Naiz
Madrid

La toma de posesión, un primer escaparate más allá del trámite

La toma de posesión de los diputados en el Congreso de Madrid hace mucho tiempo que rebasó los límites del «juro», «prometo» o «acato por imperativo legal», y ahora el acto se ha convertido en el primer escaparate de la legislatura para tratar de marcar línea. Aunque hay quien se pasa de frenada.

Marian Beitialarrangoitia, acompañada por Oskar Matute, toma posesión del escaño.
Marian Beitialarrangoitia, acompañada por Oskar Matute, toma posesión del escaño.

La que más comentarios ha generado en las redes sociales ha sido la número 3 de Podemos, Carolina Bescansa, que se ha lanzado a recitar una parte de un poema de Miguel Hernández. «Porque no soy de un pueblo de bueyes que soy de un pueblo que embargan yacimientos de leones, desfiladeros de águilas y cordilleras de toros con el orgullo en el asta. Nunca medraron los bueyes en los páramos de España. Nunca más un país sin su pueblo y sin su gente», ha declamado.


La fórmula de «nunca más un país sin su gente» también ha sido empleada por sus compañeros Pablo Iglesias e Iñigo Errejón, quienes han prometido «acatar esta Constitución y trabajar para cambiarla». Errejón se ha explayado más y mientras realizada el signo de la V de Victoria ha tomado posesión «por la soberanía del pueblo, la justicia social y una España nueva, por la fraternidad entre los pueblos. Porque fueron somos, porque somos serán».

Más comedidos, los representantes de IU, con Alberto Garzón a la cabeza, han optado por prometer la Constitución «por imperativo legal».

Los diputados de ERC han empleado esta misma coletilla, a la que han añadido «por la proclamación de la República Catalana».

Una fórmula idéntica a la empleada por EH Bildu. «Zin dagit legeak behartuta eta Euskal Errepublika eta legeria propioa izan arte», han declarado Marian Beitialarrangotia y Oskar Matute.

EH Bildu no ha sido la única formación que no ha usado solo el castellano, una actitud que otras bancadas, principalmente la del PP, han criticado con murmullos y abucheos, hasta el punto de que Pastor haya tenido que estrenar su cargo pidiendo silencio a sus propios compañeros.