Daniel   Galvalizi
Periodista

Sumar saca pecho por la reducción de jornada y juega al suspense con la moción de Junts

Los de Díaz se han reunido en Madrid para «reagrupar» fuerzas, en la primera reunión del año. Tras torcerle el brazo al PSOE por la nueva reforma laboral, esperan pisar el acelerador con vivienda. Dudas y táctica con la PNL de cuestión de confianza que impulsa Puigdemont.

Yolanda Díaz interviene ante el líder de IU, Antonio Maíllo, este viernes en Madrid.
Yolanda Díaz interviene ante el líder de IU, Antonio Maíllo, este viernes en Madrid. (Alberto Ortega | Europa Press)

Carteles rosas, blancos y color fucsia con la leyenda ‘Trabajar menos, vivir mejor’, montados detrás de un pequeño escenario con atril dispuesto delante de decenas de sillas, en el salón principal de la Fundación Ortega-Marañón, en Madrid. Ha sido el entorno elegido por la coalición Sumar para la primera reunión política del año en una semana muy especial.

El ambiente era de júbilo y revancha. Tras unas duras semanas por el escándalo del «caso Errejón», un decrecimiento en las encuestas a costa de Podemos y constantes ruidos internos, enero está dando un motivo para sonreír a los diputados del Grupo Plurinacional Sumar: la última reunión entre Yolanda Díaz y el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, se ha resuelto a favor del ala izquierda y se destraba el pulso por la reducción de la jornada laboral.

Básicamente, desde el ala socialista del Consejo de Ministros se quería «patear» la reducción de las horas laborables semanales a 2026 e intentar sumar a las patronales, especialmente la CEOE, al consenso que ya habían dado los sindicatos. Sumar vio que esto era una nueva rendición y un incumplimiento flagrante del acuerdo de investidura y de Gobierno y lo ha elegido como caballo de Troya de la legislatura.

«Pacta sunt servanda!», ha exclamado este mediodía la vicepresidenta del Gobierno central. El proverbio en latín que significa «Lo pactado obliga» ha sido utilizado por la reducción de jornada a las 37,5 horas semanales sin rebaja salarial. Díaz hacía cálculos de tiempos parlamentarios y percibía que si iba al Congreso por la ‘vía exprés’ el proyecto estaba destinado a llegar al hemiciclo para ser votado después de septiembre y con menores posibilidades de ser aprobado. El mayor «ruido» hecho por Sumar (y antes cuestionado a Podemos, cabe recordar) le ha servido frente a Pedro Sánchez, que ha cedido: el trámite parlamentario será de urgencia, lo que acelera los tiempos.

«Hay alternativa, hay esperanza, tenemos audacia y vamos a hacer lo que sabemos hacer: volver a revalidar el gobierno de coalición progresista. Los acuerdos se cumplen, porque si no, rompemos el compromiso con la ciudadanía. Si no, generamos desafección en la gente. Vivimos en tiempos marcados por una ola de desafección mundial con la política, y frente a la internacional del odio y la reacción, tengamos la internacional de la esperanza. Compañeros, nos están esperando», ha señalado la ministra de Trabajo.

Díaz: «La patronal quiere que la juventud trabaje como nuestros abuelos, y no. Hay productividad suficiente y los jóvenes necesitan tiempo de vida y salarios dignos»

 

También ha recalcado que esta semana los dos partidos de la coalición de Gobierno han dado un «paso adelante» y que el proyecto para bajar las horas laborables entrará pronto en el Senado de España. «Es la medida más importante de la legislatura, la que la ciudadanía más apoya según todas las encuestas. La ciudadanía sabe lo que quiere y hay que respetarla», ha enfatizado. Además, ha dicho que para ella resulta «clave» respetar los acuerdos del diálogo social y que hay que «cambiar» el prejuicio de que «el diálogo social no sirve para nada, ese ataque a la legitimación de los agentes sociales es interesado y lo hace Milei en Argentina».

Ha tachado de «broma de mal gusto» las críticas del líder de la CEOE, Antonio Garamendi, al proyecto. «La patronal quiere que la juventud trabaje como trabajaban nuestros abuelos y no estamos aquí para vivir como nuestros abuelos. Hay productividad suficiente y los jóvenes necesitan tiempo de vida y salario dignos» ha remarcado, para añadir que «la patronal no está sola, porque tiene formaciones políticas a su lado, a su servicio, partidos que no representan los intereses de sus votantes», en alusión a PP y Vox.

