Arnaitz Gorriti

Ganar en La Mano de Elías, uno de los hitos que deben alimentar el «Plan Kaunas»

Igualados en la clasificación con un balance de 15-13 y el recuerdo del 116-87 de la primera vuelta, ganar en Tel Aviv sería para el Baskonia mucho más que ganarle el average al Maccabi, por más que será inevitable echar cuentas en las seis jornadas de Fase Regular que restan.

Rokas Giedraitis choca con su excompañero Wade Baldwin en el duelo del 3 de noviembre.
Rokas Giedraitis choca con su excompañero Wade Baldwin en el duelo del 3 de noviembre. (Raúl BOGAJO | FOKU)

«Elí, Elí, lama sabactani» (¡Dios Mío! ¡Dios Mío! ¿Por qué me has abandonado?)

Markos 15.34

Mateo 27.46

Volver a La Mano de Elías es mucho más que volver a Tierra Santa, profese cada cual las convicciones que profese. Tel Aviv es una ciudad moderna y atractiva, dicen, sobre todo para la pléyade de jugadores estadounidenses con raíces judías que el Maccabi nacionaliza y recluta en un santiamén, de forma que, sin hacer estrafalarios dispendios en lo monetario, disponga de un grupo de siempre nutrido grupo de jugadores con el que la escuadra israelí siempre parte como uno de los candidatos a brillar en la Euroliga.

Hace nueve años que el Maccabi no campea en el máximo espectáculo del basket continental y parecía que después de quitarse de encima a Ioannis Sfairopoulos el conjunto macabeo iba a seguir por su transitar por el desierto en pos de la Tierra Prometida. Pero hete acá que de la mano del adusto Oded Kattash, cuyo rictus hace a veces intuir alguna úlcera o la amargura que le dejó el tener que retirarse mucho antes de cumplir los 30 años a causa de las lesiones de rodilla –más el lockout de la NBA en 1998, cuando su salto a los Knicks de Nueva York estaba más que firmada–, han hecho reflotar a un conjunto duro, peleón, de los que en casa no se rinde nunca y que, con un b alance de 15-13, es uno de los tres equipos que empatan con Saski Baskonia y pelean por colarse en el Top 8.

El primer día de lo que queda

Está divertida esta Euroliga: jugadores apartados de su equipo por salir de parranda en Atenas –¿se acuerdan de la «lesión» de Mike James por el cual no pudo jugar en Gasteiz? Pues su farra por Atenas con el jugador del PAO Dwayne Bacon le ha costado ser apartado del AS Mónaco–, jugadores que se lían a tortas –al francés del Partizan Matthias Lessort le puede caer una buena tras agredir al pívot del Estrella Roja y excanterano del Baskonia Filip Petrusev en el último derbi belgradense de la Liga ABA– y un atasco clasificatorio que, a falta de seis jornadas, solo tiene a los tres últimos –Alba Berlín, Asvel Villeurbanne y Panathinaikos– fueras de toda opción de meterse en el Top 8. Tan divertida está, que encadenar dos victorias puede lanzar a cualquier equipo a soñar con todo, mientras que si encadena dos derrotas se encienden las alarmas.

De ahí que tantas ilusiones se engendraran con la victoria baskonista en la cancha del Real Madrid y de ahí que el tortazo que el AS Mónaco le propinó de vuelta doliera tanto. Saski Baskonia, cuyo caminar en casa y fuera de casa es sobradamente conocido y lo hemos explicado en infinidad de piezas, se juega buena parte de sus opciones de Top 8 en el duelo frente al Maccabi de este jueves y el Estrella Roja de Dusko Ivanovic y Luca Vildoza del jueves de la semana que viene. Son dos de los tres duelos fuera del hogar que los gasteiztarras deberán afrontar, y por mucho que de los tres partidos en casa, ante Alba Berlín –martes 28 de este mes–, Fenerbahçe –viernes 31– y Villeurbanne –Jueves Santo, 6 de abril–, lo más normal sería ganar como mínimo dos, llegar a la última jornada de la Fase Regular, que Saski Baskonia deberá disputar nada menos que en Pabellón de las Dos Mentiras del Pireo ante Olympiacos el jueves 13 de abril; llegar a esa fecha con 18 o menos victorias suena a tener que jugársela en un emplazamiento donde más les valdría a los gasteiztarras no tener que jugársela.

