Domina las quinielas ‘Los destellos’ de Pilar Palomero, seguida de cerca por ‘On Falling’, de la debutante Laura Carreira. La directora de ‘La Maternal’ se ha consagrado con un drama sobre el reencuentro de una pareja en víspera de la muerte, que tiene todo lo que la filmografía de Jaione Camborda ha venido cultivando: tragedia soterrada, maternidad y un extensivo esfuerzo con los actores, especialmente Patricia López Arnaiz.

Por otra parte, el retrato de Carreira sobre la precariedad vital de una joven obrera, cae en la línea realista y socialmente interesada (Ken Loach produce) de las últimas merecedoras de la Concha, desde ‘Entre dos aguas’ de Isaki Lacuesta en 2018 hasta ‘Crai Nou’ de Alina Grigore, en 2021. Zinemaldia tampoco ha dudado nunca al galardonar a primeros largometrajes, como el ‘O Corno’ de la propia Camborda.

Un Jurado Oficial disperso

Preside la donostiarra, acomodada en la naturaleza, la tradición y la cercanía, pero la acompañan figuras tan alejadas como el misántropo Ulrich Seidl (‘Sparta’) o la escritora y cronista argentina Leila Guerriero (‘La llamada: Un retrato’). También vuelven a Donostia Christos Nikou, cineasta tras ‘Fingernails (Esto va a doler)’, o Fran Kranz, presente en Nuevos Directores com la rotunda ‘Mass’. Por último, la productora Carole Scotta, fundadora de Haut et Court (detrás de películas como ‘La clase’, de Laurent Cantet).

La muerte, el gran tema

Los cuidados y la aceptación de una muerte digna han atravesado toda la Sección Oficial, estando presentes en ‘Los destellos’ de Pilar Palomero, en ‘El último suspiro’ de Costa-Gavras y en la china Xin Huo en ‘Bound in heaven’, a la que se suma ‘La habitación de al lado’, de Pedro Almodóvar aun estando Fuera de Concurso.

Para tomar la temperatura a las favoritas, hemos consultado a dos periodistas compañeros y nos hemos sumado para aportar nuestra opinión.

Iker Zabala, periodista de Radio Euskadi

«La Concha va para ‘Los destellos’, de Pilar Palomero. Es la que más nítidamente ha articulado, y de forma más plástica o lúcida, el tema de la buena muerte, uno de los leitmotivs más claros de esta edición. Me parece una propuesta valiente, que hace evolucionar el discurso narrativo de la autora en favor de una puesta en escena lírica y libre. Creo que sería una Concha justa. Creo que el sol y la sombra alternándose en la cara de Patricia López Arnaiz es la imagen más potente y memorable de la Sección Oficial. Pero también me parecería justo que se premiara ‘Cuando cae el otoño’ de François Ozon. Es una película muy hábil, con un guion que funciona como un reloj, con una protagonista fuera de los cánones. Lo único que le penaliza es su clasicismo, en cierto modo. Premiar algo que no tenga un elemento rupturista sería visto como algo conservador».

Mikel G. Gurpegui, periodista de ‘El Diario Vasco’

«Los designios de cada jurado son inescrutables y este año parece haber media docena de títulos que podrían llevarse la Concha de Oro. Por mi parte, tres películas me han gustado más que el resto y me parecería lógico que entrasen en el palmarés. ‘Los destellos’ es una muestra de buen cine de distancia corta, en el que Pilar Palomero se acerca con humanidad y sensibilidad a uno de los temas de esta edición, cómo afrontar el final de la vida. ‘The End’, de Joshua Oppenheimer, es una propuesta irregular que no ha tenido buena acogida pero que me resulta apasionante. Es arriesgada y me provoca sensaciones diferentes su mezcla de canciones emotivas y diálogos de personas viniéndose abajo en un mundo apocalíptico. Por último, el veterano Costa-Gavras plantea con tino el complejo mundo de los cuidados paliativos en ‘El último suspiro’. Veremos.

Mariona Borrull, periodista de GARA

«Mi intuición huele premio para las ‘Tardes de soledad’ de Albert Serra, si bien lo más probable sea un Gran Premio del Jurado. La tremenda –o tremendista– frialdad ante la violencia taurina del film lleva el germen del arrebato formal que tanto gusta entre los Jurados Oficiales, aunque esta misma radicalidad torturadora ha despertado algún enfado entre la platea. ‘Tardes de soledad’, por lo tanto, no es una elección ni necesaria, ni de consenso, pero dejarla fuera quedaría raro. La que sí cuadra con el espíritu humanista y aterrado (que no falto de ideas) del cine de Camborda es ‘On Falling’... Podría verse como oportunidad para promocionar nuevo talento, ya que Carreira tiene treinta años, toca intersecciones relevantes y funciona como punto medio entre sensibilidades diversas».