
El centro para víctimas de violencia sexual de Araba, Tximeletak Zentroa, ha atendido en su primer año de actividad a 211 mujeres, de las que 41 ya han recibido el alta por lo que el centro apoya en la actualidad a 170 mujeres.
Estos son los principales datos aportados por el diputado foral de Políticas Sociales, Gorka Urtaran, durante una comparecencia para valorar la actividad del primer recurso de ese tipo que abrió sus puertas en abril del año pasado en Gasteiz.
De las 211 mujeres atendidas, 116 eran víctimas de agresiones recientes frente a las 95 agresiones ocurridas en el pasado.
Además de las intervenciones ordinarias, ha habido 62 situaciones de crisis, en las cuales 38 se han tenido que atender de manera telefónica y en 24 ocasiones han acudido en una situación de emergencia para brindar seguridad y apoyo emocional a las mujeres. También se ha acompañado en 70 ocasiones a las mujeres a centros médicos, juzgados, policía u otro recurso.
Las edades de las mujeres atendidas es muy variada, ya que 84 de ellas tienen entre 19 y 30 años de edad, 16 son menores a partir de los 16 años de edad y el resto (más de 100), mujeres adultas de más de 31 años.
El 68% de los agresores son personas del entorno de la víctima
En casi dos de cada tres casos (68%), el agresor sexual es una persona del entorno de la víctima, familiares en su mayor parte, pero también del entorno de trabajo, vecinos o amigos.
Un total de 60 mujeres acudieron por propia iniciativa y el resto fueron derivadas por otras entidades, mientras que 20 consultas procedieron de personas cercanas a la víctima.
Al tratarse de un recurso de alta intensidad, el número de sesiones de las psicólogas es particularmente elevado, con 1.422 intervenciones, mientras que las abogadas han realizado 575 actuaciones.
Tximeletak es un centro integral que funciona 24 horas al día los 365 días al año y atiende a mujeres con más de 16 años de toda Araba víctimas, a personas de su entorno o a cualquiera que tenga dudas sobre cómo afrontar una situación de este tipo.
Atiende a las mujeres a través de citas ordinarias en el centro, pero también sus profesionales pueden desplazarse donde haya una llamada de urgencia o de crisis.
Urtaran ha destacado que en este primer año de funcionamiento Tximeletak se ha consolidado como «un lugar seguro y de refugio donde las víctimas son escuchadas, reconocidas y respetadas en sus necesidades», donde se brinda apoyo para «sanar y reconstruir su vida, con el objetivo de que puedan seguir adelante y alcanzar una existencia plena, a pesar del impacto del trauma vivido».
El diputado foral ha añadido que la existencia de centros de este tipo contribuye a «reducir el silencio que se genera por el miedo y la vergüenza que sufren las mujeres, y a que la sociedad reconozca el problema como una violación grave de los derechos de las mujeres y de los derechos humanos».

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