Natxo MATXIN
SEGUNDA | Derbi en Mendizorrotza

Fiel reflejo de la actual situación de unos y otros

El Alavés se aprovechó de la debilidad defensiva de Osasuna y marcó en casi todas las llegadas que tuvo. Los locales encadenan su cuarto triunfo casero seguido y los rojillos suman su séptima jornada sin ganar.

ALAVÉS 3

OSASUNA 0

El Glorioso ya sabe lo que es ganar dos encuentros seguidos esta campaña tras conseguirlo ayer ante un Osasuna al que descosió en defensa, muestra del diferente momento que viven ambas escuadras vascas. Los albiazules dejaron claro su oficio sobre el césped, acorde a lo que exige la categoría, mientras los rojillos siguen naufragando por aguas turbulentas, sin atisbo de que vayan a recuperarse.

Y la plasmación de dicha realidad tan diferente para unos y otros apenas duró un suspiro, poco más de seis minutos. El tiempo que le costó al Alavés romper la primera línea de presión rojilla -se iniciaba en tres cuartos- y encontrarse con los suficientes espacios como para abrir a banda y dejar la espalda de la defensa osasunista en paños menores.

Así llegó el gol de Manu Barreiro, todo precisión y rapidez, con un Toti que abrió campo, le buscó las carencias a Sisinio en el lateral y envió una precisa asistencia a medio camino entre central y portero -Miguel Flaño no llegó al corte y Santamaría se quedó bajo palos- a la que respondió con contundencia el delantero gallego atacando el esférico con poderío y rotundidad.

La diana de los anfitriones trajo consigo una especie de interludio, los de Alberto López llevando el encuentro al terreno que más les convenía, con mucha posesión de pelota, y los navarros noqueados por un contratiempo tan tempranero, pese a haber entrado bien al envite. El impasse duró nada menos que media hora, con mucho centrocampismo, demasiados errores y muy poca llegada a las áreas, a excepción de otra de Manu Barreiro, que volvió a adelantarse en el remate a un espeso Miguel Flaño.

Tras ese tercio de encuentro, Osasuna pareció despertar. Lo hizo a balón parado, con un remate poco ortodoxo de cabeza de Merino que obligó a Goitia a realizar su primera parada de cierta importancia. No pasó mucho tiempo para que protagonizase la segunda, ya que en el subsiguiente saque de esquina, Miguel Flaño empalmó un balón que el guardameta vizcaino sacó con los puños.

Aún hubo tiempo para que, de nuevo, Merino volviera a sacarse otro testarazo, también de manera un tanto forzada, que se marchó fuera, en lo que podía haber sido el empate. Parecía que los rojillos ponían los cimientos para una reacción, pero fue un mero espejismo. El Alavés había detectado las carencias de los visitantes en sus bandas y sacó provecho inmediato en cuanto se dio inicio a la segunda parte.

Dos zarpazos letales

Mientras Mateo buscaba velocidad en las alas con la entrada de Berenguer, Alberto López se veía obligado a reemplazar a Manu García, que ya había visto una amarilla y el árbitro le había cogido la matrícula. Pero al relevo local, Sergio Llamas, apenas le costó unos segundos convertirse en activo de la victoria babazorra. El tiempo para buscar el hueco en el centro de la frágil zaga encarnada y materializar con calidad otro pase de Toti.

El derbi se había inclinado definitivamente del lado arabarra y más que lo hizo apenas transcurridos otros cinco minutos. Esta vez el filón lo encontró el Alavés por la banda izquierda, cuando Unai Medina, al que ni Berenguer ni Javier Flaño estaban marcando, pudo penetrar, levantar la cabeza y ponerle otro balón preciso a Manu Barreiro para marcar su segunda diana.

El 3-0 no hacía sino certificar que los anfitriones, ahora mismo, son una escuadra con mucho más empaque, mejor posicionamiento y mayor condición física que un Osasuna que, visto lo visto, va a sufrir mucho en lo que resta de temporada para mantener la categoría. Con su cuarta victoria seguida en Mendizorrotza, el Alavés tiene un panorama bastante más halagüeño. Si mejora en sus desplazamientos, puede haber margen incluso para soñar.

Alberto se queda con los comienzos y Mateo se lamentó por repetir errores en los goles

Alberto se congratulaba en la sala de prensa de un triunfo algo engañoso pero muy oportuno para el Alavés. «Es una buena victoria. El equipo ha estado muy bien y ha peleado. En el primer cuarto de hora hemos estado muy bien, pero el marcador era algo engañoso, porque ha habido una fase al fnal de la primera parte en la que ellos nos han creado ocasiones y lo hemos pasado mal. Pero hemos reanudado bien la segunda parte, ha llegado el segundo gol, y partir de ahí todo ha ido rodado para nosotros. Se ve que los jugadores están disfrutando, y me voy muy contento por ello», dijo el técnico local.

Sergio Llamas, el joven que marcó el segundo gol, declaraba por su parte que «estoy muy contento, ya tenía ganas de jugar aquí y además poder marcar un gol, que es lo que cualquier jugador espera cuando sale al campo». Sobre el partido, explicaba que «al principio nos ha costado un poco, pero el equipo ha ido creciendo y hemos terminado muy bien, con tres puntos que nos vienen muy bien».

José Manuel Mateo, por contra, se lamentaba de «un primer tiempo donde una jugada puntual marca el partido. Ha sido una accion evitable, y ha pasado lo mismo también en los otros goles, que han llegado por centros laterales rasos que no hemos defendido bien». En su opinión «en el primer tiempo hemos hecho cosas como para no ir perdiendo al descanso», pero pidió que «tenemos que salir a los partidos más metidos, para evitar esos goles y esas situaciones de peligro». Añadió que no ve «bajar los brazos» a sus jugadores, pero que «anímicamente les veo acusando los golpes». Ante ello, el técnico osasunista no se escondió y dijo que «es mi trabvajo dar con la tecla y levantarles el ánimo». GARA