El Alavés ha firmado en el Sánchez Pizjuán su primera victoria a domicilio de la presente campaña, segunda ocasión en su historia que vence en el estadio sevillista. La primera la logró hace casi 70 años, el 24 de octubre de 1954.

Llevaba el conjunto albiazul 25 partidos en Primera sin conseguir un triple a domicilio y lo ha logrado en un encuentro en el que ha empezado muy exigido, posteriormente ha controlado con solvencia, no ha terminado de cerrar, se ha complicado la vida a partir del 70 y se ha hecho con los tres puntos gracias a un tanto en el tiempo añadido.

Difícilmente podía presagiarse un resultado tan positivo a tenor de cómo han sido los primeros compases del encuentro. El conjunto babazorro ha realizado un auténtico ejercicio de supervivencia ante el acoso y derribo que han puesto en práctica los anfitriones durante los minutos iniciales.

Un chaparrón que los de Luis García Plaza, desbordados por tierra, mar y aire, han aguantado como han podido. Un trallazo de Jesús Navas al larguero superado ya Sivera y sendos cabezazos de Kike Salas y Ocampos –en esos momentos, los albiazules eran superados claramente en el juego aéreo– bien han podido tranformarse en una ventaja para los locales en el marcador.

No ha sido así y el Alavés ha ido creciendo desde el agobio, hasta zafarse de él y, lo más importante, hacer daño en la primera que ha tenido. A balón parado. Un corner botado por Rioja ha sido peinado por Guridi y un atento Tenaglia ha metido la puntera de su bota para introducir la pelota en las redes en el minuto 26.

Expulsión de aficionados albiazules

Celebración en el césped y también en la grada, esta última con posterior expulsión del campo de varios aficionados arabarras por parte de miembros de la Policía española –dos números de este cuerpo policial han realizado el saque de honor antes del inicio del partido–, aduciendo enfrentamientos verbales con seguidores sevillistas.

Lo reglamentario es que hinchadas de diferente signo se encuentren en ubicaciones separadas para evitar incidentes, algo que, por las imágenes televisivas, no parece que se ha dado en el Sánchez Pizjuán. Al final, lo han pagado los de siempre.

Una versión que también parece compartir el club babazorro, a tenor del comunicado que ha emitido a la conclusión del envite. «El Deportivo Alavés está analizando los hechos acontecidos en la zona de la grada en la que estaban ubicados los aficionados albiazules durante el partido de hoy contra El Sevilla FC en el Estadio Ramón Sánchez Pizjuán y llevará a cabo las gestiones necesarias para defender la seguridad y el trato a sus aficionados», ha sido su escueto contenido.

Sobre el verde, El Glorioso ha seguido a lo suyo. Ha crecido notablemente con el 0-1 y ha vuelto a golpear en la siguiente oportunidad clara de que ha dispuesto. Un balón aéreo lo ha cazado el recién llegado Vicente, ha sido muy generoso cediendo de cabeza a Kike García, quien ha empalmado, con la fortuna de que la pelota ha golpeado en Kike Salas y superado a Dmitrovic en el 40.

El futbolista maño, que ha dejado bonitos detalles, se ha estrenado como titular en Liga, después de jugar en la segunda parte frente a la Real y en Copa contra el Betis. Y también se ha vivido el debut liguero de Víctor Parada, tras disputar el encuentro copero ante el Terrasa.

En el descuento

Con música de viento y gritos de «directiva, dimisión» ha despedido la grada a los suyos, un enrarecido ambiente que ha permitido al Alavés durante la segunda parte disponer de las mejores ocasiones para finiquitar el choque.

Rioja –la más clara–, Gorosabel y Kike García han tenido tres lances claros para cerrar el choque, pero no han terminado de estar certeros y eso ha dejado el resultado en el aire.

Un defectuoso intento de despeje de Rafa Marín y un penalti pitado por el VAR –no ha estado tan meticuloso en un capón que le ha dado al central albiazul Rafa Mir sin balón minutos antes– ha hecho temer lo peor.

La pena máxima la ha transformado Ocampos mirando hacia atrás –no está el Sevilla para esos alardes– y los anfitriones incluso se han creído que podían obrar la remontada.

Pero el Alavés no había dicho su última palabra y, en cuanto ha vuelto a conectar entre líneas, ha sembrado el pánico en las filas hispalenses. Y ha terminado de golpear como mejor lo estaba haciendo en el envite, de estrategia.

De nuevo, de un saque de esquina, esta vez Samu ha prolongado con la testa y Duarte, también de cabeza, ha empujado el cuero a las mallas sevillistas en el minuto 92. Alegría total en el entorno babazorro.

García Plaza: «Victoria justa»

García Plaza ha calificado de «victoria justa» el triunfo cosechado en el Pizjuán, a la par que ha considerado que este primer triple a domicilio del presente curso «podía haber llegado antes».

«No es fácil que te remonten a dos y tener la entereza para ganarlo. Pudimos sentenciarlo, pero ellos tienen mucha pegada y te meten. De todos modos, estoy muy contento por los chicos», ha añadido.

El técnico madrileño ha señalado que «hemos empezado sufriendo porque no teníamos la pelota. Cuando hemos dado tres pases y hemos conectado con Kike, hemos llegado bien. Tenemos que picar mucha piedra».

«Si empatas en el Pizjuán, antes del partido, no era mal resultado, pero viendo el partido, era muy duro que se fuese por ese 'penaltito', aunque eso es lo que hay, si lo pitan, me lo tengo que comer», ha concluido.

Ficha técnica:

Sevilla: Dmitrovic, J. Navas (Juanlu, m.69), S. Ramos, Marcao, Kike Salas (Pedrosa, m.41), Soumaré (Rafa Mir, m.55), Rakitic (Sow, m.55), Óliver, Suso, Ocampos e Isaac (Mariano, m.55).

Alavés: Sivera, Gorosabel, Tenaglia, Rafa Marín, Javi López, Guevara (Blanco, m.92), Benavídez, Guridi (Sola, m.76), C. Vicente (Parada, m.92), Rioja (Duarte, m.76) y Kike García (Samu, m.72).

Goles: 0-1, m.26: Tenaglia. 0-2, m.40: Kike García. 1-2, m.70: Rafa Mir. 2-2, m.82: Ocampos, de penalti. 2-3, m.92: Duarte.

Árbitro: Hernández Hernández. Ha amonestado a Rafa Marín (m.23), Soumaré (m.50), Marcao (m.58), Navas (m.63) y Benavídez (m.81).

Incidencias: 34.225 aficionados en las gradas del Sánchez Pizjuán, con presencia de un centenar de hinchas albiazules.