Aitor Agirrezabal
Aktualitateko erredaktorea / Redactor de actualidad

La única posibilidad de Pogaçar de ganar en Roubaix es que él es Tadej Pogaçar

Este domingo llega la París-Roubaix, una fecha marcada en el calendario de todo aficionado ciclista y que llega, además, con un atractivo extra: Tadej Pogaçar. Mathieu Van der Poel defiende título y es el principal favorito. La lluvia que haya podido caer esta noche también será protagonista.

Pogaçar, reconociendo los tramos de la París-Roubaix.
Pogaçar, reconociendo los tramos de la París-Roubaix. (Francois LO PRESTI | AFP)

El desempate. Mathieu Van der Poel se impuso a Tadej Pogaçar en San Remo. El esloveno reventó al neerlandés, hace una semana, en Flandes. Y hoy llega el tercer asalto, los adoquines mal tirados de la París-Roubaix.

París-Roubaix, el "Infierno del Norte", es la carrera más impredecible del calendario. Una prueba que se puede perder pillando una mala piedra, teniendo un pinchazo inoportuno o, simplemente, vaciando el depósito de gasolina antes de tiempo. Por supuesto que llegar en el mejor momento posible es una ventaja, pero tampoco te asegura nada.

Y este domingo, menos, al menú habitual, a los ciclistas se les van a sumar dos malos compañeros. Para esta noche estaba prevista una buena cantidad de lluvia que pueden convertir los tramos de adoquín en barro y auténticas pistas de hielo. Y a ello, se añade una previsión de fuerte viento del suroeste. Es decir, los ciclistas van a tener durante prácticamente todo el día viento favorable de costado, condimento ideal para alimentar el nerviosismo en un pelotón profesional.

De salida hay un principal favorito: Mathieu Van de Poel. El neerlandés ha ganado las dos últimas ediciones. La última con mucha superioridad. Y este 2025 llega fino. Lo demostró en San Remo y hace una semana solo una interminable sesión de golpes de Pogaçar lo mandó a la lona. Habrá que ver si la caída que sufrió al inicio de la prueba no le ha afectado a lo largo de esta semana.

A su lado tendrá, una vez más, a Jasper Philipsen, segundo en las dos últimas ediciones. Y, enfrente, a un Mads Pedersen que camina sin complejos entre gigantes, el compañero de este Jonathan Milan, otro italiano como Filippo Ganna y su compañero vital de batallas Wout Van Aert, que ha ganado enteros tras su buen final en la ronda flamenca.

Voluntarios, cabras y la cabra

Pero los titulares de las previas, también la de esta, se las lleva Tadej Pogaçar. El esloveno se estrena en los caminos de Roubaix, puestos a punto por un grupo de voluntarios y otro de cabras que han limpiado durante las últimas semanas los tramos.

Pero para cabra, Pogaçar, que se apunta a un bombardeo. Desde que asomó entre los mejores del pelotón profesional había amenazado (y había hecho fantasear a los aficionados) con su presencia. Y ha llegado ese día.

Ayer, al final de la Itzulia, su jefe, Joxean Fernández Matxin, dijo sobre las posibilidades del esloveno que en el único lugar donde no lo ve favorito es en un esprint limpio de 200 corredores. En el resto de escenarios, lo ve delante. Por lo que para hoy, hay esperanzas sobre él.

Y es que si sobre alguien se puede mantener la esperanza es sobre un corredor que tritura a sus rivales en vueltas por etapas, que tortura a los clasicómanos en el Viejo Kwaremont o que reta a Van der Poel en el Poggio.

La de hoy es una jornada para ciclistas mucho más pesados, donde por encima del vatio/kilo está el pico de vatios. Ya enseño su habilidad en los adoquines del Tour en 2022, pero esto es otra cosa. Tanto por el momento de la temporada, la forma de los rivales y el kilometraje.

Por ello, la única opción de Pogaçar para hacerse con su primer adoquín es ser Tadej Pogaçar y asaltar la carrera de la misma forma que hizo en Flandes, afrontando cada tramo como un cara a cara entre los favoritos. Por tanto, si el GOAT, la cabra, es él, nada se puede descartar.