
«Esta Euroliga es la bomba». No se puede definir mejor esta competición que con esa expresión que ha utilizado Joan Peñarroya en la previa al partido de este viernes frente a Panathinaikos a las 20.30 en el Buesa Arena. Con un balance de 12-10, Saski Baskonia se mantiene en el Top 8, pero ya con Zalgiris y Valencia Basket, ambos por ahora por detrás, cerrando con el mismo balance el grupo de los ocho mejores, y con rivales como Anadolu Efes, Maccabi y Partizan a una sola victoria, más Virtus Bolonia y Estrella Roja a dos. Es decir, entre la sexta y la decimotercera posición en dos triunfos.
O quizá sí se pueda expresar mejor ese «principio de incertidumbre» que jalona la competición europea. No es que se denoten los nervios en el entrenador de Saski Baskonia, pero sí que ha resultado llamativa la manera de corregir al incauto periodista que ha empezado su enunciado con un «os habéis descolgado un poco de la parte más alta...», a lo que el técnico de Tarrassa ha corregido en vivo y en directo, sin perder la sonrisa, eso sí. «No, no, no. Vamos sextos, no nos hemos descolgado; te entiendo por dónde vas, pero oye, que estamos ahí. Ya sabemos que a una victoria está el que estemos el sexto o los décimos, ¡pero es que llevamos veinte y pico jornadas ahí arriba!», ha recordado.
«Evidentemente, ahora la racha de resultados de Euroliga no está siendo buena. Es obvio que queremos que volver a ganar y volver a la senda del triunfo, pero estamos preparados para esta mala racha, por lo que hay que tener la cabeza muy fría. Estamos hablando de que en el margen de una victoria un montón de equipos van a estar o no van a estar entre los mejores. Entonces, desdramatizar en esos momentos y tener la cabeza muy fría, va a ser muy importante para estas doce jornadas que quedan», ha puntualizado el preparador baskonista.
¡Que viene el «no-coco»!
Se podría decir que, en principio, el rival de este viernes no es de esos cocos: decimoquinto en la tabla con un balance de 8-14 y que recién llega –con un día menos de descanso que el cuadro gasteiztarra– de haber perdido por 83-68 en la cancha del Real Madrid. Se podría decir que incluso que los de Joan Peñarroya «deben» ganar a la escuadra ateniense simplemente por echarle un vistazo a lo ocurrido a lo largo de la campaña, pero si hay algo que se repite de lo ocurrido esta campaña de la Euroliga, es que Saski Baskonia ha tenido muchos más problemas contra los rivales de debajo en la tabla que contra los de arriba del todo. Bien se vio el pasado martes en la derrota por 89-83 frente a Armani Milano, como en los tropezones ante Asvel Villeurbanne, Alba Berlín... en el propio Panathinaikos, un duelo en el que los gasteiztarras dejaron con vida a su rival en la primera mitad para acabar perdiendo por 98-83, luego de encajar un parcial de 60-40 después del descanso.
«Es posible que en la primera mitad –que se cerró con 38-43– pudimos haber hecho un mejor resultado que nos hubiera ayudado para la segunda, pero lo cierto es que cada partido es una historia diferente. Esta vez jugamos en el Buesa Arena, con nuestra gente, y es evidente que nos encontramos mucho más arropados y que superamos mucho mejor los momentos difíciles en casa que no fuera», ha admitido al respecto del duelo frente al PAO.

Ciertamente, las dos únicas derrotas de Euroliga en Zurbano han llegado de la mano de dos trasatlánticos continentales como son Olympiacos, que lidera la clasificación con un balance de 15-7 –igualado con el Real Madrid– y el Barça, tercero con 14-8, y en ambos casos los gasteiztarras pelearon hasta el final.
También se puede decir que en la derrota del martes los pupilos de Peñarroya pelearon hasta el final, pero lo cierto es que no fue su mejor día. Pese a que el técnico catalán ha negado que cerrar el rebote sea un «mal endémico» de su equipo, Armani Milano se impuso en esa faceta del juego por un claro 39-26. Sea como fuere, según su criterio, los males del equipo en la capital lombarda llegaron en una suerte todavía más elemental, como fue la defensa, centrado esencialmente en la responsabilidad individual de esa tarea.
«Es cierto que nos castigaron en algunas situaciones de rebote, pero creo que donde estuvimos peor fue en la solidez defensiva, sobre todo en los uno contra uno. Hubo demasiadas situaciones en las que nos rebasan y nos anotan con facilidad, y no a un jugador específico, sino a demasiados jugadores. Si le concedes tanto a un equipo –en referencia a Armani Milano– que no les está resultando fácil anotar, y das confianza a sus jugadores concediendo canastas fáciles según entran en el partido, todo se complica mucho más», ha explicado.
Físico y ubicación
Este jueves ha sido también la presentación de Max Heidegger, el fichaje de urgencia que Saski Baskonia ha llevado a cabo tras haberse quedado sin Pierriá Henry. Este fichaje supone que el cuadro gasteiztarra vuelva a contar con dos bases específicos, después de que Peñarroya echara mano en los partidos anteriores de jugadores como Arturs Kurucs, Markus Howard y hasta Vanja Marinkovic para acompañar a Darius Thompson en las labores de armador.
En estos encuentros se han visto dos elementos contrapuestos: por un lado, Darius Thompson ha regresado a sus mejores números, al punto de erigirse en el MVP de la vigésimo primera jornada, al rozar el triple doble en el histórico triunfo por 114-111 de los gasteiztarras frente a Anadolu Efes, pero por otro lado, la ausencia de un relevo de garantías ha ha revelado una debilidad que con la llegada de Max Heidegger se busca arreglar o al menos subsanar.
Como siempre, en estos casos también hay matices que aplica el entrenador en su discurso. «Teniendo solo a Darius, hemos necesitado la aportación de otros jugadores, pero no creo que los equipos rivales focalicen su ataque en esta posición nuestra, pero es evidente que nosotros ahí, con la llegada de Max, esperamos dar un salto hacia delante. Primero, porque hay un jugador más específico y después, porque otros jugadores que han tenido que jugar de base algunos minutos, fuera de su posición, pueden volver a su estado más natural», ha precisado.
En ese sentido, Peñarroya ha indicado que el rol que desempeñará Max Heidegger en el Baskonia diferirá de su condición de anotador principal como ha podido tener en Turquía, donde ha promediado casi 20 puntos en las filas del Merkezefendi.