Para irnos a la última campaña en la que se disputaron las 34 jornadas, la temporada 2020/21, y pese a que la Fase Regular no estuvo tan apretada como la presente temporada, lo cierto es que Saski Baskonia se quedó fuera con 18 victorias en su zurrón; décimo. Valencia Basket fue noveno con 19 victorias, mientras que alcanzaron 20 Fenerbahçe, Real Madrid y Zenit de San Petersburgo, en un final del equipo de la capitál de los Zares que les valió para meterse en el Top 8 por delante de Valencia Basket casi sobre la bocina.

Parece que este año los que sumen 20 andarán más holgados y en ese sentido, los averages particulares y los empates múltiples tendrán mucho que decir para dirimir el orden final de los ocho primeros de la Euroliga. En ese sentido, Saski Baskonia lo tiene muy bien. Haberle ganado sus dos partidos a rivales como Valencia Basket, Anadolu Efes, Real Madrid, o tener el average ganado también sobre Zalgiris y prácticamente seguro sobre el Maccabi, luego de haberlo barrido del Buesa Arena por 116-87 el pasado 3 de noviembre facilita las cosas para los de Joan Peñarroya. Pero solo las facilita si Saski Baskonia no se mete en un a racha de derrotas.

Regularidad, en positivo

Perder fuera de casa pero ganar en casa es ser regular, o hacerlo regular, según se mire. Ganar en el WIZink Center fue algo m ás que regular, pero la regularidad tornó a su cauce tras el inesperado tortazo monegasco en el Buesa Arena. En su alocución semanal, Joan Peñarroya ha apostado por la regularidad en sentido positivo.

«Estamos haciendo una competición muy regular y la victoria en Madrid nos da confianza y experiencia para afrontar el partido de Tel Aviv», ha indicado el preparador de Terrassa, que en todo caso, sabe perfectamente que enfrente no estará el mismo equipo que salió escaldado de Zurbano, mucho menos en La Mano de Elías.

«Su cancha a día de hoy es la más difícil de esta competición», ha reconocido el técnico catalán, que además ha indicado que tienen que «estar centrados por la trascendencia que tiene el partido» y tampoco ha querido obviar que los suyos también han competido bien los últimos choques.

«No sé si estamos al nivel de diciembre, pero estamos en disposición de intentar jugar un buen partido y de competir ante el Maccabi», ha asegurado Joan Peñarroya.

Un activo en la regularidad mejor entendida de este Saski baskonia es Tadas Sedekerskis, pero sabido es que un «problema fibrilar» en el abductor de su pierna izquierda le impedirá estar en Tel Aviv. Cierto es que en el bando macabeo Jalen Adams, Austin Hollins y Alex Poythress, pero el fondo de armario que tiene Oded Kattash, fruto de los «ardides» que se han descrito de buen inicio, ya lo quisiera Peñarroya para sí, con el debido respeto a los Raieste, Kurucs o Max Heidegger –que también anduvo en las filas macabeas en su día, aunque no llegara a debutar en la Euroliga en aquel momento–.

Así pues, el duelo de La Mano de Elías, con el recuerdo de grandes victorias gasteiztarras fruto del talento de los Bennett, San Emeterio o Poirier, será tal vez un punto de inflexión en el devenir continental de estos dos equipos, sobre todo para el famoso «Plan Kaunas» del Baskonia. El que gane quizá no suba a los Cielos, pero saldrá de la cancha glorificado. El derrotado mascullará, con los ojos fijos «¡Dios Mío! ¡Dios Mío! ¿Por qué me has abandonado?»