Siempre se ha visto a Jack London como el paradigma de la libertad y de la aventura salvaje, pero su novela de 1907 ‘Martin Eden’ ahonda mucho más en la filosofía personal del autor, a través de la inspiración autobiográfica. Contiene una reflexión sobre la fama y el dinero de la literatura traducida a todos los idiomas, a la par que la función de un intelectual del proletariado, alguien que emergiendo desde las clases populares llega a codearse con las élites de la cultura.

Un discurso interno que el documentalista y cineasta experimental Pietro Marcello ha querido italianizar desde lo universal, que es lo que te da derecho a apropiarte de unas ideas foráneas. Por eso el alter ego literario de Jack London en el cine es un napolitano interpretado por Luca Marinelli, en una caracterización reconocida por la Mostra de Venecia, que le otorgó el premio al Mejor Actor.

En cambio, el David de Donatello fue para el Mejor Guion Adaptado, obra del propio Pietro Marcello y Maurizio Braucci. En el TIFF de Toronto ‘Martin Eden’ (2019) triunfó como Mejor Película, al igual que en el Festival de Sevilla, donde se hizo con el Giraldillo de Oro.

Pietro Marcello introduce anacronismos deliberados, en aras de completar una crónica extendida del pasado siglo, para lo que también combina la ficción con las imágenes de archivo y una banda sonora a destiempo. Pero lo esencial permanece ahí, en la biografía inventada de un marinero pobre que salva la vida de una aristócrata, que le lleva a su mansión palaciega y le presenta a su familia, siendo la hija de la casa la que le anima a cultivarse mediante la lectura, hasta el punto de que es lo que le lleva a convertirse en escritor.

En una fiesta conoce a un poeta que le introduce en los círculos socialistas, pero su individualismo y pensamiento libre, herederos de Nietzsche, le llevan a debatir frente al sentido colectivo de la historia y de la política.