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La conflictiva convivencia entre orcas y veleros en el Estrecho de Gibraltar

Desde setiembre del año pasado, se han sucedido numerosos incidentes entre las orcas y los veleros en la zona del Estrecho de Gibraltar. Según los expertos, algunos pescadores atacaron a los animales el verano pasado, y ahora las orcas estarían respondiendo.

Orcas junto a una embarcación.
Orcas junto a una embarcación. (MITMA / EP)

Dos nuevos veleros han sufrido en las últimas 24 horas daños causados por orcas que nadan por el Estrecho de Gibraltar y han tenido que ser remolcados por Salvamento Marítimo al puerto de Barbate (Cádiz).

El último de los episodios ha sucedido esta misma noche, cuando un velero llamado ‘Cachaca’ y que estaba a siete millas al suroeste de Barbate sufrió colisiones con las orcas.

El velero, de 14 metros de eslora y que, en el momento del incidente, tenía a bordo tres tripulantes, pidió ayuda a Salvamento Marítimo, que envió la embarcación Salvamar Enif para remolcarlo y conducirlo al puerto de Barbate, donde ha atracado a las 5.00 horas.

Otro incidente similar se produjo en la misma zona a las 7.20 de la mañana de ayer y también el velero tuvo que ser remolcado por Salvamento Marítimo al puerto.

Se trata de dos nuevas «interactuaciones» entre las orcas y los veleros en el Estrecho de Gibraltar que se suman a la veintena que se han registrado desde el pasado mes de abril, y que han dejado inutilizados el timón de al menos ocho embarcaciones.

Aunque las causas de estos episodios se están aún investigando, los especialistas consideran que las orcas pueden sentirse atraídas por el roce de la pala del timón de los veleros, unas embarcaciones que no emiten ruidos que las ahuyentarían cuando se desplazan sin motor.

Se producen además especialmente en zonas próximas a las que trabajan las almadrabas, áreas en las que se concentran las orcas en busca también de atunes rojos, según las fuentes.

El verano pasado, cuando hasta el 3 de setiembre se registraron al menos 69 contactos con veleros, de los cuales 30 precisaron remolque por perder el timón, se produjo un significativo repunte de estos incidentes, por lo que llegó a prohibirse la navegación de estas embarcaciones de menos de 15 metros en la ensenada de Barbate).

Capitanía Marítima aún no ha tomado este año la decisión de, para evitar situaciones de peligro, volver a establecer esa prohibición, en espera de lo que aconseje el Grupo de Trabajo de Orcas del Atlántico, que agrupa a especialistas y científicos de la zona del Estrecho, Galicia, Portugal y Estado francés.

Teoría de la protesta

Las orcas son animales muy inteligentes. Por ello, tras los incidentes de setiembre, los investigadores trataron de buscar una razón. Así, Francisco Gil, Director del Centro de Interpretación de Cetáceos y Aula del Mar de Tarifa (CICAM), consideró que se trataba de una respuesta de las orcas a los ataques que sufrieron en el verano.

Él mismo, al salir a buscar cetáceos, se encontró con que algunas orcas tenían heridas y cicatrices o incluso habían sido arponeadas por una lanza, que en ocasiones todavía tenían clavada. Los animales podrían haberse asustado por los ataques de los humanos, y por eso Gil ve los incidentes actuales como «una protesta», aunque podría tratarse simplemente de un juego para los animales.

Según Gil, cuando se puso fin al confinamiento por el covid-19, numerosos veleros salieron con permiso para efectuar la pesca deportiva del atún y como las orcas aprendieron, en época de escasez, a quitárselos arrancándoselos del sedal, recibieron ataques por parte de los tripulantes de algunos veleros deportivos.

Generalmente las orcas muerden la hélice delantera de los barcos pequeños para inutilizarlos. Así, las recomendaciones de Salvamento Marítimo en caso de encontrarse con orcas son dejar el timón quieto y alineado con el casco del barco, detener la embarcación plegando velas y parando la máquina y no asomarse por la borda ni gritar.

En palabras de Gil, históricamente las orcas y los humanos han convivido y hasta han colaborado en la pesca del atún. En primavera, cuando los bancos de atún llegan al Mediterráneo, las orcas acorralan a los peces y los empujan hacia las almadrabas gaditanas, donde los humanos los pescan fácilmente.

Así, el experto opina que, aunque los bancos de atún ya se han recuperado y lo existe escasez, deberían revisarse los cupos de pesca de los veleros para ampliar los de los métodos tradicionales de pesca, como las almadrabas.