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Confirmado: la UE prohíbe vuelos con siete países del sur de Africa por la nueva cepa

El llamado «freno de emergencia» ha sido pisado por la Unión Europea en unas pocas horas tras la alarma que llega de Sudáfrica sobre una nueva cepa que se ha sobrepuesto muy rápidamente a la delta predominante hasta ahora.

En Brasil también se ha alertado sobre vuelos desde estos países. En la foto, el aeropuerto de Río de Janeiro. (Paulo PIMENTEL | AFP)
En Brasil también se ha alertado sobre vuelos desde estos países. En la foto, el aeropuerto de Río de Janeiro. (Paulo PIMENTEL | AFP)

Los países de la Unión Europea han decidido en unas horas prohibir los vuelos con salida o destino a Sudáfrica y otros seis países africanos por temor a que la nueva variante de coronavirus B.1.1.529 (conocida como 'Nu') se propague por esas rutas.

Las restricciones afectarán a Sudáfrica, Botsuana, Esuatini, Lesoto, Namibia, Mozambique y Zimbabue y se aplicará por ahora «durante catorce días», han precisado las fuentes.

Representantes de los Veintisiete se reunieron a primera hora de la tarde de este viernes para estudiar una propuesta de la Comisión Europea para activar el «freno de emergencia» que permite cerrar la frontera exterior con determinados países en donde se localizan variantes de interés o preocupantes.

Bruselas tomó la iniciativa en respuesta a la petición de varios Estados miembro de dar el paso en esta dirección y la cuestión ha recibido el apoyo del resto de socios en una reunión celebrada en la capital comunitaria en el marco del Dispositivo de Respuesta Política Integrada a las Crisis (IPCR) a nivel técnico y de embajadores.

Los Veintisiete cuentan con unas directrices comunes que prevén la activación de un «freno de emergencia» para coordinar el cierre de la frontera exterior a países en donde se detecten nuevas variantes que puedan suponer un riesgo para el control de la pandemia de coronavirus en la UE.

Este instrumento, sin embargo, se basa en una recomendación de Bruselas para definir una «coordinación práctica» pero no supone una «obligación legal» para los Estados miembro, que son quienes conservan las competencias exclusivas en esta materia y deciden de manera individual como actuar con el tránsito en sus fronteras.