J.C. ELORZA

El anuncio de más salidas de jugadores sigue debilitando la Liga Asobal

En una entrevista publicada por un diario deportivo catalán hace tres semanas, Valero Rivera, tras su reciente éxito en el Mundial de Qatar, opinaba sobre la situación de la Liga Asobal y decía que al Barcelona no le venía tan mal «que no tenga una Liga tan competitiva. Por la carga para los jugadores, es hasta bueno que no tenga tantos partidos complicados. Estarán en la Final Four y allí te juegas la Champions en dos partidos en 24 horas».

Toda situación se puede observar desde su lado positivo. El Barcelona ganó 29 partidos de Liga y perdió uno en la temporada 2010-11, la última en que ganó la Champions, y desde entonces lleva 108 victorias y dos derrotas en la Liga -las últimas 51 victorias consecutivas, pues no pierde desde el 18 de mayo de 2013, ante Naturhouse-, pero no ha vuelto a repetir en las tres Champions posteriores.

Y la situación es cada vez más sencilla para el Barça, porque la Asobal sigue en desguace. A falta de interés en la competición, salvo por la permanencia, las noticias más relevantes son las de los jugadores que siguen engrosando la lista de emigrados a otras Ligas.

Fue empezar el año y conocerse que el joven pivote del Puerto Sagunto, Nacho Plaza, jugará las tres próximas temporadas en el Füchse Berlín. Hace tres semanas se comunicaba el fichaje del brasileño de Villa de Aranda Patrianova por el Celje esloveno, y la semana pasada era el máximo goleador del Granollers, el central Alvaro Ruiz, quien informaba a su club que al final de temporada se irá al Toulouse -antepenúltimo de la Liga francesa-, lo mismo que el lateral zurdo del Naturhouse Luisfe Jiménez.

En este contexto, Anaitasuna se ha reenganchado a la pugna por el cuarto puesto y las plazas europeas, junto a clubes que hace poco se planteaban justo justo la permanencia como el Cangas y el Benidorm. Para ellos, la descapitalización deportiva de la Liga es una oportunidad inesperada.