IBILIZ IBILI | Antxon ITURRIZA «AIZPEL»

De Elgeta a Intxorta paseo por la historia

No es el que hoy proponemos un recorrido por calzadas enlosadas, bosques seculares o crestas agresivas. Nuestra ruta discurrirá por montañas modestas, redondas, uniformadas de pinares, pero que acumulan en sus laderas una extraordinaria carga histórica.

Los primeros pasos los daremos desde la plaza del pueblo guipuzcoano de Elgeta. Pero, antes de enfilar hacia la montaña, deberemos de dar una vuelta por la llamada, con todos los honores, Mendizaleen Plaza.

En esta plaza se fundó en 1924 la que entonces se denominó Federación Vasco Navarra de Alpinismo. Una placa en una de las casas del recinto recuerda aquel acontecimiento. Otras placas adosadas a la fachada del ayuntamiento evocan otras fechas memorables, como las celebraciones de los cincuenta y los setenta y cinco años de existencia del montañismo federado en Euskal Herria. Y nadie duda de que este corazón del montañismo vasco será el escenario de la conmemoración -en 2024- de su centenario.

Nos encaminamos por Salvador kalea hacia el cruce de carreteras. Tomaremos allí la que se dirige a Arrasate por el que se denominó Camino de los Toldos. Vamos seguir por ella solamente unos 500 metros. Un poste indicador nos invitará a abandonar el asfalto y abordar el sendero balizado SL-GI.39. La pista desciende ligeramente para adentrarse entre pinares y, festoneando por las laderas arboladas, termina remontando hasta el precioso enclave de Asentzioko putzua (40 min). El lugar es una definición bucólica de estética en la naturaleza: un hayedo, una ermita y bajo ella una laguna en la que se refleja un pequeño refugio. Precioso. Como telón de fondo, se perfila la loma redondeada y boscosa de Intxorta, hacia la que nos vamos a encaminar.

Pero antes tenemos que tomar conciencia del mensaje que guardan estos parajes, hoy tranquilos y en un tiempo barridos por la furia de la guerra. Los diversos paneles que iremos encontrando por el camino nos irán situando en los terribles acontecimientos de que fueron escenario, cuando las tropas franquistas, apoyadas por aviones italianos y alemanes, atacaron las posiciones del frente vasco que defendían en Intxorta los batallones nacionalistas y republicanos.

Pasamos en silencio ante el monumento que mantiene la memoria de los heroicos defensores de la legitimidad republicana. Tras cruzar la carretera, al otro lado una lápida nos vuelve a recordar estos hechos. Junto a ella, una pista asciende hacia la izquierda siguiendo la línea de trincheras. Enseguida llegamos hasta la reconstrucción de un refugio. Poco más arriba, un indicador nos orientará hacia una posición dominante en la que ondea una ikurriña. Es el reducto denominado «La Belga», en recuerdo de la ametralladora que varios jóvenes brigadistas de esa nacionalidad aportaron a la defensa de las posiciones de Intxorta.

Regresamos al camino para enfilar ya el ascenso hacia las alturas de estas montañas que hoy encontramos embarradas y un día estuvieron empapadas de sangre. Llegamos así a un collado identificable por los testigos amarillos del gaseoducto. Aquí vamos a encaminarnos en primer lugar hacia la cumbre de Intxorta Txiki. Ascendiendo en dirección opuesta a la que traíamos, y siguiendo en el primer tramo en paralelo a una alambrada, en pocos minutos desembocaremos en un amplio claro. En medio del mismo encontraremos un buzón con la referencia de la altitud y el nombre erróneo de Gaztelumendi. Estamos en realidad en Intxorta Txiki, de 711 metros, que fuera otra de las posiciones claves de la defensa del frente vasco.

Regresamos al collado para tomar ahora un camino descendente con rumbo sur que nos llevará hasta otro pequeño collado, al pie mismo del promontorio de Gazteluatx (718 m), que alcanzaremos tras salvar un breve repecho.

De nuevo retornamos al collado para afrontar el último ascenso de la ruta, que nos llevará hasta la cima principal del macizo. Evitaremos la trocha embarrada del gaseoducto, para tomar un poco a la derecha un sendero más agradable que nos situará en la cercanía de la cima.

Una gran veleta metálica, emplazada por los montañeros de Elgeta en 1928 y restaurada en 1960, nos recibe en la cumbre de Intxorta (737 m), desde la que se abre ante nosotros un espléndido panorama sobre las cumbres del Duranguesado.

Vamos a descender por la vertiente opuesta (rumbo NO), primero por terreno despejado y después adentrándonos en los pinares hasta la proximidad de un collado, tras cruzar un par de alambradas. Pocos metros antes, a la derecha arranca un sendero balizado, y casi siempre bastante embarrado, que encaminará nuestro regreso hacia Elgeta, pasando por los caseríos de Antsoategi.