Rolands Smits e Ignas Brazdeikis, las joyas que Zalgiris Kaunas «levantó» a Saski Baskonia
Los gasteiztarras se enfrentan a la escuadra lituana este miércoles a las 20.30 en el Buesa Arena. Un Zalgiris Kaunas que tiene entre sus tres mejores anotadores a dos jugadores que el Baskonia pretendió este verano, pero que se escurrieron de entre sus dedos.

Una de las grandes virtudes de Saski Baskonia por las cuales se ha podido mantener en la élite del basket europeo se debe a que ha sabido buscar, encontrar y explotar los mercados a lo largo y ancho del planeta, en busca de joyas no tan conocidas o más baratas, con la idea de crecer a la par que esos jugadores y ganar un dinero que rentabiliczase esas apuestas una vez que los más grandes equipos de Europa, o incluso las franquicias de la NBA, llamasen a la puerta de esos jugadores.
La retahíla de jugadores como Marcelo Nicola, Garbajosa, Calderón, Prigioni, Nocioni, Scola, Splitter, Macijauskas, Teletovic, Pete Mickeal –aunque este fue un caso algo distinto y particular–, Heurtel, Causeur –aunque a este lo «descubriera» Bilbao Basket–, Pleiss, Davis Bertans, Mike James, Darius Adams, Larkin, Shavon Shields, Darrun Hilliard, Voigtmann y en menor medida Polonara, Pierriá Henry, Giedraitis o Fontecchio –estos dos «descubiertos» por el Alba Berlín–, tiene su continuación en Markus Howard –para bien y para mal–, Darius Thompson, Maik Kotsar, Steven Enoch o Daulton Hommes. Y aunque Alfredo Salazar ya tiene 69 años, el secretario técnico y «ojo de águila» del Baskonia afirmaba este verano que aún tiene «cuerda para rato», aunque a su lado, el exjugador baskonista Juanpe Cazorla también está sumando horas de vuelo y capacidad decisoria para cuando el maestro no esté.
Pero obviamente, las apuestas no siempre salen bien y otras veces, hay quien se mueve más rápido en esos juegos de manos –no siempre a la vista– que se dan entre los clubes para hacerse con este o con aquel jugador. Hay clubes que tienen mayor presupuesto que el gasteiztarra y otros que aciertan a moverse mejor entre bambalinas y se hacen con proyectos codiciados por el Baskonia.
Es el mercadeo, amigos, y en esa ley del más fuerte, el más rápido o el más espabilado, el próximo rival de Saski Baskonia, Zalgiris Kaunas, llegará a Gasteiz este miércoles a las 20.30 con dos miembros en sus filas como son Rolands Smits e Ignas Brazdeikis, «levantados» al Baskonia este verano cuando, sobre todo el letón, parecía estar a punto de recalar por Gasteiz.
Smits, el cupo que no pudo ser
Rolands Smits parecía «a punto de caramelo» para el Baskonia cuando Zalgiris se entrometió. Saras Jasikevicius no contaba con él para la presente campaña del Barça y el ala-pívot letón, ante la inminente marcha de Alec Peters a Olympiacos, parecía un fichaje que ni pintado para el cuadro gasteiztarra. Llegaba libre, tenía experiencia de sobra en la Liga ACB y la Euroliga, se convertiría en el ala-pívot titular con toda seguridad y, para rematar la jugada, los gasteiztarras cubrían una de los siempre difíciles y controvertidas plazas de cupos formativos. Jugada perfecta.
Jugada perfecta... de haber recalado en el Baskonia, claro. «Ya sabemos que Twitter e Internet son Twitter e Internet. A lo mejor algo sonó, pero es pasado y prefiero no hablar de ello. Zalgiris es un gran club que mostró gran interés en mí, y no lo tuve difícil para elegir», ha declarado a este respecto el propio Rolands Smits en una reciente entrevista a un medio gasteiztarra. Lo cierto es que hacia el 25 de junio, fecha en la que Smits cumplía 27 años, parecía que Saski Baskonia había tomado la delantera a Valencia Basket, su otro gran «pretendiente» en la Liga ACB, y que el fichaje del letón iba a ser suyo. Pero pasaban los días y no se concretaba el fichaje y, fiel a su costumbre, Saski Baskonia, a través de su manager general Félix Fernández, no confirmaba ni desmentía de la «inminencia» de la firma del jugador, hasta que a inicio del julio Zalgiris Kaunas sí que hacía oficial la llegada del ala-pívot báltico a sus filas. Por segunda vez, Saski Baskonia se quedaba compuesto y sin Rolands Smits.
Por segunda vez, sí, porque ya en 2018, cuando parecía claro que Fuenlabrada se le había quedado pequeño, el club gasteiztarra quiso hacerse con él, pero fue el Barça quien sentó sus reales en la puja y quien se llevó al jugador. Un jugador que a día de hoy, en el remozado cuadro lituano, promedia 10,5 puntos, 5,9 rebotes y 1 asistencia, siendo su ala-pívot titular con cerca de 25 minutos por partido, mucho mejor que los 4,4 puntos y 3,1 rebotes que promedió la pasada campaña en el Barça, un club en el que la presencia de Mirotic le tapaba el puesto de ala-pívot, y entre Brandon Davis y Sanli tenía que hacerse un hueco en la rotación de Saras Jasikevicius.
El lituano de Canadá
Ignas Brazdeikis fue el otro jugador que le dio calabazas al Baskonia para ir de los Orlando Magic a Zalgiris Kaunas. Con medias de 5,0 puntos y 1,7 rebotes por partido, el zurdo alero lituano era una pieza codiciada, cuya ausencia se hizo notar todavía más cuando, una semana después de que Zalgiris Kaunas oficializase su fichaje por el jugador lituano-canadiense, se conociese la marcha de Simone Fontecchio a los Utah Jazz.
El pasado Eurobasket fue un marco muy adecuado para ver a Brazdeikis como un alero codiciable para el Viejo Continente. Pese a no pasar de los dos metros, este alero de 23 años demostró que puede jugar muy bien de ala-pívot debido a sus anchas espaldas y su versatilidad en el juego, lo cual era una bendición para un juego como el lituano que, pese a arrastrar la fama de vivir repleto de grandes tiradores, en los últimos tiempos vivía al borde de la trombosis continua precisamente por falta de tiradores fiables desde la retirada de los Jasikevicius, Macijauskas, Siskauskas o Kleiza y la irrupción de los pívots Valanciunas y Domas Sabonis en la jerarquía de su seleccionado.

