Arnaitz Gorriti
Kirol-erredaktorea, saskibaloian espezializatua / redactor deportivo, especialista de Baloncesto

Un exceso de solidez hace que Ding Liren prefiera ir sobre seguro y ofrezca tablas

El vigente campeón ha sorprendido con una Apertura Italiana, algo muy inusual en su repertorio, para luego plantear un final simétrico de peones, con torres y caballos, en el que lento intento de contrajuego de Gukesh se ha topado con la propuesta de tablas del chino en 23 jugadas.

Poca emoción en el gesto y en la partida entre Ding y Gukesh.
Poca emoción en el gesto y en la partida entre Ding y Gukesh. (Eng CHIN AN)

La segunda partida del Mundial de Singapur ha traído las primeras tablas entre Ding Liren y Dommaraju Gukesh, luego de una partida de cuatro horas y después de solo 23 movimientos. «Entablar con negras en un mundial siempre es bueno. Todavía estamos en el principio de todo», ha indicado un Gukesh conforme después de una partida en la que se ha topado con el «exceso de solidez» de Ding Liren, que ha preferido repetir movimientos a tirar de experimentos, pese a que la posición que ha logrado le daba una ventaja mínima.

El ajedrecista indio bastante ha tenido con igualar en tiempo la Apertura Italiana que le ha planteado Ding Liren, una apertura de peón de rey muy muy rara viendo el repertorio del vigente campeón, que suele preparar aperturas de peón de dama, con un talante más estratégico y menos agresivo.

Agresividad, en teoría, la de arrancar con el peón de rey, porque el ajedrecista chino ha propuesto un cambio de damas ya para la jugada 12, un cambio que Gukesh ha aceptado; ya para entonces los cuatro alfiles se han cambiado por bando, dejando solo una columna abierta para las torres, una columna en la que el tráfico ha sido intenso, con peones ejerciendo la vigilancia y los caballos entrando y saliendo de un flanco al otro.

«He vuelto a intentar algo novedoso y lo he preparado mucho, pero luego... no lo he visto tan claro», ha indicado un Ding Liren, afortunadamente muy mejorado respecto del alma en pena que ha mostrado ser en este pasado año y medio.

A cuenta de las preparaciones caseras con las últimas actualizaciones de programas de ajedrez como Stockfish –los famosos «amigos inhumanos» que suele mencionar el periodista Leontxo García– hace que las líneas más tradicionales de las aperturas habituales de los ajedrecistas suelen buscar tal profundidad y tal gusto por el detalle, que a veces sale más a cuenta sorprender al rival con un arranque distinto, sin necesidad de buscar rizar el rizo. La Defensa Francesa de Ding fue un éxito completo en la primera partida de esta serie, y la Apertura Italiana de este segundo duelo ha vuelto a dejar a Gukesh con una posición difícil para el contrajuego.

Pero el propio Ding, pese a haber dispuesto de una ligera ventaja en opinión de los módulos de silicio, no ha llegado a encontrar la manera de hacer sangre de la incomodidad en la que se ha tenido que mover el joven de Chennai, que además de vérselas por primera vez en un Mundial por el título, tiene a la millonaria audiencia de la India siguiéndolo como nada menos que el sucesor de Vishy Anand en el palmarés de campeones del mundo.

«Obvio que siempre hay presión cuando uno disputa un título así; no soy ajeno a esa presión. Pero al mismo tiempo, es un privilegio poder representar a mi país y a mi gente en este Mundial», ha señalado un Dommaraju Gukesh templado, después de cuatro horas en las que en ningún momento se ha visto cómodo, al punto de que se ha levantado un par de veces de su asiento, tratando de contrarrestar el juego de su oponente, teniendo que conformarse con igualarlo.

Críticas con criterio

Magnus Carlsen, nada menos, es un «crítico admirador» de los dos finalistas, alejado de los desdenes de Gary Kasparov que, fiel a su estilo de «analítica altanería», ha llegado a declarar que este Mundial «no tiene valor» al no encontrarse en él un Magnus Carlsen quien decidió renunciar a su corona en 2023.

El bueno de Carlsen llegó a definir a Ding Liren como su «rival más temible» en el Torneo de Candidatos de 2020, un evento que tuvo aplazarse a cuenta de la pandemia de la covid-19, momento en el que, debido a la «política de cero casos» que propugnaba el gobierno chino en aquel entonces, frenó el entrenamiento y la progresión de Ding, habida cuenta a los confinamientos en solitario y la ausencia de entrenamientos de calidad que tuvo que disponer. El genio noruego nunca ha considerado desde entonces a Ding Liren en tan alta estima como en aquel entonces, aunque la famosa jugada de «Torre a g6» frente a Nepomniachtchi que llevó al chino al cetro mundial mereció sus elogios y su respeto.

Un respeto que Magnus Carlsen profesa sin duda también sobre Dommaraju Gukesh, aunque critica del joven jugador indio su «exceso en el cálculo», que si bien destaca por profundo y por preciso, a veces, en opinión de Carlsen, lo aleja del «ajedrez entre humanos».

En ese sentido, esas «limitaciones» –dentro del excelso nivel de los dos ajedrecistas– han tejido una tela de araña que, en esta segunda partida, no ha tenido otra solución que las tablas con relativa rapidez, antes de afrontar problemas de tiempo. Con todo, la final de Singapur afronta este miércoles su tercera partida, con Dommaraju Gukesh de nuevo con piezas blancas ante un Ding Liren que campea con un marcador de 0,5 a 1,5. Los 7,5 puntos que declararán al campeón todavía están muy lejos.