
La 82 Quincena Musical de Donostia comienza hoy su andadura con siete conciertos en diversos puntos de la ciudad. El violonchelista Iagoba Fanlo actuará por la mañana en el ayuntamiento, donde también lo harán el txistulari José Ignacio Ansorena y el pianista Joserra Senperena por la tarde. Los coros KUP Taldea, Suhar y Euskal Herriko Gazte Abesbatza estarán en las iglesias de San Vicente, las Carmelisas y en el fóyer del Kursaal. Y Joxean Goikoetxea y Euskamereta presentarán una interesante propuesta en el Palacio Miramar, con una mezcla de músicas clásicas y populares de temática marina. Sin embargo, el gran evento inaugural tendrá lugar a las 19.30 en el Auditorio Kursaal, con la actuación de la Orquesta Filarmónica de Luxemburgo.
Es la tercera vez que la formación luxemburguesa visita Donostia en los últimos años: en 2014 lo hizo dentro de la programación de Kursaal Eszena y en 2017 ofreció dos conciertos memorables para clausurar la 78 Quincena Musical. Se trata de una orquesta vinculada a la radio en sus orígenes, pues fue fundada en 1933 con el nombre de Grand Orchestre Symphonique de Radio Luxembourg. Desarrolló esta función con normalidad hasta los primeros años de la década de los noventa, cuando la CLT, la compañía de radiodifusión de Luxemburgo, se privatizó y la nueva junta directiva decidió que la orquesta no salía rentable. El caso fue sonado en los medios culturales europeos. Afortunadamente, el Estado luxemburgués creó una fundación para asegurar la supervivencia de la orquesta, que adoptó su nombre actual y desde 2005 es el conjunto residente de la impresionante Filarmónica de Luxemburgo, el etéreo auditorio con cientos de columnas diseñado por Christian de Portzamparc.
Un director comprometido
La orquesta estará comandada por su director titular desde el 2015, el valenciano Gustavo Gimeno. Su caso es el de un músico que, siguiendo su propio camino y sin grandes ambiciones, pasó de estudiar percusión en Valencia a dirigir algunas de las mejores orquestas del mundo. Nacido en 1976, con 14 años conoció a algunos percusionistas holandeses que venían a dar cursos de verano a Valencia y tres años después, con 17, decidió trasladarse a Ámsterdam para estudiar con ellos. Su idea era permanecer allí un corto período de tiempo, pero en 2001 ganó la oposición a percusionista de la Real Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam, para muchos, la mejor orquesta europea, y su vida quedó definitivamente ligada a Países Bajos.
En paralelo a su trabajo con la Concertgebouw, Gimeno comenzó a estudiar dirección de orquesta en el Conservatorio de Ámsterdam, una especialidad que siempre le había interesado pero a la que le tenía «demasiado respeto».
Tras adquirir experiencia dirigiendo a grupos amateur, pronto entró bajo la protección de dos de los directores más importantes de las últimas décadas: Mariss Jansons y Claudio Abbado. El primero, director de la Orquesta del Concertgebouw hasta 2015, le dio la oportunidad de ser su asistente en varios conciertos, pero con Abbado la relación fue mucho más cercana: «En el periodo que estuvimos juntos yo era casi un nieto, su nieto musical en ese momento», rememoraba Gimeno en una entrevista para la revista Melómano. «Estaba siempre con él, comíamos juntos, escuchábamos discos, mirábamos partituras, hablamos muchísimo… fue muy intenso, una confianza máxima, me acogió maravillosamente».
En los últimos años Gimeno ha dirigido orquestas tan importantes como las de Cleveland, Chicago, Boston, Houston, la del Teatro Mariisnky, la de la Rai italiana... y recientemente ha sido nombrado también director titular de la Orquesta Sinfónica de Toronto. Pero su mayor compromiso sigue siendo con la agrupación luxemburguesa con la que visita hoy y mañana la Quincena. Gimeno la ve como «una orquesta muy joven y eso tiene su lado positivo y su lado negativo. No tiene una historia y una tradición que marquen su sonido y su personalidad de antemano. A la vez, Luxemburgo, por su situación en el mapa, tiene gente de muchos países en su atriles: hay franceses, alemanes, los dos sectores predominantes, pero hay también belgas, músicos procedentes de Asia, norteamericanos… Esa ausencia de un pasado que nos marque demasiado permite una mayor apertura de miras».
La solista para Liszt y Mozart
Los dos conciertos contarán con la presencia de Yuja Wang, una de las estrellas más carismáticas del circuito clásico en la actualidad. La pianista china nacida en Beijing es conocida, además de por su cautivadora presencia en el escenario, por su extraordinaria mezcla de refinamiento técnico y conocimiento estilístico, lo que llevó al New York Times a saludarla como «una de los mejores pianistas jóvenes que existen». Los dos conciertos que ofrecerá junto a la Filarmónica de Luxemburgo supondrán su debut en la Quincena Musical y su esperado regreso a la ciudad tras su último recital en 2018.
El programa de estará dedicado a músicas checas, rumanas y húngaras, con obras de Ligeti, Liszt y Dvorak; y el del lunes incluirá el “Concierto para piano nº 20” de Mozart y la célebre “Sinfonía nº 5” de Beethoven.
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