Maite Ubiria

Baja la incidencia, crece la impaciencia ante la reapertura del miércoles en Ipar Euskal Herria

Con una incidencia acumulada a siete días por debajo de 70 y un ritmo de vacunación que destaca sobre la mayoría de territorios hexagonales, Ipar Euskal Herria se dispone a pasar, este miércoles, a una segunda fase en la desescalada entre muestras de impaciencia y llamamientos a la prudencia.

Unos peluches ocupan las sillas en las que los clientes, que en la imagen hacen cola para comprar comida para llevar, podrán sentarse de nuevo este miércoles.  (Bob EDME)
Unos peluches ocupan las sillas en las que los clientes, que en la imagen hacen cola para comprar comida para llevar, podrán sentarse de nuevo este miércoles. (Bob EDME)

El largo puente de la Ascensión, en el que se han hecho menos test, no el el mejor termómetro, por lo que los datos deben ser cogidos con hilvanes. En todo caso, la última tasa acumulada a siete días sitúa al departamento del que forma parte Ipar Euskal Herria por debajo de la barrera de los 70 casos por 100.000 habitantes.

El escalón se bajó el 13 de mayo, día que marcó un 68,5. Una cifra que coloca a Zuberoa, Nafarroa Beherea y Lapurdi en la buena senda hacia esa meta mágica del 50, que ya alcanzaran la pasada primavera antes de que, tras un verano en que centenares de miles de personas visitaron Ipar Euskal Herria, los datos se dispararan a finales de octubre, dando paso a un largo invierno de restricciones.

Pese a que las medidas de confinamiento decretadas, como siempre, desde París, llevaron entonces a mejorar los datos, los efectos secundarios de la Navidad pero sobretodo la irrupción de la variante británica -que aparece hoy en el 92,4% de las pruebas objeto de análisis en el Departamento de Pirineos Atlánticos- empujaron la curva de nuevo hacia arriba en el segundo mes de 2021, lo que llevó a París a aplicar un «confinamiento adaptado» de cuatro semanas, el pasado mes de abril.

Si la cifra de 68,5 casos por 100.000 habitantes es positiva, todavía más importante resulta que en ese periodo de siete días no se haya registrado ningún fallecimiento debido a un virus que desde el inicio de la pandemia se ha cobrado la vida de 471 personas en el departamento que reúne a Ipar Euskal Herria y Biarno.

La situación mejora en los hospitales, en cuyos servicios de reanimación hay todavía ingresadas una docena de personas, algunas llegadas desde regiones más afectadas y con sus servicios hospitalarios en tensión.

37% de personas con al menos una dosis

Las buenas noticias no acaban ahí, ya que Pirineos Atlánticos es un departamento que vacuna a muy buen ritmo. Un 36,8% de su población ha recibido ya la primera dosis. Es el segundo mejor ranking de los doce departamentos que integran la región de Nueva Aquitania.

«No se ha notado apenas el puente festivo, estamos en una media de 500 vacunas esta semana» confirmaba, el sábado, una sanitaria adscrita al Hospital de Baiona, donde arrancó precisamente la vacunación contra la covid, el pasado 6 de enero, y que hoy sigue siendo el centro de referencia para la docena larga de vacunódromos abiertos en Iparralde.

A esos establecimientos dedicados en exclusiva a la vacunación contra la covid-19 hay que algunos servicios itinerantes, la práctica totalidad de las consultas de médicos de familia, los gabinetes de enfermería y las farmacias de Ipar Euskal Herria, en las que se suministran también vacunas.

La llegada de más vacunas y en mayor cantidad, la extensión territorial del suministro, y la ampliación de los criterios -desde el lunes 10 de mayo se vacuna a la población de mas de 50 años y allí donde hay dosis sobrantes la víspera se permite a personas de cualquier edad coger cita- han dado como primer resultado que, ya a escala estatal, Emmanuel Macron haya podido cumplir, con creces, con la previsión de tener a 20 millones de ciudadanos vacunados para el 15 de mayo.

La próxima meta pasa por lograr que otros 10 millones de residentes en el Estado francés estén vacunados para el 15 de junio, cuando podrán solicitar la vacuna todos los mayores de 18 años.

Reapertura de locales, aunque con aforos reducidos

Pero entre esos dos hitos hay otra fecha que centra hoy por hoy toda la atención. Es este miércoles, 19 de mayo, cuando al cumplir sin problemas el criterio de no superar los 400 positivos por 100.000 habitantes en los 7 días precedentes, Ipar Euskal Herria entrará en la segunda fase del calendario de desescalada decidido por París.

