Artxanda, ese «espacio de oportunidad» que el Gobierno de Juan Mari Aburto pretende potenciar a través de un plan de reactivación con los ayuntamientos de Erandio y Sondika, vuelve a primera línea de la actualidad local por las quejas de sus vecinos. Un desprendimiento ha obligado desde diciembre a suspender el servicio de funicular y a día de hoy los responsables municipales no son capaces de fijar con exactitud la fecha de reanudación. En su lugar, se ha reforzado la frecuencia de la línea de Bilbobus y una lanzadera de 17.00 a 22.00, los días laborales, que no satisface a los usuarios.

No son pocas las personas que visitan Bilbo que se acercan a diario hasta la plaza del Funicular con intención de ascender en ese medio de transporte público a Artxanda para disfrutar de la vista panorámica del Botxo y se encuentran con que está cerrado. Un desprendimiento el 11 de diciembre obligó a que lo que se anunció como una suspensión de tres días para desarrollar trabajos de desbroce en los taludes cercanos a la vía se prolongue al menos dos meses, aunque el Gobierno municipal ha apuntado a que podría prolongarse.

Así, uno de los «atractivos turísticos» que recogen las guías ha bajado la persiana «por indisposición». El funicular tiene su importancia en esa ciudad volcada en el turismo y reflejó de ello es que, en 2023, último ejercicio del que se tienen datos oficiales, 1.134.152 personas viajaron en él. La tendencia en 2024 era ascendente. Ahora, precisamente, se trabaja en las obras de modernización de la estación superior.

El funicular es algo más que un transporte turístico, ya que muchos de los cerca de 300 residentes en la zona, cientos de usuarios del polideportivo municipal y del campo de fútbol, así como trabajadores de residencias y establecimientos hosteleros lo utilizan habitualmente.

Al principio del incidente, se reforzó las frecuencias de la línea A7 de Bilbobus de la hora a 30 minutos y la lanzadera E5 cada 15 minutos, que fue eliminada el 23 de diciembre. La lanzadera volvió a circular este pasado martes pero solo funciona de las 17.00 a las 22.00 los días laborales con una frecuencia de 45 minutos.

La asociación vecinal lo considera «insuficiente» y apela a que el Consistorio reconsidere su decisión. Sus responsables la justifican por el número de viajeros que han registrado en las primeras jornadas, antes de la suspensión temporal.

Propuesta de EH Bildu

En ese contexto, el concejal de EH Bildu Karlos Renedo ha solicitado al Área de Movilidad que recupere la lanzadera provisional con la misma frecuencia que el funicular, hasta la reparación y puesta en funcionamiento de este, tal y como demandan los y las vecinas de Artxanda.

Asimismo, ha solicitado el mantenimiento del refuerzo de la línea A7 de Bilbobus cada media hora, aun cuando el funicular entre en funcionamiento, al tratarse también de una reivindicación ciudadana histórica.

Este recorte es, según Renedo, «incomprensible e inadmisible, máxime teniendo en cuenta la gran afluencia de personas usuarias que tiene el funicular, 1,1 millones en 2023, y que se trata del principal medio de transporte para los y las vecinas que acuden al ambulatorio, al centro cívico, a hacer las compras, las personas trabajadoras de residencias y restaurantes, así como de las personas que acuden al polideportivo y al campo de futbol».

«Es obligatorio ofrecer este servicio a la zona de Artxanda, teniendo en cuenta además que las obras van para largo, superando los dos meses», ha señalado, para añadir que «no hay excusas para no hacerlo, ni técnicas ni económicas, de hecho, acabamos de aprobar los presupuestos con una dotación de 719 millones de euros para la ciudad».

«No podemos hablar de movilidad sostenible, si después, cuando surgen imprevistos no habilitamos las medidas necesarias para garantizar un buen servicio de transporte público», ha concluido.