Iker Bizkarguenaga
Aktualitateko erredaktorea / Redactor de actualidad

La quinta ola parece tocar techo tras dejar el peor dato de incidencia de la pandemia

La incidencia acumulada en Hego Euskal Herria alcanzó el domingo los 847 casos por cien mil habitantes, la cifra más alta registrada desde el inicio de la pandemia, superando los 842 de la ola de otoño. El aumento de los casos este último mes ha sido fulgurante aunque parece que empiezan a remitir.

Cribado realizado hace unas semanas en Lesaka, donde la incidencia se ha disparado.        (Jagoba MANTEROLA I FOKU)
Cribado realizado hace unas semanas en Lesaka, donde la incidencia se ha disparado. (Jagoba MANTEROLA I FOKU)

Hego Euskal Herria ha registrado en las dos últimas semanas, desde el lunes 12 de julio hasta el pasado domingo, día 25, un total de 24.233 positivos de covid, que han elevado las cifras de incidencia acumulada hasta los 847,3 casos por cien mil habitantes. Se trata de la tasa más alta en lo que llevamos de pandemia –siempre teniendo en cuenta que en la primera ola de 2020 no se detectaban la mayoría de los contagios–, y se ha alcanzado en un espacio de tiempo muy corto, pues hace un mes la incidencia era de 102,7 casos.

Entonces, en la última semana de junio, las expectativas eran muy diferentes, pues con las cifras de casos más bajas en un año y un porcentaje bastante alto de población vacunada, la previsión era que la pandemia iniciaba una etapa menos perturbadora y más controlable.

Pero ha ocurrido todo lo contrario, y con la variante Delta, que ya ha había dejado su impronta en India, Israel y Gran Bretaña, entre otros países, cumpliendo todo lo que se decía sobre su mayor contagiosidad, el incremento de los casos ha sido fulgurante, hasta multiplicar por más de ocho la incidencia.

Hasta ahora, la tasa más alta se había registrado el 6 de noviembre, cuando se llegó a los 842,76 casos por cien mil habitantes tras haberse detectado 24.103 en dos semanas, 130 menos que ahora.

Eso ocurrió en plena ola de otoño, aunque entonces Nafarroa tocó techo bastante antes que el resto de los herrialdes; el 1 de noviembre, por el 12 de ese mes en Bizkaia y Gipuzkoa, y el día 16 en Araba.

Si en aquella ocasión la afección en los cuatro territorios hubiera ido acompasada la incidencia de Hego Euskal Herria habría sido superior a la de esta ola. De hecho, tanto en Nafarroa como en la CAV se alcanzaron números más altos que los de ahora, 1.132 y 849 casos por cien mil habitantes, respectivamente –ahora están en 959 y 808–, pero con dos semanas de diferencia entre un pico y el otro.

En este sentido, ese 6 de noviembre en que se alcanzó la incidencia acumulada conjunta más alta hasta ahora Nafarroa ya llevaba varios días reduciendo los contagios, mientras en los demás se mantenían al alza.     

La historia casi se repite

Ocho meses más tarde, la diferencia entre los ritmos de Nafarroa y los del resto de los herrialdes no es tanta, aunque, curiosamente, la secuencia es bastante similar. Como se puede apreciar en el gráfico de esta página, igual que en otoño Nafarroa ha iniciado antes el repunte de los casos en esta ola y parece que también ha empezado antes a aplanar la curva. Probablemente, porque igual que entonces también ha adoptado medidas con mayor rapidez.

Así, los 289 positivos notificados ayer son menos que los 368 reportados dos semanas antes, y la incidencia acumulada ha pasado de 971 a 959 casos. Es una caída pequeña todavía, pero es una bajada, y es la segunda vez que ocurre en esta quinta oleada del covid: el 17 y el 18 de julio la incidencia también encadenó dos días de descenso, y aunque luego ha vuelto a crecer lo ha hecho a un ritmo más suave que en las jornadas anteriores.

La tendencia es más clara si se comparan los datos semanales, pues en los últimos siete días en Nafarroa se han detectado seiscientos contagios menos que en los siete precedentes 2.872 frente a 3.471. Nada que ver con el aumento del 51% que se había producido la semana anterior.

Parece por tanto que Nafarroa está cerca de tocar techo, si no lo ha hecho ya. De todos modos, aunque no se puede decir lo mismo del resto de los herrialdes, donde la incidencia sigue subiendo, también en el informe de Osakidetza hay elementos que apuntan a que pronto se puede alcanzar ese escenario.

Por ejemplo, el número reproductivo básico Rt, que ha llegado a estar en 1,53 –y en 1,76 en Gipuzkoa– ha bajado hasta el 1,12 en el último boletín, y en Gipuzkoa está en 1.01, rozando el límite entre una situación de expansión o de contracción pandémica. La evolución es evidente, y positiva.

Lo mismo ocurre con la razón de tasas, que mide la diferencia en la incidencia acumulada de un día con la que había la semana anterior, y que ahora está en 1,47 tras haber llegado a 1,88.

Puede decirse, por tanto, que hay una ralentización en la expansión del virus y eso se nota en la incidencia acumulada, que aunque sigue creciendo lo hace en cantidades mucho menores: cinco puntos en Araba del sábado al domingo y seis puntos en Gipuzkoa. En Bizkaia ha subido más, de 787 a 807, y es el herrialde que más lentamente evoluciona, aunque también a mejor.     

Gran disparidad en la afección

La velocidad a la que se ha expandido el virus es una de las características que distingue esta ola de la de otoño, cuando la incidencia estuvo dos meses subiendo hasta alcanzar el pico. Otra diferencia es la gran disparidad existente en la afección en función de la edad, algo que no ocurría entonces. Por ejemplo, el 12 de noviembre, cuando la incidencia tocó techo en la CAV, si la tasa general era de 849 casos por cien mil habitantes, la que había entre los mayores de 65 años era de 712 casos, y de 817 entre los mayores de 80 años.

Era algo menor, sí, pero no tiene nada que ver con la situación actual. Según los datos de Osakidetza, la incidencia entre mayores de 65 años es ahora de 182 casos, 4,4 veces menos que los de toda de la población (808). Y en los jóvenes de 17 y 18 años, si en noviembre la incidencia era de 1.155 casos ahora está en 5.104. La distancia con los colectivos de mayor edad es sideral.