Catherine Hours (AFP)

El consumo mundial de vino se sitúa en su nivel más bajo desde 1961

El consumo mundial de vino volvió a disminuir, hasta su nivel más bajo desde 1961, debido a perturbaciones cíclicas, pero también a una tendencia subyacente, según la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV). Inflación, nuevos gustos y caída de la demanda son «la tormenta perfecta».

Las compras de vino en el mundo volvieron a disminuir en 2024.
Las compras de vino en el mundo volvieron a disminuir en 2024. (Raul BOGAJO | FOKU)

Las compras de vino en el mundo disminuyeron un 3,3% con respecto a 2023, situándose en 214,2 millones de hectolitros (mhl), detalla la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) en su informe anual, basado en cifras oficiales de los Estados.

De confirmarse esta estimación, «sería el volumen más bajo registrado desde 1961», de 213,6 mhl.

La caída se explica por el descenso de la demanda en mercados clave como Estados Unidos y precios inflados por los bajos volúmenes de producción, el aumento de los costes para los viticultores y la inflación general, ya que el consumidor paga de media un 30% más que en 2019-20.

«Es «la tormenta perfecta», afirma Giorgio Delgrosso, responsable de la división de estadísticas de la OIV. El consumo baja desde 2018 (-12%), especialmente con la disminución de las ventas en China, a pesar del repunte registrado en 2021 tras el covid-19.

«Más allá de las perturbaciones económicas y geopolíticas a corto plazo, es importante tener en cuenta los factores estructurales a largo plazo que contribuyen también a la disminución observada del consumo», como las nuevas preferencias de consumo o estilos de vida, señaló la organización intergubernamental creada hace 101 años.

«Declive generacional» En Europa, que representa el 48% de las ventas, el consumo cayó un 2,8% en 2024. En el Estado francés, a menudo asociado con el vino, el consumo ha disminuido durante décadas, retrocediendo un 3,6% el año pasado.

«Hay un declive generacional: la gente ahora solo bebe en ocasiones festivas, y los jóvenes beben menos que sus padres», explica el minorista de vinos francés Nicolas a AFP.

La superficie cultivada también continuó disminuyendo. Pero eso «no preocupa demasiado», señaló Delgrosso. Consideró que puede deberse a una respuesta al mercado, pero también a que haya mejorado la eficacia, al abandono de ciertas zonas o a las normativas.

El Estado español y Portugal figuran entre los pocos mercados europeos donde el consumo crece.

En Latinoamérica, el consumo en Argentina disminuyó un 1,2%, hasta 7,7 mhl, el nivel más bajo desde 1942. El mayor mercado del mundo, EEUU, registró una bajada del consumo del 5,8%, hasta 33,3 mhl.

Además de la dificultad de proyectarse pese a la caída de la inflación prometida por los economistas para 2026, «habrá que ver qué pasa con Trump, con el comercio internacional, ya que (...) podría ser otra bomba», dice Delgrosso.

En paralelo, la producción de los viticultores retrocedió en 2024 a su nivel más bajo en más de 60 años, un 4,8%, a 225,8 mhl.

Europa (61% del total) presenta la cosecha más floja en este siglo. Italia fue el primer productor mundial, con 44 millones de hectolitros, mientras que la producción francesa cayó un 23% hasta su nivel más bajo desde 1957. Aún así, conservó su segunda posición, con 36,1 mhl. A continuación se sitúan el Estado español (31 mhl) y EEUU (21,1 mhl, un 17,2% menos que el año anterior, debido al calor extremo).

En el hemisferio Sur, la cosecha no había sido tan reducida en 20 años. En Argentina la cosecha fue de 10,9 mhl, un 23,3% más que en 2023. Aún así, el nivel sigue siendo un 3,9% menor a la media de los últimos cinco años. En cambio, en Chile, donde la producción fue de 9,3 mhl, se registró una caída de 15,6% respecto a 2023 y su producción fue un 21,4% inferior a la media del mismo periodo.

La producción vinícola de Brasil también cayó, un 41%, hasta los 2,1 mhl y fue un 25,5% menor a la media de los últimos cinco años, a causa de las excesivas lluvias primaverales y a la presión del mildiu, una infección de la cepa.

Los efectos de una producción a la baja y de una subida de los precios se notan en el comercio internacional, con 99,8 mhl exportados, un nivel similar al de 2023, pero que es un 5% menor a la media de los últimos cinco años.

Esta caída en el volumen estuvo compensada, no obstante, por el elevado valor de las exportaciones: el año pasado se comercializaron 35.900 millones de euros de vino, gracias a un precio medio de 3,60 euros el litro, el mismo nivel récord que el alcanzado en 2023.