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Río de Janeiro

Un gol de Messi y un autogol de Bosnia garantizan la victoria argentina por 2-1

Un gol en propia puerta a los 3 minutos de Sead Kolasinac y un golazo de Lionel Messi a los 65 han dado a Argentina un triunfo por 2-1 sobre Bosnia-Herzegovina en el estadio Maracaná, de Río de Janeiro, en la apertura del grupo F de la Copa del Mundo.

Dos jugadores de la selección bosnia intentan robar el balón a Messi en un momento del encuentro. (Juan MABROMATA/AFP)
Dos jugadores de la selección bosnia intentan robar el balón a Messi en un momento del encuentro. (Juan MABROMATA/AFP)

Ocho años -menos un día- después, Messi ha vuelto a marcar en un Mundial. Tras muchos meses intentándolo, ha encontrado la jugada que buscaba. Lo ha hecho, además, cuando sus compatriotas trataban de acallar a la parte de la hinchada brasileña presente en Maracaná que le insultaba.

La reaparición del astro argentino, ausente durante toda la temporada, ha sido la gran noticia de una gris victoria argentina ante un rival que ha pagado la novatada.

Con el Maracaná convertido en una olla albiceleste, la selección de Alejandro Sabella no ha dejado buenas sensaciones. Inconexa y con una alarmante falta de chispa en muchos de los jugadores que deben alimentar el sueño del tricampeonato.

Tampoco ha ayudado el diseño del técnico. En la selección que cuenta con la mejor nómina de atacantes del mundo, Sabella ha plagado el campo de defensas, con la inclusión del zaguero del Inter Hugo Campagnaro. La idea era abrir las bandas con Pablo Zabaleta y Marcos Rojo, pero no lo ha conseguido.

Si se ha ido al descanso con ventaja fue porque al rival le ha pesado el debut. Bosnia, una novata que carga con el peso de representar a un país joven, ha entrado al campo como un flan.

Impresionada por el escenario y la entidad del rival, ha introducido en su meta el primer balón que ha llegado a su área, una falta botada por Messi que ha peinado Marcos Rojo y ha rechazado contra su meta Sead Kolasinac (m.3).

Con el marcador a favor y, sin más plan de juego que aguardar algún destello de sus estrellas, la Albiceleste se ha ido diluyendo conforme ha avanzado el primer tiempo. Messi no ha conectado con Agüero, Di María ha vagado sin rumbo y a Mascherano y Maxi Rodríguez no han dado ni con el ritmo.

Por eso, no ha necesitado mucho Bosnia para ir creciendo hasta poner en apuros a Sergio Romero, pleno de reflejos en un remate de cabeza de Senad Lulic (m.40).

De Messi, mientras, no ha habido más noticias hasta el minuto 45 cuando, con un regate seco y corto en el interior del área, ha comenzado a recordar al jugador que añoran en Barcelona y aún esperan recuperar en Argentina.

Que Gonzalo Higuaín y Fernando Gago entrasen en el campo tras el descanso, no ha sido más que la consecuencia del lógico cambio de planes de Sabella.

Messi ha buscado el balón más alejado del área y, al final, ha encontrado la jugada que quería. Esa carrera con el balón pegado, al pie, esa pared con Higuaín, para recorrer el borde del área hasta encontrar el hueco por el que ajustar la pelota junto al poste, imposible para cualquier arquero.

La respuesta de Bosnia ha sido meritoria, porque lejos de bajar los brazos frente a la euforia albiceleste ha buscado el gol y lo ha encontrado por medio de Vedad Ibisevic (m.85).