Tres cuartos del título se ponen en juego en Dublín
Irlanda e Inglaterra no conocen aún la derrota. Escocia-Italia y Francia-Gales abren hoy la tercera jornada.

El Seis Naciones 2015 afronta su tercera fecha con duelos decisivos, tanto en la parte alta como en la baja de la clasificación. Pero el choque marcado con un círculo rojo es el que disputarán mañana en Dublín los combinados de Irlanda e Inglaterra (16.00). El Aviva Stadium será una caldera con los sentimientos a flor de piel desde que suenen los compases del «Ireland's call» y del «God save the queen».
Ambos llegan con dos victorias en otros tantos partidos y el ganador rozará el trofeo con la yema de los dedos. A Irlanda le restará luego viajar a Gales -el otro escollo complicado- y Escocia, mientras que Inglaterra recibirá a Escocia y Francia.
Los locales se presentarán con la baja de su número 8, Jamie Heaslip -con tres vértebras lesionadas-, y su lugar lo ocupará su compañero de Leinster Jordi Murphy. Se da la curiosidad de que, debido a circunstancias familiares, ninguno nació en la isla esmeralda, el primero lo hizo en Israel y el segundo, como su nombre delata, en Catalunya.
Enfrente, los de Stuart Lancaster presentarán dos novedades. El zaguero Alex Goode ocupará el lugar de Mike Brown, ausente a causa del traumatismo craneal que sufrió en el duelo contra Italia. En la posición de ala Jack Nowell suple, por razones técnicas, a Jonny May.
Buena parte de las miradas estarán puestas en el segundo centro Jonathan Joseph (Bath), hombre de moda con sus tres ensayos en los dos primeros partidos y elegido por la Premiership como el mejor jugador del mes de enero.
A evitar la cuchara de madera
Antes del plato fuerte, el sábado se presenta con dos atractivos entrantes. Abren el fuego Escocia e Italia (15.30), con la cuchara de madera como `premio' a evitar. Los del cardo parten como favoritos, y más jugando en Murrayfield. Hace doce meses lograron en Roma su única victoria con un drop en el último segundo (20-21).
El seleccionador Vern Cotter no puede contar con el sancionado Finn Russell y da entrada en el puesto de apertura a Peter Horne, también de los Glasgow Warriors. Tim Swinson (2ª línea), Euan Murray (pilier) y Tommy Seymour (ala) tomarán el lugar de Richie Gray, Geoff Cross y Tim Visser. El medio melé Laidlaw y el zaguero Hogg volverán a ser la referencia.
Italia llega con muchas bajas y Jacques Brunel dará su primera oportunidad a dos jóvenes, el centro de Benetton Enrico Bacchin (22 años) y el ala de Zebre Michele Visentin (23).
En primera línea, el pilier Dario Chistolini remplaza al experimentado Martin Castrogiovanni, con catorce puntos de sutura en la cara tras ser mordido por el perro de un amigo.
Francia y Gales (18.00), una victoria y una derrota en su casillero, dirimirán si miran arriba o abajo. Los bleus llegan en medio de una tormenta, otra más, después de que el que fuera médico de la selección desde mediados de los 70 hasta mediados de los 90, Jacques Mombet, haya afirmado que «dopaje ha habido y habrá siempre» y que en los 70 se daba a cada jugador anfetaminas en las comidas previas a los partidos.
Diez semanas para Papé
Philiphe Saint André se despide de Pascal Papé. El jugador del Stade Français fue sancionado por diez semanas tras su rodillazo en la espalda de Heaslip. El cuestionado técnico ha revolucionado su XV. El medio melé Rory Kockott y el zaguero de Aviron Scott Spedding desaparecen de la convocatoria, y en su lugar entran Morgan Parra y Brice Dulin. Tampoco estará el lesionado Teddy Thomas, mientras que Mathieu Bastareaud aguardará en el banquillo.
En Gales vuelve George North, que a sus 22 años y 320 días se convierte de largo en el jugador más joven en llegar a los 50 partidos internacionales. Hasta la fecha el más precoz era el australiano Joe Roff, que en octubre de 1999 llegó al medio centenar con 24 años y 39 días.
Los piliers Samson Lee y Scott Baldwin, y el segunda línea Luke Charteris serán las otras tres novedades en los dragones de Warren Gatland.
Sudáfrica y la diversidad racial
Quienes hayan visto la película «Invictus» recordarán que en el equipo capitaneado por François Pienaar (Matt Damon) no abundaban los jugadores de raza negra. De hecho, solo había uno. Veinte años después, el rugby en Sudáfrica sigue siendo «un deporte de blancos», que son menos del 10% de la población . La Federación quiere cambiar esta situación y ha puesto en marcha un plan para atraer al resto del país. Los niños y jóvenes necesitan referentes a los que querer imitar, así que los Springboks se han autoimpuesto para el próximo Mundial un cupo y el seleccionador Heyneke Meyer tendrá que inscribir en cada partido siete jugadores «no blancos» -como poco dos de ellos negros- en el total de 23 convocados.
Actualmente los alas mestizos Habana y Petersen, junto al pilier negro Mtawarira, suelen ser fijos sobre el césped. Un quebradero de cabeza para el técnico, que se verá obligado a sacrificar potencial deportivo en el presente a cambio de ampliar exponencialmente tanto la afición como la base de la pirámide con vistas al futuro. I.I.

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