Este próximo miércoles habrá un cambio significativo en el paisaje, ya que, con medidas de precaución como la limitación de aforo, abrirán los comercios no esenciales, los centros culturales y deportivos, y las terrazas de los bares y restaurantes.

El puente de la Ascensión ha sido utilizado, de hecho, por muchos hosteleros para poner a punto sus locales. En el Boga de Ziburu, en el que hacen equipo Yuri Goyheneix y Joel Zurutuza, se afanaban durante el fin de semana por acabar a tiempo los trabajos de pintura.

En distintos locales del puerto de Zokoburu, en Hendaia, se limpiaban y se ponían a secar los muebles de exterior, porque llo primero a tener en cuenta es que la apertura devolverá la esperanza solo a aquellos dichosos que dispongan, como el bar Jaizkibel, de una hermosa terraza.

En Baiona, el bar-restaurante Kalostrape que solo podía utilizar antes del cierre una pequeña terraza en el patio interior, ahora, gracias a la peatonalización temporal de la calle Marengo, podrán recibir a unos cuarenta clientes más, una medida que sus responsables acogen con alivio.

El Ayuntamiento de Baiona recuerda en una nota de prensa los esfuerzos realizados. Las exoneraciones de impuestos por ocupación de vía pública -terrazas y otras extensiones de locales- que se aplican desde 2020 han supuesto un desembolso de 500.000 euros a las arcas municipales.

Esas medidas se prolongarán incluso tras la apertura de la zona exterior de los locales, para finalizar el 30 de junio. Aquellos hosteleros que aborden ahora reformas para dotarse precisamente de una zona exterior permanente no abonarán pago por ese concepto hasta el 30 de setiembre.

Movilizados pese al cierre

Programadores culturales y gerentes de bares y restaurantes volverán a la actividad, aunque con cortapisas por las que no ocultan su inquietud. Al menos empezarán a dejar atrás los sinsabores de siete meses de cierre de salas culturales y negocios de hostelería.

Han salido en más de una ocasión a la calle, no ya solo para pedir medidas de exección fiscal (las peticiones a la Mancomunidad Vasca parecen haber llegado finalmente a buen puerto) o para denunciar la falta de cobertura de algunos seguros -las ayudas públicas, por lo general, han llegado en tiempo y forma al sector- sino también para mostrar su preocupación por las consecuencias de un cierre prolongado que ha dejado a la sociedad de Ipar Euskal Herria sin alternativas de cultura y ocio.

Ello, pese a que sus indicadores sanitarios no han sido nunca equiparables a los de los territorios franceses en que el covid19 ha golpeado de forma más cruel.

Los hosteleros hicieron piña, de hecho, en el colectivo Kasu, kasu ostalariak kexu, mientras que las gentes de la cultura secundaron iniciativas como la ocupación de teatros.

A dos días de la reapertura, el primer colectivo aclara que «dada la climatología de este país no es demasiado sostenible mantenernos durante tres semanas más exclusivamente con las terrazas», aunque añade que recibirán «con los brazos abiertos» a los clientes que se acerquen a sus locales.

Toque de queda a las las 21.00 horas

Un cambio no menos esperado por la ciudadanía de los tres territorios afecta al toque de queda que pasará este miércoles de las 19.00 a las 21.00 horas, lo que implicará todo un alivio, si bien el puente de la Ascensión ha dejado claro que la relajación de horarios es ya una realidad social.

Hoteles a más del 60% de ocupación, paseos y playas tomados por los visitantes, pese al tiempo grisáceo, y retorno de la clientela a las tiendas de ropa en la vecina Irun. Clima de desescalada.

Mientras, con ayuda de los principales medios de comunicación, se nutren las expectativas con otra «cuenta atrás» que permitirá recobrar algunos hábitos largamente apetecidos,  el Consejo Científico que asesora al Gobierno francés advierte contra los efectos de «una desescalada demasiado rápida». 

Con todo, el debate social se impregna ya de las presiones de verano, algo a lo que contribuye el propio Ejecutivo al poner en el foco el «pase sanitario», un salvoconducto que incluso desde antes de su ratificación por la Asamblea Nacional ya figuraba en la etapa de cierre de la desescalada, fijada en el 30 de junio.

A partir de esa fecha en que decaerá completamente el toque de queda el Gobierno francés prevé que las personas en posesión de ese documento, en el que figurarán datos relativos a vacunación, inmunización por contagio o realización de pruebas de diagnóstico, puedan acceder a eventos culturales o deportivos con aforo máximo de un millar de asistentes.

Y por descontado, viajar de forma más habitual a lo largo y ancho del Hexágono y previsiblemente más allá de sus fronteras.