¿En qué han consistido los cambios en las escuelas infantiles?
El Ayuntamiento de Iruñea ha realizado cambios en cinco escuelas de 0-3 años. Los más importantes son los que afectan a dos escuelas de los barrios de Arrosadia (el centro Printzearen Harresi) y Donibane (el centro Donibane), donde se ha pasado de un modelo de enseñanza en castellano a euskara. Esta decisión responde al acuerdo programático que sustenta el cambio en el Ayuntamiento de Iruñea y venía a satisfacer la demanda de más plazas en euskara. Tras estos cambios, se procedió al inicio de la prematriculación. Es decir, se han recogido las preferencias de los padres para cubrir las plazas en las 17 escuelas infantiles de Iruñea y se ha terminado el borrador de reparto de niños por centros. Ahora debiera de abrirse el periodo de alegaciones y, en breve, pasar a la matriculación definitiva de más de 1.200 niños. La previsión era que la matrícula estuviera cerrada en mayo, pero este proceso está paralizado porque un juez ha decretado la suspensión cautelar de la matriculación, debido a una demanda presentada por los padres de 53 de los 200 niños afectados por los cambios en las escuelas de Donibane y Printzearen Harresi y que se niegan a llevar a los niños a una escuela infantil en euskara.

¿Cuál es el contenido de la denuncia?
Los denunciantes (padres de niños en su mayoría, aunque también hay personas que se han adherido a la demanda pese a no representar a ningún niño afectado) sostienen que, si sus hijos cambian de educadores, sufrirán una ruptura afectiva, por haberse roto el «apego/vínculo» establecido ya con los trabajadores de los centros. Además, los firmantes (que son el 26% de los afectados) dicen que «los padres que han optado inicialmente por permanecer o mantener a sus hijos en la escuela de origen han manifestado en su inmensa mayoría que no lo quieren, ni lo han pedido, ni consienten dicho cambio, resultando una imposición que se ven obligados a soportar». La suspensión cautelar se solicita, porque si se continúa con la prematrícula, cuando llegue la sentencia será tarde para revertir la situación. La idea de la ruptura del vínculo se sustenta en que los educadores y los métodos no serían los mismos en otras escuelas, dado que aunque se pueda recolocar a los trabajadores, no podría trasladarse el equipo entero y, por tanto, resulta insuficiente.

¿Qué es lo que alega el Ayuntamiento?
El Ayuntamiento ha alegado varias cosas. En primer lugar, hay un informe de los pedagogos municipales en el que aseguran que el vínculo esencial que «tiene un efecto decisivo» tal y como defienden los demandantes, es el que establecen los niños con sus padres y no con los educadores. Además, los pedagogos afirman que decir que ese cambio de educadores es perjudicial para el desarrollo de los niños «no es más que una afirmación sin la mínima base empírica, más cercana a una arquitectura dialéctica  que a las conclusiones de un estudio científico». Asimismo, recuerdan que por el interés de 53 niños se están viendo afectadas más de 1.200 familias que siguen sin saber en qué escuela infantil deben comenzar el curso. A esto se añade, además, que 52 de los 53 niños tienen su plaza garantizada en la escuela más cercana. Otra de las ideas principales esgrimidas es que la educación infantil 0-3 años no es obligatoria, por lo que «no hay ningún precepto legal que reconozca el derecho a que, una vez iniciado el primer ciclo de educación infantil en un centro público, dicho ciclo deba continuar en el mismo centro, con el mismo equipo de educadores y sin que se puedan modificar el modelo y proyectos educativos».

¿En qué situación estaba el euskara antes de que se produjeran estos cambios?
Las plazas en euskara en escuelas infantiles eran demasiado pocas atendiendo a la demanda de idioma y, además, estaban mal distribuidas. Del total de plazas ofertadas, según una encuesta del Ayuntamiento, solo un 10,5% de ellas era en euskara cuando existe una demanda del más del 37% de modelos basados en este idioma. Tras modificar estos dos centros, las plazas se han duplicado y se eligieron esas dos escuelas según criterios de ubicación, ya que uno de los principales motivos para escoger centro educativo es la cercanía, ya que debido a los problemas de conciliación, no es posible recorrer determinadas distancias. Por ejemplo, antes de que se cambiara el modelo en la escuela de Donibane, la escuela en euskara más cercana (que era la de Errotxapea) estaba a 2,7 kilómetros a pie de la escuela Donibane y esto supone 35 minutos andando o, si se usa el autobús comarcal, a 22 minutos. La distancia resulta aún mayor entre Printzearen Harresi y las dos escuelas infantiles en euskara antes del cambio (está a más de 3,5 kilómetros de cualquiera de ellas).

¿En qué fase está el proceso judicial?
El juez ha aceptado la petición de suspensión cautelar porque entiende que el perjuicio que se pudiera hacer a las familias sería irreversible y que la sentencia llegaría demasiado. El Ayuntamiento ha recurrido en base a los argumentos resumidos en este artículo. Ahora tiene que decidir la Sala (que es un órgano colegiado en el que participan varios jueces y cuya resolución el instructor deberá de acatar). En caso de que resuelva de modo favorable, se podrá continuar con la matriculación. En caso contrario, el juez que decretó la suspensión cautelar deberá valorarlo todo y emitir una sentencia. En ese momento, se podrá continuar adelante. Por el momento, el Ayuntamiento se está comunicando por carta con las 1.200 familias afectadas para tenerles al corriente de las novedades. Una de las variables más curiosas del proceso es que los padres que ya habían iniciado la prematrícula, también han adquirido derecho a llevar a sus hijos a la escuela escogida, incluidas las de Donibane y Printzeaen Harresi con el modelo nuevo. En el Ayuntamiento confían en que, debido a estos retrasos pudieran afectar al inicio con normalidad del curso y que hay tantas familias a la espera, la Sala se pronuncie a la mayor brevedad sobre si levanta o no la suspensión cautelar.