Junto con Rokas Giedraitis, el veterano Kuzminskas o Grigonis, la entrada de Brazdeikis le daba aire a la selección báltica, junto con el criterio de Rokas Jokubaitis al base. Sin embargo, el cuadro lituano se topó con la selección española en octavos de final, un rival que, con el nacionalizado Lorenzo Brown al frente, supo voltear un 47-58 adverso y batir a Brazdeikis y compañía por 102-94, a pesar de que un palmeo del propio lituano-canadiense forzase la prórroga.
De vuelta a Kaunas, Brazdeikis juega poco más de 20 minutos por partido, pero con 11 puntos, 3,8 rebotes y 2 asistencias de media, se ha ganado el puesto de alero titular.
La continua mención de que Ignas Brazdeikis es canadiense nacionalizado lituano no es baladí, toda vez que, aunque nació en Kaunas el 8 de enero de 1999, su familia emigró primero a Chicago, para pasar después la frontera hacia el norte y mudarse a Winnipeg y Etobicoke en primer lugar, antes de instalarse en Oakville, Ontario.
De hecho, el joven Ignas defendió la camiseta de la selección canadiense en categorías inferiores, al punto de que ganó la medalla de plata en el Campeonato de las Américas sub16 de 2015, promediando 9,2 puntos y 7,2 rebotes. También participó con Canadá en el Mundial sub17 en 2016 de Zaragoza, donde promedió 14,7 puntos y 6,9 rebotes por partido.
«La legislación lituana es bastante dura y particular, ya que distingue entre la nacionalidad y la ciudadanía», indica a este medio al respecto Juan Carlos Gallego Serrano, experto en baloncesto lituano. «Ya que emigró a Canadá, a Brazdeikis le quitaron la ciudadanía lituana, como en su momento también se la quitaron a Žydrūnas Ilgauskas, cuando este se hizo estadounidense. Por eso, Brazdeikis se ha tenido que volver a nacionalizar, por decirlo de alguna manera, para poder jugar con la selección lituana», indica.
«En su legislación hay varias excepciones, como puede ser aplicable a los descendientes de deportados en las guerras mundiales y demás. En este caso, creo que primó la cordura. En su día la Federación Lituana sondeó la opción de nacionalizar a Oliver Lafayette –base nacido en Baton Rouge, Louisiana– y tuvo que echarse atrás porque en la sociedad de ese país se armó el Belén. En el caso de Brazdeikis, es distinto: él emigró a Canadá siendo niño con sus padres después de haber nacido en Lituania y de que toda su familia fuera lituana. Por ejemplo, su tía, Lina Brazdeikytė, ganó el EuroBasket femenino de 1997 con la selección de Lituania. Por esta vez, a la hora de ‘volver a nacionalizarlo lituano’ ha reinado la cordura, aunque en cierto sentido ha servido también para que al menos unas cuantas voces se hayan alzado pidiendo flexibilizar esa legislación que puede hacerle perder la ciudadanía a alguien que a todos los efectos es lituano», culmina.
Solo Keenan Evans, que promedia 15,5 puntos, anota más que Rolands Smits e Ignas Brazdeikis. Este es el nuevo Zalgiris Kaunas que entrena Kazys Maksvytis, –que después de salir de Rusia, del Parma Basket Perm–, y que ha asumido la inmensa responsabilidad de ejercer de seleccionador de Lituania a la par que entrena a Zalgiris. Por ahora, el cuadro lituano marcha en sexta plaza, con un balance de 5-3, justo por delante de Saski Baskonia, a la espera de que se dirima el choque de este miércoles.
Peñarroya recupera sus efectivos
En lo que se refiere estrictamente a Saski Baskonia, Joan Peñarroya ha adelantado lo que podría ser la vuelta de Enoch y Daulton Hommes, después de que hayan completado el último entrenamiento con sus compañeros.
«Entrenador ayer –por el lunes– con el equipo, y aunque no fue la sesión más intensa del mundo, sí que estuvieron con todos. Vamos a ver cómo responden, pero en principio, si todo va bien, habrá disponibilidad de los 13 jugadores del primer equipo, sabiendo que Steven –Enoch– lleva siete u ocho semanas en los que habrá completado un entrenamiento con el equipo y que Hommes viene de dos semanas parado.

Sabido es que el cuadro gasteiztarra afronta este duelo del miércoles después de encadenar tres derrotas, especialmente dolorosa la sufrida ante Baxi Manresa. Ante ello, el técnico de Tarrasa ha insistido que «tenemos que prepararrnos bien mentalmente para competir todos los partidos».
«En Manresa no estuvimos a la altura competitiva y eso sí que es algo que tenemos muy claro y que no puede pasar», ha añadido, que espera que su equipo vaya madurando ante «una temporada exigente» en la que debe compaginar la Euroliga y la Liga ACB de la mejor manera posible.

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