
Hamilton ha logrado su octavo triunfo del año, el trigésimo en Fórmula Uno, en una carrera en la que Mercedes ha vuelto a mostrar un total dominio, firmando el octavo «doblete» del año tras copar, asimismo por octava vez, la primera fila; dejando virtualmente sentenciado a su favor el Mundial de constructores.
En una carrera en la que el cuádruple campeón mundial alemán Sebastian Vettel, que el sábado anunció que abandonará a finales de año Red Bull -y que muchos sitúan en Ferrari si, finalmente, Fernando Alonso deja la 'Scuderia'-, fue tercero y que acabó seis vueltas antes de lo previsto tras el accidente de Bianchi, trasladado inconsciente a un hospital en ambulancia, dada la imposibilidad de hacerlo en helicóptero, a causa del mal tiempo.
Las primeras informaciones apuntan a que Bianchi pudo haberse estrellado -no hay imágenes del accidente- contra la grúa que retiraba de la pista el Sauber del alemán Adrian Sutil, accidentado poco antes, testigo visual del percance del francés y que describió la situación como «crítica».
El francés Jules Bianchi sufre «importantes heridas en la cabeza» y esta siendo intervenido quirúrgicamente en un hospital de Mie.
La jornada ya había comenzado de forma caótica, tomándose la salida -con neumático de lluvia extrema- por detrás del coche de seguridad y con una bandera roja, a causa de la salida de pista del sueco Marcus Ericsson (Caterham), en la segunda vuelta, que provocó la interrupción de la carrera un giro más adelante.

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