Nafarroa debe mucho a Félix Huarte, ese empresario infatigable que amaba su tierra, y que además no era tan garrulo como el común de la casta terrateniente y potentada de la época. Huarte consiguió industrializar el territorio y hasta fundó Authi, clave para la posterior implantación de Volkswagen. Empleó a miles y miles de personas en sus distintas empresas. La labor de Huarte en el desarrollo de Nafarroa fue de todo punto trascendente y a pocas personas le debe esta tierra tanto como a él en lo que al desarrollo económico respecta.

Nafarroa le debe mucho a Franco también. El hecho de que los carlistas, falangistas y la mayoría del pueblo llano se levantaran en masa con el bando fascista vencedor la hizo merecedora de los mayores honores una vez vencieron la guerra. De ahí que el escudo navarro pasara a lucir la Laureada de San Fernando, la más apreciada condecoración de cuantas reparte el Ejército español.

La Laureada no fue lo único que recibió Nafarroa, también fue premiada otras prebendas de tipo económico que son precisamente las que canalizó (y por las que sin duda peleó) Huarte, el constructor que finalizó el Valle de los Caídos.

No son los Fueros y el espíritu trabajador de los navarros –como algunos hacen creer­– los que explican por entero la diferencia existente entre la situación económica de Nafarroa con el conjunto del Estado. El vil saqueo de otros territorios «más rojos» y el favoritismo de la dictadura tuvieron su peso a la hora de establecer esta realidad. La fortuna de los Huarte se amasó gracias a ello.

El debate sobre si hay que incluir a Félix Huarte entre las personas vinculadas al franquismo me parece, por tanto, no una cuestión técnica como se quiere vender, sino alimento para pollinos intelectuales. Por supuesto que su figura debe ser señalada, por mucho bienestar económico que trajera. Y, junto con ello, repensar cuál es la verdadera historia de esta tierra.