Joseba Salbador Goikoetxea
Donostia

Casi tres décadas dando refugio a los animales desprotegidos

El refugio Zuhaitz-pe de Igeldo se encarga de recoger y dar cobijo a animales en situación de desprotección para después buscarles una familia de adopción.

Gema de la Peña, junto a varios perros que esperan ser adoptados por una nueva familia.
Gema de la Peña, junto a varios perros que esperan ser adoptados por una nueva familia. (GARA)

Seguramente serán miles las personas, tanto guipuzcoanas como del resto de Euskal Herria, que alguna vez se han acercado a estas instalaciones ubicadas entre Usurbil e Igeldo, junto a la autopista A-8, a solicitar un perro en adopción. Y es que el refugio Zuhaitz-pe, gestionado por la Asociación Protectora de Animales y Plantas de Gipuzkoa, se ha consolidado como un centro de referencia, después de 27 años ejerciendo una labor indispensable hoy en día en nuestra sociedad: la recogida de animales en situación de desprotección y la búsqueda de una familia de adopción.

Para ello cuentan con un equipo humano de 17 personas y unas instalaciones perfectamente acondicionadas, en un entorno natural inigualable, fruto del trabajo desinteresado de las personas que hace tres décadas crearon, con Iciar Mintegui a la cabeza, la Protectora de Animales de Gipuzkoa.

La responsable del refugio, Gema de la Peña, explica que actualmente cuentan con un centenar de perros y unos doscientos gatos, a los que se suman otros animales como conejos, cabras o gallinas que por una razón u otra han quedado abandonados. Todos ellos viven en espacios habilitados para cada tipo de animal: bien de forma individual, bien en grupo o en semi-libertad (en el caso de los gatos).

A todos ellos, la Protectora los atiende con los servicios necesarios como alimentación, vacunación y desparasitación. De forma simultánea, sus responsables desarrollan la labor de búsqueda de la familia de acogida más adecuada. «Cuando nos viene una persona pidiendo una mascota, primero charlamos con ella, le explicamos que son seres vivos que requieren de una atención diaria y le asesoramos sobre el animal que mejor se adapte a su modo de vida, disponibilidad de tiempo libre… Hay gente que viene con una idea hecha y si vemos que no es la adecuada, se lo explicamos y normalmente cambian de opinión sin mayores problemas», explica.

Preguntada por si alguna vez han tenido que negar la entrega de un animal en adopción, señala que sí, «sobre todo cuando lo que quieren es hacer un regalo o que lo elija un niño pequeño». Asimismo, añade que «todavía hay gente que sigue pensando que un perro se puede tener toda la vida atado a una cadena en una txabola o en un caserío, y en esos casos nunca lo damos. Llevamos años peleando con ello, y me temo que seguiremos muchos años más peleando».

Gema de la Peña destaca que los animales que se dan en adopción en Zuhaitz-pe «se van vacunados, desparasitados, con el chip obligatorio y esterilizados. Y esto último es algo muy importante, ya que llevamos más de veinte años haciéndolo y gracias a ello ha descendido la población de perros de la calle».

En el caso de los gatos, explica que igualmente «se van vacunados, desparasitados, con el chip, esterilizados y, además, con las pruebas hechas de leucemia e inmunodeficiencia felina, algo también muy importante, sobre todo porque muchos de los ejemplares acogidos son silvestres».

Fuentes de financiación

La viabilidad económica del refugio se basa en los convenios que esta asociación sin ánimo de lucro tiene suscritos con numerosos ayuntamientos de Gipuzkoa para dar acogida a los animales que recogen en dichos municipios. En palabras de De la Peña, «la ley obliga a los ayuntamientos a recoger los animales abandonados y a darles cobijo, actualmente durante 15 días, y como normalmente no disponen de personal ni de instalaciones adecuadas, ese trabajo se lo hacemos nosotros».

Además de las aportaciones de los consistorios, otras fuentes de financiación son las cuotas mensuales del millar de socios de la asociación, así como los servicios externos que ofrecen en el propio refugio, como las consultas de la clínica veterinaria -que incluye quirófano, sala de rayos x y enfermería- o la tienda de productos para mascotas.

Por último, y en el momento en que se entregan en adopción, las familias de acogida abonan 120 euros en concepto de donativo para afrontar los gastos de vacunación, desparasitación e instalación de chip obligatorio.