El otro pilar elegido por Sumar para dar la batalla de recuperación en las encuestas y de diferenciación con el PSOE es la vivienda, como ya avanzó NAIZ a fines del año pasado. Díaz ha insistido este viernes en una «intervención» directa del mercado y regulación de precios y ha destacado que nota un «cambio de discurso» en el PSOE. «Más fiscalidad justa para luchar contra la especulación y menos regalos fiscales a los caseros, y condicionar la percepción de todo tipo de fondos autonómicos a la bajada inmediata de los alquileres», ha pedido.

Con un final que ha buscado un tono épico y revigorizar a la tropa propia, Díaz ha concluido que estamos «en un mundo polarizado que avanza hacia el autoritarismo», pero en este marco el Estado español demuestra «que es una excepción». Ha llamado dos veces a la gente a que salga a las calles «a defender» lo conseguido. «No bajemos los brazos, trabajemos en todos los sitios», ha finalizado.

Le han precedido en el uso de la palabra representantes de las diferentes familias políticas de la coalición: Antonio Maíllo (líder de Izquierda Unida), Aina Vidal (Catalunya En Comú), Jorge Pueyo (Chunta), Mar González (Equo), Tesh Sidi (Más Madrid), Alberto Ibáñez i Mezquita (Compromís) y Ferran Rosa (Ara Més).

Los aplausos más sonoros se los ha llevado primero el diputado de Compromís cuando ha pedido antes que nada hacer referencia a las declaraciones de este jueves del president de la Generalitat valenciana: «Las palabras del señor Mazón son repugnantes, quiere confrontar los muertos de la DANA con los muertos del genocidio en Gaza. Los valencianos estamos muy orgullosos que el Gobierno mande ayuda a Gaza».

También ha tenido su ovación Maíllo, que ha hecho una enfática defensa de la necesidad de hacer cumplir los acuerdos de investidura. «Estamos en torno a un hito histórico, quisiera dimensionar la perspectiva histórica de esta medida. Se va a producir porque los acuerdos hay que cumplirlos, son la legitimidad social de un gobierno. Los acuerdos se respetan y se cumplen».

El coordinador federal de IU ha recalcado que «el bipartidismo en España no ha cambiado nada en cuanto a la jornada laboral, hayan estado unos u otros» y ha recordado que en 1998 su partido hizo una campaña por la reducción a las 35 horas semanales.

Ha alertado además sobre «el virus de la desinformación» y ha advertido: «La llegada de la extrema derecha no es irreversible, no bajemos los brazos. Tengamos voluntad política de estar a la altura de donde hay que estar».

El pulso de Junts

El acto de Sumar tenía como objetivo «reagrupar» esfuerzos y energía, exhibir músculo y mostrar una primera foto del año de unidad y de firmeza, según comentaba a NAIZ un influyente diputado del grupo parlamentario. Otra fuente del partido cercana a Díaz que no tiene escaño explicaba que se había pensado en alzar más el tono contra el PSOE pero que ante el logro por la reducción de jornada se ha preferido una retórica «de celebración».

Pero mientras transcurría el acto, Carles Puigdemont soltaba un nuevo órdago contra Sánchez, diciendo que suspendía las negociaciones con el PSOE y que pedía una reunión en Suiza con el verificador internacional. Todo en medio de la disputa por la tramitación de la cuestión de confianza que ha propuesto Junts, que por ahora tiene destino incierto.

Desde la cúpula del grupo parlamentario han respondido a NAIZ que para ellos lo importante no es la PNL (el formato legal de la cuestión de confianza) sino que es «algo más dentro de todo un paquete» de negociación y que lo tratarán como tal. También admiten que si bien no sería grato para el Gobierno perder esa votación, «falta mucho tiempo» para que esa proposición llegue al hemiciclo. «Ni siquiera los letrados del Congreso tienen un criterio definido sobre su viabilidad», recuerdan.

En Sumar creen que el órdago de Puigdemont es una «escenificación» y apuestan por poner el foco en otro sitio: las cosas de comer

 

Varios diputados y dirigentes de Sumar consultados han quitado relevancia a esa moción pero se han negado a decir si facilitarán su trámite y votación en pleno. A la vez admiten que su existencia es una carta más que se presenta para poder negociar y transaccionar con el PSOE, partido que sí le otorga importancia porque es quien lidera las negociaciones con el partido de Puigdemont.

«Tienen siete diputados en el Congreso. Solo tienen eso, no tienen nada más», reflexionaba un legislador de conversación diaria con Díaz. Creen que es una nueva «escenificación» de Junts, una semiótica del poder. En Sumar saben que para recuperar aliento deben ir a por lo contrario: las cosas de comer.