
Desde la terraza que rodea a la estructura que corona la ‘txapela’ o edificio puente diseñado por Norman Foster y Uriarte para ‘Agravitas’, como se llama el proyecto de ampliación del Museo Bellas Artes de Bilbo, la vista es espectacular. Aunque de momento solo se ve la estructura metálica, que irá cubierta por una envoltura de aluminio y cristal, una se puede hacer a la idea de cómo será la nueva fisonomía del museo: en este ‘añadido’ irá la nueva sala expositiva de la BBK, y que estará conectada al paisaje de alrededor a través de las terrazas: a un lado, la Universidad de Deustu, la ría y el Guggenheim; al otro, el monte que circunda la capital vizcaina; y en un lateral clave, los árboles del parque de doña Casilda. Hacia esta última zona, hacia el parque, se adelanta un voladizo de gran tamaño, sostenido todo ello por tres pilares en forma de V.
Dentro de la sala BBK, una claraboya de grandes dimensiones. Será la que conectará la nueva estructura con el atrio del museo, donde irán la escultura ‘Lugar de encuentros IV’, y el homenaje a Juan Crisóstomo Arriaga, de Durrio. Una ubicación que ha sido uno de los motivos de rechazo al proyecto por parte de un movimiento cívico contra el proyecto.

La nueva estructura metálica añadida a los edificios originales ha sido unos de los enclaves elegidos por Miguel Zugaza, director del Museo de Bellas Artes, para presentar la que será la fase final de la renovación y ampliación del museo. Lo ha hecho arropado por Elixabete Etxanobe, diputada general de Bizkaia y presidenta del patronato del Bellas Artes; Ibone Bengoetxea, vicelehendakari primera y consejera de Cultura y Política Lingüística; Juan Mari Aburto, alcalde de Bilbo y parte del equipo técnico del proyecto y de la UTE encargada.
En diciembre del pasado año el talante era bien distinto: había mucha preocupación cuando se anunció un nuevo retraso en la inauguración, debido a que la UTE adjudicataria de la ampliación del museo había pedido una ‘suspensión parcial temporal’ de la obra de la cubierta por problemas con la subcontrata. No era el primer retraso sufrido por el proyecto, pero sí resultaba bastante inesperado y difícil de solucionar.
La subcontrata Inbersa, encargaba de la realización de piezas metálicas clave para la obra y con sede en Fuenlabrada y Ponferrada, había entrado en concurso de acreedores. En estos meses, ha apuntado Zugaza, la UTE ha encontrado la solución para la cubierta, construida con acero en Erandio, y gracias a «un alarde técnico», en palabras del director de la pinacoteca, quien ha apuntado, a su vez, sentirse «tranquilo» porque, en lo económico, la obra se sigue manteniendo dentro de lo presupuestado, unos 45 millones de euros.
Por otro lado, ha recordado que una parte de la obra también «comprometida» por la suspensión de los trabajos era la escalera de emergencia, tanto para uso de ‘Agravitas’ como para el edificio de Líbano y Beaskoa. Se trata, según ha indicado, de «una pieza de arquitectura que va a quedar un poquito ladeada, pero que tiene un valor relevante desde el punto de vista funcional, pero también desde el punto de vista constructivo».
«Hemos podido salvar para bola de set, que no de partido, y ha sido un gran contratiempo», ha reconocido Zugaza, en una rueda de prensa que ha tenido lugar en la misma obra, en la zona donde tendrán lugar los talleres educativos y que está un piso más abajo: concretamente, en un cuarto piso que no iba originalmente en el proyecto, pero que ha sido transformado para ganar otros 2.000 metros cuadrados de zona expositiva –900 metros concretamente– y, el resto, de servicios. Allí irán también las oficinas.
¿Y cómo queda ahora el calendario? Ahora se dotará al edificio de las equipaciones, como climatización o iluminación, luego se colocará la carpintería envolvente y trabajarán con una fecha prevista de inauguración: el día de San Juan de 2026.
Así, tras el aplazamiento de seis meses sobre el plazo de entrega del edificio, Zugaza ha avanzado que «no habrá una sola inauguración», sino que el museo va a ir ofreciendo un calendario inaugural que empezará el día de San Juan de 2026 y que puede terminar el 5 de octubre, que se celebra en 118º aniversario del museo.
Antes, la idea es finalizar la reforma de la Plaza Chillida y el edificio del 70 dentro de tres meses, lo que permitirá cambiar el plan de apertura del museo, de forma que a partir de septiembre se trasladará la actividad expositiva al edificio de Líbano y Beaskoa.
Por último, Zugaza ha recordado que sobre los 10.000 metros cuadrados existentes de museo, se está haciendo un trabajo de reforma en unos 8.000 m2, por lo que «es una reforma prácticamente integral del museo existente, a lo que se sumarán los 6.000 que aportará el nuevo edificio».

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