50 tatuajes de «Ibra»
El sueco visualiza la lucha contra el hambre mientras Arrigo Sacchi habla de «demasiados negros» en Italia.

«Hay nombres por los que nadie se ocupa: los de los 850 millones que pasan hambre». Corría el minuto 2 del partido en el Parque de los Príncipes entre el modesto Caen y el millonario PSG, cuando Zlatan Ibrahimovic, ese mismo del que Juanma Lillo dijera que «es capaz de hacerle el boca a boca a una jugada, y hacer respirar a jugadas muertas», se sacaba de su chistera un golazo. Sicólogos de la Universidad Hebrea de Jerusalén, donde el premio Nobel Daniel Kahneman creó escuela con sus estudios pioneros de motivación y conducta, analizaron si las reacciones de los jugadores tras marcar un gol tienen alguna relación con los éxitos de los equipos. Tras visionar 125 goles de la liga israelí, observaron que los grupos cuyos goleadores festejan los goles con sus compañeros tienen, en conjunto, mejores resultados que aquellos que celebran los goles alejándose de sus compañeros y reclamando toda la atención. `Ibra' no lo oficializó ni con él ni con los suyos, directamente se quitó su camiseta y mostró su esculpido torso tatuado con 50 nombres de otros tantos seres humanos de los 850 millones que pasan hambre en el planeta.
La sorpresa fue mayúscula, porque era el minuto dos y recibía tarjeta amarilla por la acción. Luego la explicaría: «Vaya donde vaya, la gente me reconoce y me llama por mi nombre y me vitorea. Pero hay nombres por los que nadie se ocupa: los de los 850 millones que pasan hambre en el mundo de hoy en día». Como Carmen, Mariko o Antoine, Sawsan, Chheuy, Lida, Siatta o Rahma, que figuran en su cuerpo de manera simbólica. «Es la primera vez que hago pública una acción humanitaria. No hago esto para que me digan que soy un buen chico, o que me hago el simpático. Tengo una imagen de chico malo y me importa -sonrió-. Pero, ahora quiero ayudarlos».
Gestos singnificativos que demuestran el lado más humano y comprometido de los futbolistas. El marfileño Didier Drogba es uno de los más implicados en programas de ayudas a África, lo mismo que Samuel Eto´o -aunque también se compre como ahora una mansión de 25 millones de euros en la Riviera italiana-, el mexicano Rafa Márquez y sus clínicas en comunidades marginadas, el holandés Dirk Kuyt y su fundación para menores discapacitados, Kanoute y su ciudad para niños huérfanos en Mali... En la última jornada de la Premier, al término del partido que ganó el City al Stoke, Frank Lampard se acercó al jovencísimo Oliver Shenton, que acababa de debutar con solo 17 años, y le entregó su camiseta; la madre del jugador potter había fallecido dos días antes del choque. Frankie perdió a su progenitora en 2008, semanas antes de caer en la final de la Champions ante el United.
No hubo liga inglesa este fin de semana, pero sí Ligue 1, donde ninguno de los tres de cabeza parecen dispuestos a caminar solos. El PSG se adelantó pronto con gol de Ibrahimovic, pero acabó empatando y eso que ganaba 2-0 en el minuto 88. ¿Cómo? Se quedó con nueve jugadores al lesionarse hasta tres de sus futbolistas y haber agotado los cambios. Los parisinos están terceros, igualados a puntos con un Olympique de Marsella que también firmó tablas, 2-2, con un gol del rival en el minuto 90. Y el resumen de Bielsa fue: «Este es un juego típico entre un equipo que domina y tiene oportunidades, pero no se materializó frente a un oponente con menos recursos, que necesitan unas cuantas menos ocasiones para conseguir un empate». Cristalino. Así que dicho y hecho, el Lyon no quiso ser menos y empató fuera, 1-1, con lo que mantiene los dos puntos de ventaja sobre sus perseguidores. Esta jornada los del Loco tienen una prueba de fuego, visitan al cuarto, el duro St-Étienne.
Goles y goles en la Bundesliga
La francesa es la la liga top europea más apretada en cabeza, por delante de la española. Y es que en los campeonatos inglés, alemán e italiano, sus respectivos líderes marchan destacados, a ocho el Bayern, a siete el Chelsea y a los mismos la Juventus. Pep Guardiola avisó a sus jugadores antes de recibir al Hamburgo: «Si seguimos jugando así vamos a tener problemas para defender el título y no tendremos ninguna opción de ganar la Champions League». Después del encuentro, solo se hablaba de cuáles eran las mayores goleadas de la Bundesliga. El 8-0 que le endosaron los bávaros a su histórico rival ayudó a que la jornada en Alemania se saldara con 38 goles en 9 partidos, o lo que es lo mismo, más de 4 tantos por encuentro.
