Isidro Esnaola
Iritzi saileko erredaktorea, ekonomian espezializatua / redactor de opinión, especializado en economía

Mares agitados para el transporte marítimo mundial

El flujo de mercancías por mar vuelve a estar de actualidad con el cierre del mar Rojo por parte de las fuerzas yemeníes. Las tensiones geopolíticas marcarán el comercio marítimo, pero también los eventos climáticos que de ser únicos se están convirtiendo en habituales.

Contenedores de la compañía naviera y logística danesa Maersk en el puerto de Copenhague
Contenedores de la compañía naviera y logística danesa Maersk en el puerto de Copenhague (Sergei GAPON | AFP)

El lanzamiento de varios drones contra barcos portacontenedores en el mar Rojo el día cinco de enero convenció definitivamente a Maersk, la mayor naviera del mundo, de abandonar definitivamente el tránsito por el canal de Suez y rodear África, apenas una semana después de que anunciara que reanudaba el tránsito por ese paso. Otras 17 navieras más han secundado la decisión de Maersk, vaciando una ruta por la que transitaba más del 10% del total de envíos marítimos y casi un tercio del comercio mundial de contenedores.
 
Maersk calcula que la industria es responsable del 90% del comercio mundial, con lo que la decisión puede provocar perturbaciones significativas en la producción. Sin ir más lejos, en Euskal Herria, Michelin ya ha anunciado que parará la producción los días 13, 14, 20 y 21 de enero en sus plantas de Gasteiz y Lasarte-Oria por falta de caucho natural.

También afectará a las propias navieras. Tras la pandemia, las compañías de transporte necesitaron meses para volver a sincronizar toda su logística. A las colas en los puertos y retrasos se sumaron los contenedores vacíos apilados en algunos puertos, mientras que en otros el déficit impedía transportar cargas.

La circunvalación de África desbaratará los complejos cronogramas de los buques y es posible que necesiten varios meses o incluso todo el año para volver a sincronizarlos. Una desorganización que afectará sobre todo a los grandes buques portacontenedores, a los barcos cisterna de combustible y a los buques de transporte de productos básicos. Los retrasos y el encarecimiento de los portes afectará también a las empresas dedicadas al comercio minorista como Walmart, IKEA y Amazon.

Los ataques en el mar Rojo parece haberse extendido al mar Índico. Algunos medios árabes han informado de que las fuerzas yemeníes atacaron hace unos días dos petroleros israelíes al oeste y noroeste de las islas Maldivas. De continuar, la escalada podría terminar afectando a los envíos de petróleo que salen del Golfo Pérsico.

Por otra parte, Malasia ha prohibido la entrada a sus puertos a barcos israelíes o que hagan escala en Israel, complicando todavía más la logística. Y las cosas podrían complicarse todavía más si se deterioran las relaciones entre China y Taiwán por cuyo estrecho transitaron entre enero y junio del año pasado el 48% de los portacontenedores operativos del mundo.

Aumento de costes

En este escenario, el coste del combustible ha aumentado hasta 2 millones de dólares para un viaje de ida y vuelta y la tarifa al contado Asia-Europa se ha más que duplicado en relación con la media de 2023 hasta alcanzar casi los 4.000 dólares para un contenedor de 40 pies.

El alza de los costes podría traducirse en precios más altos para los consumidores, no obstante, Goldman Sachs señaló el viernes que el shock inflacionario no debería ser tan duro como el que llego tras la pandemia de 20-22. Unos mayores precios que han tenido reflejo en la cotización de las compañías navieras: sus acciones han tenido el mejor desempeño en la primera semana de 2024, con una subida del 17% en el caso de Maersk.

La decisión de las navieras de dejar el mar Rojo certifica el fracaso de la Operación Guardián de la Prosperidad lanzada por EEUU para proteger el tráfico marítimo en esa zona. Un revés que recuerda al de la crisis del canal de Suez que acabó con las aspiraciones imperialistas del Estado francés y Gran Bretaña.  

El clima

Los cruces a través del canal de Panamá, una alternativa al canal de Suez, ser han reducido debido a la falta de lluvias en un 33%, según Reuters, lo que ha contribuido a que el costo de envío de graneles secos para productos básicos como el trigo, la soja, el mineral de hierro, el carbón y los fertilizantes subieran considerablemente durante 2023.

Brasil también sufrió un doble golpe: una sequía histórica en el Amazonas y lluvias excesivas en el norte que contribuyeron a una cola de barcos más larga de lo habitual en el puerto de Paranaguá a finales de 2023, pocos meses antes de la temporada alta de envío de soja. Los fenómenos meteorológicos extremos, cada vez más frecuentes, están teniendo un efecto tan directo como las tensiones políticas.