Daniel   Galvalizi
Periodista

En plena disputa con Podemos, Díaz anuncia su candidatura el 2 de abril en Madrid


Tras varias postergaciones, Yolanda Díaz ha anunciado que hará el lanzamiento para presidenta del Gobierno español el primer domingo de abril en la capital. El desacuerdo con la formación morada se ha recrudecido y los únicos aliados seguros, por ahora, son Catalunya En Comú, Más País y Compromís.

Yolanda Díaz, en una presentación de Sumar en Andalucía.
Yolanda Díaz, en una presentación de Sumar en Andalucía. (Eduardo Briones | Europa Press)

Iba a ser en febrero. Luego se pensó para principios de marzo. Finalmente, será el domingo 2 de abril. La vicepresidenta Yolanda Díaz anunciará ese día en Madrid que será candidata a presidenta del Gobierno español por un espacio que no se sabe bien qué es aún pero lo único seguro es que pretende estar a la izquierda del Partido Socialista y en clave estatal con alianzas de confluencias regionales no soberanistas.

El día elegido hasta hace poco había sido el 24 de marzo, según dijeron a NAIZ fuentes de uno de los partidos aliados, que ya les habían pedido reservar la fecha. Pero el hecho que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no estuviera presente (estará ese fin de semana en Buenos Aires) hizo que se postergue, entre otras cuestiones logísticas.

Díaz acabó este domingo en Sevilla su ronda de «proceso de escucha», como ha llamado a la realización de actos en todas las comunidades autónomas. Tuvo también un equipo de trabajo dividido en áreas temáticas que fue desarrollando ideas para una eventual plataforma de gobierno y también la ministra de Trabajo tuvo reuniones sectoriales, con ecologistas, empresarios y el colectivo LGBTIQ, entre tantos otros.

Nada de lo que ha hecho hasta ahora ha podido tapar lo que no ha hecho: alcanzar un preacuerdo de mínimos con Podemos

Pero nada de lo que ha hecho ha podido tapar lo que no ha hecho: alcanzar un preacuerdo de mínimos con Podemos, la pieza clave de su armado electoral y con la que sin ella su potencia en votos se vería dañada. La situación entre ambas partes venía mejorando pero el advenimiento del anuncio ha empeorado el clima.

Yendo por partes, hay que dejar en claro que bajo bastante discreción se viene desarrollando una mesa de trabajo con miras a una alianza electoral entre el jefe de gabinete de Díaz y mano derecha en estrategia política, Josep Vendrell (su origen político es Esquerra Verda, el ecosocialismo catalán), y la secretaria de Organización de Podemos, Lilith Verstrynge.

Fuentes de inobjetable cercanía de Díaz han asegurado a NAIZ que con Podemos es con la formación que más veces el equipo de Sumar se ha reunido y denostan que desde el partido de Ione Belarra ahora exijan una condición que en esas mesas de negociación nunca habría aparecido: la de tener un preacuerdo de palabra más o menos formal sobre la alianza electoral para poder participar presencialmente del lanzamiento de la candidatura, que será en el Polideportivo Magariños, en el noreste madrileño.

«El orden lógico de las cosas»

Por su parte, Verstrynge dijo días pasados en RNE que esto de no asegurar presencia en el acto no es una amenaza sino «el orden lógico de las cosas», y que para «poder arropar» a Díaz antes corresponde alcanzar un pacto de mínimos. Más allá que el prisma de la mayoría de los grandes medios vaya en contra, como siempre, de los morados, hay una reflexión que es insoslayable.

Es entendible que en tiempos de política de espectáculo, en el que las fotos hablan por sí mismas y la gente no suele leer los textos ni contextos, que Ione Belarra (secretaria general de Podemos) no quiera estar sentada en primera fila de un acto en que se anuncia algo que bien no se sabe cómo acabará. Su mera presencia física sería interpretada como un apoyo explícito y los morados, curtidos en las batallas de los cierres de listas electorales y con varias traiciones pesando en su mochila a cuestas, quieren algún tipo de garantía.

Especialmente si se tiene en cuenta que Díaz ha apostado fuerte por seducir como compañeros de ruta a líderes con los que la cúpula de Podemos ha acabado fatal, como Iñigo Errejón, y con otras formaciones con las que también hubo traiciones y descoordinaciones que dejaron daños, como Compromís.

«Yolanda no quiere que le marquen los tiempos y tiene razón. Se está construyendo unidad con ella porque es la única que puede aglutinar superando las identidades», señala un diputado catalán del subgrupo más afín a Díaz. «Yolanda y Podemos tienen incentivos contrarios con respecto al 28M», admite un referente clave de Más Madrid cuando se le pregunta sobre el asunto.

Ambas partes admiten que hasta el verano habrá tormenta permanente y ninguna negociación final

 

En las municipales (y autonómicas en 13 comunidades) Díaz anhela un Podemos con resultados menguantes para poder negociar con más fuerza su independencia a la hora de cerrar las listas. Es claro que los de Belarra quieren lo contrario por la misma razón. Un inciso: en la cúpula de Podemos hay una división entre los que desean una confrontación más al hueso con Díaz, los ‘pablistas’, y otros que anhelan un poco más de concordia.

Por si fuera poco, en su último acto como ministra, el viernes pasado, Díaz no buscó paños fríos. Nada menos que acompañada por Errejón, la bestia negra para los morados, ella dijo en un acto oficial: «La política es esto. La política va de hablar de la vida de la gente, no va de ruidos, no va de fuerzas ni va de presiones. Va de trabajar desde posiciones diferentes, pero siempre complementarias, y sabiendo que tenemos un reto común, que es mejorar el país».

Por ahora lo cierto es lo que ambas partes admiten: hasta el verano habrá una tormenta permanente pero ninguna negociación final. Es de interés de Díaz que las definiciones lleguen a última hora. El cotilleo mediático, asegurado.