Sánchez se reivindica olvidando su acuerdo preferente con el PNV
Pedro Sánchez aterrizó en Gasteiz para reivindicar un «cambio» que podía aplicarse para la CAV o para el Estado. Obviando que mantiene un pacto con el PNV en las principales instituciones vascas, trató de presentarse como alternativa al tiempo que cuestionaba a Podemos y C´s.

Si la víspera Pablo Iglesias había llegado a Barakaldo para explicar que no hubo política antes de Elkarrekin Podemos, Pedro Sánchez aterrizó ayer en Gasteiz para vender que jamás el PSE pactó con el PNV. O esa fue la sensación. Puede resultar extraño, pero no hay otra explicación para que el secretario general del PSOE y la candidata del PSE, Idoia Mendia, centrasen sus ataques en su socio de gobierno en todas las instituciones vascas en la que han logrado quorum.
Las encuestas prevén un batacazo para la sucursal de Ferraz, pero si atendemos a los últimos comicios siempre es menos de lo que se espera. El PSOE siempre flota. Las intervenciones de Pedro Sánchez e Idoia Mendia dejaron claro que, al menos en campaña, su objetivo es polarizar con los jelkides. Si el líder del PSOE es capaz de la cuadratura del círculo del «no» al PP, «no» a una alterativa y «no» a unas terceras elecciones en el Congreso español, también puede llegar a Gasteiz y presentarse como el campeón del «cambio» indefinido, porque implicaría enmendarse a sí mismo.
Competir en unionismo
Arrancó el acto Idoia Mendia aferrándose a un mensaje en principio renovador pero anclado en el período en el que Patxi López fue lehendakari. En opinión de la candidata, todos los programas sociales desarrollados por Lakua tienen el sello de Ferraz, que es quien mandó con el PP durante la legislatura en la que la izquierda abertzale estuvo ilegalizada.
A pesar de existir un acuerdo preferente entre PNV y PSE, las principales críticas de Mendia fueron hacia su socio. «El PNV se pasa el día diciendo que ellos son los campeones de los acuerdos pero lo cierto es que solo acuerdan cuando sacan algo para ellos», aseguró la aspirante a lehendakari. Para castigar a su habitual aliado, Mendia se abonó a la teoría del «oasis vasco». Es decir, que hubo políticas sociales interesantes desarrolladas hace tiempo pero que han quedado relegadas en un contexto en el que el PNV es hegemónico. En realidad, un discurso bastante parecido al que la víspera había lanzado Pablo Iglesias.
Los segundos en la lista de agravios del PSE eran Elkarrekin Podemos, con quien compiten directamente por el voto. Al hablar sobre el partido morado, Mendia tiró de bandera española, instando a Pili Zabala a presentarse como «independentista». La candidata del partido morado nunca se ha definido como tal, pero apelar a la «unidad de España» es uno de los argumentos a los que se agarra Ferraz. Su propuesta es el federalismo pero mientras logra colocarlo en la agenda compite con el PP por demostrar quién es el campeón del unionismo.
Presión a Podemos y C’s
La estrella de la mañana era Pedro Sánchez, que llegó a Gasteiz para seguir jugando a la ruleta del bloqueo en el Estado español. El interés estaba en saber si tendría alguna novedad que comunicar sobre la investidura, después de que el fallido intento de Mariano Rajoy y su propuesta de diálogo le haya vuelto a ubicar en el centro del debate. Como viene siendo habitual en los últimos días, cargó contra Unidos Podemos y Ciudadanos por sus «vetos». En su opinión, solo el rechazo mutuo del partido morado y el naranja evitan que exista una alternativa en La Moncloa. La frase suena muy bien pero, en realidad, el jefe de Ferraz ni siquiera se ha postulado oficialmente, así que su presión a sus supuestos socios no pasa de argucia mediática.
Pocas novedades tenía que plantear Sánchez, así que se limitó a discursos habituales como el de establecer la disyuntiva entre políticas sociales y soberanismo. Todo un clásico. Obviamente, no podía dejar pasar por alto que, a cientos de kilómetros, en Catalunya, la celebración de la Diada volvía a reventar las calles de las principales ciudadades del Principat reclamando la independencia. Quizás temeroso de que la ola llegue a Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, el secretario general del PSOE defendió el cambio constitucional para adecuar las demandas soberanistas a su plato único federal. «Euskadi no se puede entender sin el resto de España y España no se puede entender sin Euskadi», argumentó, tirando de identidad rojigualda. Con la agenda centrada en Barcelona, Sánchez no tuvo más remedio que enviar ánimos a sus «compatriotas» españoles en Barcelona. Es decir, la gente que no salió a la calle reivindicando democracia.
Si alguien esperaba que Sánchez fuera a desvelar cuáles serán sus próximos pasos se quedó con las ganas. Suficiente tuvo con mantener el argumentario del PSOE tanto en clave estatal como de cara a las elecciones autonómicas. Sabe que, en realidad, se juega más en Galiza que en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, donde solo podría interpretarse como debacle quedar quinta fuerza por detrás del PP.
Como sabe que el PNV terminará necesitándole, puede permitirse el lanzarle algún dardo, aunque entre dientes y haciendo como si no fuesen socios ahora mismo.

La autopsia confirma el crimen machista en Barakaldo; detenido un hombre de 27 años
‘Gutun bat Kottori’: «Gazteoi dagokigu gai hau bertze modu batera lantzea»

A prisión el detenido tras el crimen machista de Barakaldo, por homicidio y agresión sexual
Buscan a una joven de 23 años desaparecida desde el día 25 en Donostia