«Va a hacer su primer entrenamiento completo con sus compañeros, porque apenas si entrenamos 20 minutos antes del partido del martes y. después de estos días tan exigentes entre partidos y viajes, ayer –el miércoles– no entrenamos. Esperemos ante todo que nos aporte dirección, porque él y Darius –Thompson– sin los dos bases más claros que tiene el equipo. Es un jugador claramente diferente a lo que teníamos, y que hasta ahora en lo que más ha destacado es en su parcela ofensiva, ya que ha sido muy referente en los equipos que ha jugado. Aquí, evidentemente, viene a hacer un papel importante, pero no tenemos esa necesidad de que sea tan referente. Pero cuando tenga el balón, tenemos que aprovechar su capacidad para anotar», ha indicado el técnico de Tarrassa.
Pasando el peaje
Casi sin entrenamiento colectivo y sin conocerse los sistemas, Heidegger disputó nueve minutos el pasado martes. No anotó ninguno de sus dos lanzamientos a canasta, pero sumó dos asistencias, un robo y una falta recibida. En cambio tuvo que «pagar el peaje» arbitral, al cometer tres personales, un problema que no sería nada raro que se repitiese en estos primeros partidos así en la Euroliga como en la Liga ACB.
Consciente de su «salto adelante» tras recalar en el Baskonia, el propio jugador se ha felicitado por su nueva condición de jugador de Euroliga. «De este par de años en Europa, conozco al Baskonia, pero sobre todo este año es un equipo emocionante de ver. Es sin duda, un gran reto, pero ahora tengo que trabajar para encajar en él», ha indicado.
Más allá de los agasajos típicos, el base americano-israelí ha subrayado la «agresividad y velocidad» con la que busca jugar Joan Peñarroya, «algo que le viene bien a mi juego», ha añadido.
El nuevo jugador baskonista ha estado acompañado por el manager gen eral Félix Fernández, que ha definido el proceso de llegada de Max Heidegger como «el que más rápido nos ha obligado a movernos».
«Nunca son los mejores tiempos para ir al mercado. Eso te obliga a sacar al mejor jugador de un equipo y eso conlleva días de estrés y otras circunstancias. Pero para eso estamos», ha explicado Félix Fernández.
En todo caso, con estrés o sin él, para jugar rápido y agresivo, hace falta estar lo mejor posible en el apartado físico y una temporada tan cargada no brinda facilidades. Todos los jugadores del la plantilla gasteiztarra estarán a disposición de Joan Peñarroya, incluyendo un Tadas Sedekerskis que aunque pudo jugar en Milán, se vio que no estaba en su mejor condición. «Después de que haya estado 10-12 días parado, está empezando a volver a encontrar sensaciones», se ha congratulado el técnico baskonista, pero siempre a falta de los últimos entrenamientos.
Quizá ese descanso del miércoles le haya venido bien a Saski Baskonia, al tiempo que Panathinaikos llegará a Gasteiz tras haber perdido un duro partido en Madrid, precisamente el miércoles. La opción de que pueda dar de alta a Matt Thomas y Agravanis quizá pudiera servir al técnico Dejan Radonjic para darle una cierta frescura en las piernas a un PAO que, por el momento, parece lejos de poder pelear por meterse en el Top 8 de la Euroliga. Pero ya lo ha dicho el propio Jan Peñarroya: «esta Euroliga es la bomba» y hay que estar preparado para todo, hasta para desactivar bolbas, si es preciso.

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