo pueden afectar a la «programación prenatal» de las crías con posibles consecuencias tanto a nivel del desarrollo del comportamiento, como de su condición física.

I-WatchTurkey y I-WatchBroiler son una de las nuevas herramientas que se han puesto a disposición de productores aunque, sin duda, no serán las últimas, porque la investigación continúa.