«Tiene que haber un equilibrio entre el ocio y el descanso, y para ello hay que tomar medidas»

La asociación vecinal Uribitarte Anaitasuna, que engloba los barrios bilbainos de Abando e Indautxu, es una de las que forma la plataforma ‘7 ordu lo’ para exigir a las instituciones medidas ante la contaminación acústica que genera especialmente el ocio nocturno.

Ocio nocturno en la calle Licenciado Poza, en Bilbo.
Ocio nocturno en la calle Licenciado Poza, en Bilbo. (Vía Twitter @Ignacio71129956)

Cada 26 de abril se celebra el Día Internacional de Concienciación sobre el Ruido, con el fin de abordar este problema y proteger la salud y el bienestar de las personas. Es precisamente en la zonas más urbanizadas donde suele manifestarse con más fuerza este problema, y, en Euskal Herria, ya son varias las asociaciones vecinales que se han unido en la plataforma ‘7 ordu lo’ para exigir medidas a las instituciones.

Marisa Fernández, de la asociación bilbaina Uribitarte Anaitasuna, ha hablado con NAIZ sobre esta problemática y ha explicado la situación de los barrios céntricos de Abando e Indautxu.

Tal y como explica, no es una zona donde esté arraigado el asociacionismo, pero en los últimos años han comenzado a surgir algunos grupos en torno a las diferentes problemáticas que viven los residentes. Por un lado, la plataforma Abando Habitable, que ha centrado su lucha en las zonas verdes y contra el proyecto del Obispado de Bilbo y Mutualia, que consideran un «pelotazo urbanístico». Y Uribitarte Anaitasuna (Abando Aurrera en Twitter) lucha especialmente contra la contaminación acústica y la ocupación «desmedida» de los espacios públicos por la hostelería.

Fernández clasifica la contaminación acústica que genera el ocio en tres categorías. Por una parte, el ruido del ocio nocturno, que se alarga hasta la madrugada. Los locales de estas características tienen licencia hasta las 06.00, pudiendo alargarse por eventos concretos. La zona de Uribitarte sufre una aglomeración de este tipo de locales, con BackRoom y StageLive, Kafe Antzoki, La Fuga, Memorial, Mistyk o DaVinci, entre otros, en un espacio reducido y residencial.

«Entre todos suman más de 3.000 personas de aforo, y a ello hay que sumarle las largas colas que se forman a la entrada y la gente que hace botellón alrededor. Desde las instituciones dicen que es una cuestión de educación, pero no es tanto eso. Lo que no se puede pretender es que a esas personas, que están de fiesta y han tomado alcohol y drogas, de repente les entre un momento de cordura y se callen», analiza Fernández.

Esta problemática también se da en ciertas calles de Indautxu con las discotecas Budha y Moma.

La segunda categorización que hace la plataforma es la de los bares con licencia hasta las 02.00, y la tercera la de los bares que durante el día ocupan con sus terrazas parte de las aceras. Es la concentración de estos lo que molesta a los vecinos y vecinas. «Aquí se permite beber en la calle, y si tuviéramos por cada tramo de calle solo un bar no sería tanto problema, pero hay en zonas como la calle Ledesma donde hay una gran concentración de bares con terrazas, ocupando gran parte de la calle», señala Fernández, quien añade que «la función de la calle no es privatizarla para dar servicio a la hostelería. Su función es que las personas puedan transitar por ella para ir de un lado a otro».

Estos problemas se repiten de jueves a domingo y las vísperas de días festivos, y se agravan a veces con los numerosos eventos que se organizan en la capital vizcaina. Además, los días que hay partido del Athletic, este problema se expande a la calle Licenciado Poza, donde se ocupa hasta la carretera y la circulación de los coches queda invalidada. A veces, es la propia Policía la que, viendo la situación, decide cortar el tráfico.

«No decimos que haya que vivir como en un monasterio. Eso no lo queremos. Pero tiene que haber un equilibrio entre el ocio y el descanso», subraya Fernández.

Desde la Plataforma ‘7 ordu lo’, que la componen ya asociaciones de Bilbo, Barakaldo, Durango, Donostia y Gasteiz, critican la «inacción absoluta» de las instituciones públicas ante este problema y reclaman al Gobierno de Lakua que «garanticen» que «se cumple la normativa» ya existente tanto en materia de contaminación acústica como en el ámbito de los horarios de cierre de los locales y de los botellones. «para que se garanticen las 7 horas de sueño los 7 días de la semana. Ante la falta de medidas concretas, el 2 de mayo van a tener una reunión con el Ararteko.

Desde la asociación vecinal Uribitarte Anaitasuna, en noviembre de 2021 se reunieron con el alcalde de Bilbo, Juan Mari Aburto, y le presentaron una relación de medidas para empezar a paliar el tema. «Le dejamos claro que lo que necesitamos son medidas, porque con las buenas voluntades no se arregla nada, pero no hemos obtenido respuesta», indica Fernández.

Recientemente han remitido al Ayuntamiento de Bilbo una declaración institucional sobre la contaminación acústica para este 26 de abril.