Pero el gran partido de la jornada lo pudimos ver en el Bay Arena de Leverkusen. El visitante Wolfsburgo tenía reservado un vagón especial para el tren que tenía que recorrer los casi 400 kilómetros que separan Renania del Norte-Westfalia, pero cuando llegaron a la estación el viernes no había señal de él. Eso permitió a, entre otros jugadores, el holandés Bas Dost vivir una experiencia nueva: «Me tuve que sentar en el pasillo porque no había más sitios. Nunca me había pasado». No sabía que no iba a ser la única vivencia nueva que le aguardaba.
En el partido más loco en los últimos años, los `lobos' se fueron ganando 0-3 al descanso antes de que los locales lograran empatar a cuatro en la segunda mitad. Fue entonces cuando iba a aparecer Dost para anotar el quinto gol, su cuarto esa noche, en el minuto 93 y dar la victoria al segundo de la tabla.
El tercero en discordia, el Borussia Mönchengladbach tenía un compromiso complicado por lo que supone un Rheinlandderby ante el Colonia. Dos ciudades distanciadas por pocos kilómetros y un ambiente muy caldeado, tanto, que cuando el colegiado pitó el final del choque con victoria para los fohlenelf (potros) por 1-0, un grupo de aficionados visitantes autodenominado «Boyz» violó las vallas de seguridad de la tribuna y saltó al campo de juego acompañado del lanzamiento de bengalas para manifestarse en contra del resultado. Los 40 ultras han sido vetados por el Colonia para acceder al estadio el próximo partido y privados de entradas para cualquier desplazamiento. «Aquí no hay lugar para criminales y todo aquel que atente contra el Colonia no tendrá jamás un lugar dentro de nuestro club», sentencian.
Donde hubo fiesta grande fue en Dortmund. «Estoy dispuesto a que me arranquen un diente cada semana si me aseguran que el equipo gana», había dicho Jurgen Klopp, tras perder un incisivo. Los suyos golearon 4-2 al Mainz, con tanto incluido del joven Marco Reus, aclamado por su público tras renovar con los borusers. Esta vez no hubo `caso Lewandowski', ni `caso Götze' y el Bayern no movió pieza. Es sabida la política de los bávaros de debilitar a sus rivales a base de ficharles sus mejores hombres, pero menos conocida es su cara más benefactora, incluso con el BVB.
Lo que pocos saben es que el club Rekordmeister -que acaba de presentar ingresos históricos de 528 millones de euros- al inicio de cada pretemporada decide organizar un partido benéfico en el cual un club con mal estado económico se queda con el 100% de la recaudación, o que en momentos determinados ha ayudado a algunos equipos a salvarse de la bancarrota. Por ejemplo a su rival el TSV 1860 München, aunque ahora mismo le cobre seis millones de euros anuales por el alquiler del Allianz Arena. El subversivo St. Pauli, de Hamburgo, estuvo a punto de quedarse sin licencia hasta que medió el Bayern, y al Dortmund le ayudó con dos millones de euros libres de intereses durante su quiebra.
En Italia Silvio Berlusconi, dicen, ha rechazado la venta del Milan a un magnate tailandés. No supo ni pudo pasar del empate en casa ante el Empoli y suma una sola victoria en ocho partidos. Números sonrojantes, aunque al menos se vio algo curioso, marcó Destro, el primer rossonero con el `9' a la espalda que anota en San Siro desde que se retirara su actual entrenador, Inzaghi, quien tenía una dulce superstición antes de los partidos, abría una caja de galletas y siempre dejaba dos sin tocar. Ahora, Pippo, quizá busque otro amuleto: convocará esta jornada a un portero de 15 años, de casi dos metros de estatura.
«L'amore non è bello se non è rossonero», tuietaba el 14 de febrero el Milan en las redes sociales, pero como alguien ha dicho, este año, los tifosi del club deberían ir a ver los partidos del Inter y los hinchas del Inter, los del Milan, así tendrían alguna alegría, y eso que los nerazurri se destaparon con un 1-4, segunda victoria seguida.
Curiosa jornada. Los dos últimos le sacaron un punto a los dos primeros. La Juventus no pasó del empate en casa del Cesena -los dos únicos clubes que llenan sus estadios en Italia- y la Roma no supo sacar tajada e igualó ante un Parma colista a cuyos jugadores les habían anunciado que iban a cobrar la nómina. El equipo de Rudi Garcia firmó el quinto empate consecutivo en el Olímpico. Peor le fue al Napoli, que cayó 3-1 ante el irreverente Palermo: Dybala y el Mudo Vázquez, a un nivel estratosférico: 18 goles y 14 asistencias entre ambos, la mejor dupla del Calcio. Y mientras tanto, el gran Arrigo Sacchi quejándose de que «hay demasiados jugadores negros» en el fútbol base italiano, y de paso va su colega Fabio Capello ayer y lo arregla con un nada acertado «no existe eso de equipo violento. Esto es fútbol, de toda la vida. El fútbol no es para `mariquitas'». Como diría el astuto escocés sir Alex Ferguson, «cuando un italiano me dice que hay pasta en el plato, miro debajo de la salsa para asegurarme».

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